Diferentes antimicrobianos han surgido en la búsqueda feroz por un tratamiento preventivo y/o curativo contra el COVID-19. Entre estos, quizás el más famoso es la hidroxicloroquina.
Por Dr. Carlos Felipe Durán Torres
Esta fama ha sido posiblemente ganada, no solo por los beneficios que se han visto en algunos estudios observacionales, sino en el impulso mediático que personas con gran influencia mundial han ejercido sobre este medicamento (entiéndase: Donald Trump).
Es así como se han publicado múltiples estudios sobre este medicamento, en el que se destaca principalmente uno debido al efecto mundial que tuvo sobre la investigación con esta molécula.
Este estudio fue publicado en The Lancet el día 22 de mayo (Hydroxychloroquine or chloroquine with or without a macrolide for treatment of COVID-19: a multinational registry analysis), por Mandeep Mehra, Sapan Desai, Frank Ruschitzka y Amit Pate, quienes realizaron un análisis de registro multinacional (The Surgical Outcomes Collaborative de Surgisphere Corporation) en el que incluyeron información sobre 96.032 pacientes en 671 hospitales de 6 continentes y en el que concluyen que no se pudo confirmar un beneficio de la hidroxicloroquina o la cloroquina, en combinación o no con un macrólido, para el tratamiento intrahospitalario de pacientes con COVID-19, y adicionan que, estos esquemas se asociaron con disminución de la sobrevida intrahospitalaria y aumento de la frecuencia de arritmias ventriculares.
Esta publicación llevó a que la Organización Mundial de la Salud suspendiera temporalmente las pruebas con hidroxicloroquina y que organizaciones nacionales, como la Asociación Colombiana de Infectología, sugirieran no usar este medicamento contra COVID-19.
Pero esto no se quedaría así. Dudas empezaron a surgir sobre la integridad y el análisis de los datos por parte de Surgisphere Corporation, empresa especializada en la analítica de datos biomédicos, fundada y dirigida por Sapan Desai (coautor del estudio). Como lo explican Mandeep Mehra, Frank Ruschitzka y Amit Patel en su carta de retractación, esto llevó a que se solicitara una revisión de los datos por un tercero, y aunque hubo un consentimiento por parte de Sapan Desai, Surgisphere no realizó la transferencia de los datos alegando que esto llevaría a una violación de los acuerdos con los clientes y los requerimientos de confidencialidad.
Es así como esperamos que haya parado esa loca ola de publicaciones/estudios, que no buscan más que la fama.
Debido a que estos datos contenidos en Surgisphere fueron utilizados para otro estudio publicado en el New England Journal of Medicine (NEJM) el primero de mayo, por los que son prácticamente los mismos autores (Cardiovascular Disease, Drug Therapy, and Mortality in Covid-19), el NEJM decidió también retractarse sobre dicha publicación, en la que se concluía que pacientes con enfermedades cardiovasculares tenían un mayor riesgo de mortalidad intrahospitalaria por COVID-19.
Es así como esperamos que haya parado esa loca ola de publicaciones/estudios, que no buscan más que la fama, y desafortunadamente incentivos económicos, que no tienen un proceso científico integral basado en un método sistemático y crítico, que lo único que hacen es enlentecer nuestro entendimiento sobre esta enfermedad, además de tenernos preocupados con el desarrollo de una vacuna sin todos los parámetros de calidad y seguridad que este tipo de medicamentos de distribución mundial deberían tener.
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