Una mirada a la educación médica en Colombia
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Una mirada a la educación médica en Colombia


La educación médica en los últimos años ha estado ampliamente influenciada por la reforma Flexner de 1910 que revolucionó la metodología en el siglo XX.


Por Jorge Mario Gaspar Toro MD MSc – Médico, fisiólogo, residente de neurología UNAL, secretario ANIR.

En 2010 se presenta un nuevo reporte del análisis del estado de la educación médica auspiciada también por la fundación Carnegie que identifica unos puntos a mejorar; la excesiva duración y rigidez de los programas, el énfasis en la memorización, la falta de integración entre los conocimientos formales y el aprendizaje experencial, una enseñanza clínica a cargo de residentes y supervisada por médicos que tienen menos tiempo para enseñar, atención inadecuada a los pacientes y hospitales sin una misión educativa.

En búsqueda de la innovación médica sugieren unas intervenciones posibles; estandarizar e individualizar el proceso de aprendizaje, promover diversas maneras de integrar la enseñanza de los conocimientos básicos y la práctica clínica, incorporar hábitos de investigación y mejora continua, priorizar el desarrollo progresivo de la identidad profesional de los médicos.

Desde la cumbre mundial de educación médica de 1993 en Edimburgo, se viene planteando la importancia de la unión entre la educación médica y los sistemas de salud, equilibrio entre la formación de profesionales de salud y las necesidades de la comunidad, formacional racional de especialistas de acuerdo con las necesidades de la población, mejoramiento de habilidades de comunicación de la comunidad médica, entendiendo que la educación médica debe estar basada en las poblaciones a las cuales se dirige incluyendo el contesto epidemiológico del paciente y su comunidad.

Nuevas corrientes plantean también la importancia de la humanización en salud y el profesionalismo dentro de los pilares de la educación médica.

Actualmente la formación médica en Colombia viene siguiendo las tendencias mundiales y regionales. El entrenamiento para obtener el grado de médico son seis años incluyendo el internado y un año adicional de Servicio Social Obligatorio para recibir la tarjeta profesional, la cual permite ejercer en el territorio nacional en todos los niveles de atención clínica, de investigación, salud pública, la industria u optar por seguir la carrera académica; ya sea una especialización médica, maestría o doctorado, lo que implica que comparado con otras profesiones se parte de una desventaja de siete años versus cuatro o cinco años en las demás, con todas las implicaciones que esto trae como la cotización al sistema de seguridad social, el acceso a un historial crediticio y el disfrute del tiempo libre.

En el país hay 63 facultades de medicina, según los últimos datos de la asociación colombiana de facultades de medicina ASCOFAME, más de 6500 médicos egresan cada año y según estimaciones para 2030 se alcanzarán las recomendaciones de médicos por habitantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS); para el 2020 se calculaba que el retorno para el país de formar un médico en universidad pública era de 17 años y del doble en una privada, lo cual plantea desafíos de recuperar la inversión.

Se sabe que hay unas altas expectativas por ser médicos especialistas desde que ingresan como estudiantes a la carrera de medicina, un número importante de profesionales formados en el país emigra para continuar su formación académica por la limitación de cupos de residencia y tal vez no regresen, lo que representa un reto importante tanto para el sistema de salud como para la atención integral de los pacientes y las posibilidades de integrar nuevos conocimientos y tecnologías de vanguardia.

Según los datos expuestos en prensa por la Academia Nacional de Medicina (ANM) y el Colegio Médico Colombiano (CMC) en 2023, se estima que el 20% de los que se presentan les toma en promedio cuatro años en ingresar a una residencia médica, lo que expresa la magnitud del desbalance entre la oferta y demanda, pero lo que hay que preguntarse es si se busca un médico integral para atender en la atención primaria y que prevenga la enfermedad, lo que implica tener una alta resolutividad en el sistema de salud, o se espera una atención fragmentada por un médico especializado.

En el campo laboral hay que considerar que el sistema de salud actual cuenta con 2,3 médicos por 1000 habitantes según los últimos datos del 2021 del Banco Mundial y la organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Si se tiene en cuenta que la recomendación mínima que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 2,5 y de 3,6 el promedio en la OCDE, el país va en mejoría progresiva. Lo anterior plantea desafíos porque cada vez se va a contar con más médicos que tienen altas expectativas en salir al mercado laboral, el cual debe tener la capacidad de absorber anualmente casi 7 mil egresados solo de medicina.

Esta oferta hace que no siempre los profesionales vean aumentar proporcionalmente sus ingresos de acuerdo con la inflación y además tienen en su mente la posibilidad de especializarse porque es parte del currículo oculto o por presión social.

Por esa razón, ahora es mandatorio trabajar fuertemente por restablecer el valor como eje del sistema, retomando la importancia y visibilización de la figura del médico general para que pueda ser una opción bien vista a todo nivel.

A corto plazo hay que ser veedores desde los diferentes puntos de vista de la actual discusión en el congreso de la reforma a la salud, que plantea una re-ingeniería del sistema y cambia las condiciones en las cuales se ha formado gran parte del recurso humano en salud.

Es importante estar en esos espacios decisorios para conocer de primera mano, con voz y voto, para que no nos tome por sorpresa el futuro. Ya tenemos experiencias recientes en las cuales se ha trabajado como gremio, por ejemplo en la Ley de Residentes.

A mediano plazo se espera que en todas estas problemáticas se puedan poner de acuerdo los tomadores de decisiones, asociaciones, sindicatos, agremiaciones de profesionales, pacientes, trabajadores y comunidad en general y también acerca del médico que se necesita, que se espera y que se está formando.

No se puede seguir sólo pensando en estadísticas y números para cumplir en los informes, hay que darle prioridad a lo que realmente necesita el país y aquello que esperan los médicos.

Órgano de información del Colegio Médico Colombiano. Epicrisis. Ed. Nº 28 (Junio-Agosto 2023). ISSN: 2539-505X (En línea).

julio 4, 2023

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