La incontinencia urinaria, una patología normalizada por el ser humano
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La incontinencia urinaria, una patología normalizada por el ser humano


La medicina ha mejorado la calidad de vida de los seres humanos, disminuyendo las tasas de mortalidad, erradicando algunas enfermedades, e innovando los tratamientos, siendo cada vez más óptimo su desempeño.


Por Nataly Polanía Pérez – Vocal de salud ambiental en Norte de Santander

Mediante un conocimiento más profundo y por medio de los avances generados por la ciencia, fundamentándose en el objetivo principal: primum non nocere” (lo primero es no hacer daño), establecido por Hipócrates, el padre de la medicina.

La medicina en busca de una mejoría continua ha generado diversidad de descubrimientos a lo largo de la historia, en 130-210 a.C. Galeno estableció la teoría del origen de la incontinencia urinaria, mediante experimentos con animales, demostrando la relación que posee el sistema nervioso con la vejiga.

Este conocimiento se mantiene vigente hasta la actualidad, dado que comprende ser una causa importante de esta condición clínica, generando, posteriormente, en 1560 un tratamiento convencional y adecuado llamado el portaorinas; este consistía en un contenedor con un agujero cuyo objetivo era introducir el órgano copulador masculino (pene) dentro de la ropa interior masculina, con el fin de no presentar escapes de orina que condujeran a posibles accidentes en la vida cotidiana, generando un gran éxito en la población, contando con la aprobación y uso de figuras públicas de la época como era Napoleón III.

Aunque existía un tratamiento convencional efectivo dado a la época y las circunstancias descritas, se definieron estigmas sociales sobre los pacientes debido a su incurable condición y el olor que emana causado por la salid involuntaria de orina, dificultando las interacciones de los individuos en la sociedad.

En 1881, los investigadores A. Mosso y P. Pellanaci, estudiaron la funcionalidad de la vejiga mediante múltiples experimentos con animales. Los sometían a diversos cambios volumétricos en la vejiga, descubriendo así que esta no cambiaba de presión con el aumento de la orina, e hizo posible detallar la capacidad de almacenamiento y la adaptabilidad. Este hallazgo dio lugar a la cistometría.


La incontinencia urinaria se define como la incapacidad de la vejiga de ejercer el control sobre si misma, afectando el llenado y vaciado correctamente, lo que genera pérdida de orina en situaciones de la vida cotidiana.


En la actualidad, las patologías urinarias han abarcado la gran mayoría de causas de afectación en la población adulta de ambos sexos con enfermedades de base, una de las patologías más frecuente es la incontinencia urinaria, siendo más común en las mujeres, aumentando la prevalencia gradualmente con la edad.

La incontinencia urinaria se define como la incapacidad de la vejiga de ejercer el control sobre si misma, afectando el llenado y vaciado correctamente, lo que genera pérdida de orina en situaciones de la vida cotidiana.

Existe una clasificación determinada dependiendo de la etiología.

  • La incontinencia urinaria de esfuerzo: relacionada a actividades como ejercicio físico, estornudar o toser causada por la hipermovilidad uretral y deficiencia esfinteriana intrínseca,
  • Incontinencia urinaria de urgencia: caracterizada por presentar nicturia y aumento de la frecuencia diurna debido a la hiperactividad del detrusor,
  • Incontinencia urinaria por rebosamiento: presenta pérdida de orina y goteo continuo por hipo-actividad del detrusor u obstrucción del tracto urinario interior.

Es importante tener en cuenta los factores de riesgo presentes como la obesidad, la edad (más frecuente en los adultos mayores), sexo femenino, infecciones recurrentes, antecedentes familiares, tabaquismo, enfermedades neurológicas, ya que estas condiciones ocasionan una mayor posibilidad de presentación.

Uno de los síntomas más frecuentes en los pacientes es la incontinencia urinaria, pero no es el motivo de consulta más usual en los adultos mayores, debido a que los pacientes al ingresar a consulta atribuyen esta condición a la etapa de envejecimiento.

Es importante ejercer una efectiva comunicación con el paciente a la hora de la consulta, estableciendo una serie de preguntas al paciente con el fin de determinar el grado de afectación de la patología, basados en la ICIQ International Consultation on Incontinence Questionnaire, a continuación:

  • ¿Con qué frecuencia pierde la orina?
  • Indique: ¿cuánta es la cantidad de orina que se escapa, o pierde habitualmente?
  • ¿En qué medida considera que afecta a su vida cotidiana?
  • ¿Qué actividades considera que le genera la pérdida de orina?

Mediante la puntuación que nos indique, se determinará el tratamiento más adecuado dependiendo el grado de afectación que se presente.

Es indispensable obtener un tratamiento conservador como la primera línea, los ejercicios de Kegel es un medida terapéutica no farmacológica que consiste en indicarle al paciente una serie de actividades, cuyo objetivo es la contracción de músculos del piso pélvico. Como segunda línea se establece el tratamiento farmacológico como anticoligérnicos, bloqueadores de canales de calcio, antidepresivos, y finalmente en la tercera línea se encuentran los procedimientos quirúrgicos.

Por último, la incontinencia urinaria no debe ser normalizada, se debe tratar para evitar futuras complicaciones.

diciembre 15, 2022

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