¿Digitalización en salud o salud digital?
Actualidad, Medicina digital

¿Digitalización en salud o salud digital?


En la era de la digitalización, la pandemia del COVID-19, más por necesidad que por iniciativa propia, desencadenó una revolución en el área de la salud que no tiene marcha atrás. La salud digital, tele salud, E-health aunque suenen diferente, tienen la misma finalidad: llevar salud a los pacientes.


Por Samuel Barbosa, MD, MSP, MeHealth©- samuelbarbosatrabajo@gmail.com

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Pareciera una novedad y aún falta mucho para que el común de las personas se familiaricen con el uso de aplicaciones como Skype, Zoom, HangOuts, chats, entre otros, para consultar e interactuar con los profesionales a cargo de su salud. Sin embargo, el uso de las tecnologías en salud se viene desarrollando desde la década de los 90.

Desde ese entonces se ha evaluado su eficacia, el alcance de las intervenciones estrictamente constituidas, que más allá de un encuentro virtual, tiene como objetivo convertirse en una nueva ciencia. Entonces, ¿la digitalización en salud es igual a la salud digital? La respuesta es no.

La digitalización, como su nombre lo indica, es un proceso mediante el cual, algo real y físico se pasa a datos digitales para que pueda ser manejado por una computadora, lo que permite que pueda ser modificado y aprovechado para otros propósitos distintos de su función original. De ahí que la salud digital va más allá de la mera digitalización, al plantear cambios en la concepción, valor, servicios, modelos, evidencia y enfoque (ver tabla).

La salud digital propone el desarrollo de tecnologías novedosas que sean útiles para proteger y cuidar la salud. En otras palabras, es una transformación, es cambiar el paradigma del modelo de la relación medico-paciente que obedecía a una interacción presencial.


Ahora el vínculo se establece de manera virtual, lo que le confiere nuevas características y, al mismo tiempo, limitaciones.


No obstante, mantiene los preceptos básicos y éticos que siempre deben prevalecer en la relación médico-paciente: los principios de beneficencia y de no maleficencia.

De otro lado, por encima de la pretensión de facilitar o aumentar las atenciones como se recomienda ahora con crecimiento del número de suscriptores, de orientaciones, el total de las consultas, la cantidad de fórmulas que se entregan, el tiempo de respuesta, entre otras, lo que realmente importa es agregar valor a la medicina.

La finalidad es que haya una mayor interacción con el profesional de la salud, que se pueda hacer seguimiento en tiempo real, que haya acompañamiento en la cotidianidad del paciente por medio de los distintos canales de comunicación y que todo esto contribuya a mejorar la calidad de la relación médico-paciente.

Con el avance tecnológico, este modelo posibilita la implementación de procesos de atención e interacción para simplificar servicios, la comprobación de la eficacia en el uso de diferentes terapias, el desarrollo de herramientas para la educación y el autocuidado en salud.

Tabla. Diferencias entre la digitalización en salud y la salud digital

S. Barbosa – 2020

La digitalización se apoya en los indicadores de procesos cumplidos y facilitados por la tecnología. Adicional a ello, la salud digital procura determinar con la suficiente evidencia aquellas intervenciones que resultan eficaces y efectivas, lo que da lugar a la evaluación de procesos y también de resultados en salud desde el modelo científico.

Todo esto abre la puerta a la determinación de apoyar la interacción digital y la conectividad a través de las TIC´s para proveer salud con intervenciones basadas en la ciencia, evaluadas y comprobadas, al tiempo que se diseñan nuevas aplicaciones y se llega a variables antes no estudiadas, que constituyen la esencia de la salud digital.

Para concluir, la transformación de la salud llegó de forma súbita y acelerada, gracias al uso de las TIC’s, que ha servido para inaugurar lo que podría llamarse la era de la digitalización de la salud. En este momento es prioritario realizar intervenciones que tengan fundamento científico y conserven incólume los principios de beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia, al tiempo que reconocen las limitaciones que tiene esta nueva ciencia.

diciembre 10, 2020

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