Bondad con los usuarios
Editorial Monitor Salud, Monitor Salud

Bondad con los usuarios


Cuando me reúno a dialogar con las comunidades, me contagio de su dolor porque veo  sus  padecimientos. Por eso en cada actuación y decisión que tomamos priorizamos al usuario.


Por Fabio Aristizábal Ángel – Superintendente Nacional de Salud.

Desde el comienzo de mi gestión, hace ya 16 meses, me propuse corregir, depurar y enderezar el rumbo que llevaba el sistema de salud en Colombia. Ha sido una tarea titánica en la que he avanzado con mi equipo de trabajo y que no ha estado exenta de retos, riesgos, e incluso intimidaciones, por los intereses que se mueven en este sector.

Hasta el día no nos ha faltado firmeza para tomar decisiones, porque nuestra prioridad es mejorar la prestación en salud a todos los usuarios que, al acudir a una EPS o IPS, bus- can algo tan simple como es que se les garantice su derecho constitucional de recibir una atención digna.

Fabio Aristizábal – Superintendente Nacional de Salud

Desde el primer día enviamos el mensaje de que aquellas Entidades Promotoras de Salud que no le estuvieran cumpliendo a los colombianos debían enmendar el camino o estaban destinadas a desaparecer.

En el último trimestre hemos adoptado las máximas sanciones administrativas que nos permite la ley contra Emdisalud, Cruz Blanca y Saludvida, tres EPS que, por su cúmulo de incumplimientos de todo tipo, ordenamos liquidar.

En los tres casos nos llenamos de evidencias sobre la mala atención, las dilaciones en la entrega de medicamentos, la desidia para autorizar procedimientos, la precariedad de sus redes de prestación, las malas prácticas en el uso de los recursos de la salud y hasta el deterioro constante de sus indicadores financieros y administrativos.

Era un hecho que estas EPS estaban enfermando nuestro sistema de salud y para evitar que siguieran causando más daño, procedimos a tomar medidas correctivas de fondo.

Y, en este caso, haberles permitido seguir luego de varios años en los que no corrigieron hubiera causado un daño sistémico con consecuencias aún más nefastas sobre los usuarios.

El caso de la EPS Comfacor, que liquidamos en el primer semestre de este año y cuyos 535.000 afiliados fueron trasladados de EPS y mayoritariamente hoy cuentan con acceso a mejores programas de salud, es un buen referente de que este tipo de medidas redundan en beneficio de los usuarios.

Y aquí debo ser muy enfático: todas nuestras actuaciones van encaminadas única y exclusivamente a cumplir con los usuarios. Y nos hemos propuesto hacerlo con bondad.

Por eso, la prioridad ha sido estar más cerca. De ahí que hemos ampliado los canales de atención y fortalecido nuestra presencia regional para que en todos los rincones puedan acudir a nosotros.

Tenemos unos escenarios denomina- dos ‘Diálogos con la Supersalud’ en los que visitamos los territorios e interactuamos directamente con sus habitantes. En estos 16 meses hemos estado en todos los departamentos escuchando las inquietudes que apremian a más de 10.000 colombianos en materia de salud.

Hemos comprobado que cuando hacemos presencia en las regiones aparecen muchas de las soluciones y se destraban milagrosamente los obstáculos que promotoras y prestadores les ponen a los usuarios. En una frase: todo fluye.

En cada viaje, encuentro o visita que hago, me encuentro con sorpresas de todo tipo. Desde la gerente de hospital que se quiso pasar de avivata disfrazando la realidad de su institución, hasta la mujer que estalla en llanto frente a la comunidad mientras cuenta el drama que vive por cuenta de la negligencia que han tenido los agentes de salud con su enfermedad.

Con el paso del tiempo los auditorios van en aumento. Y la participación de los usuarios sigue esa tendencia creciente: en septiembre de 2018 realizamos el primer ‘Diálogo’ en el municipio de Amagá (Antioquia) donde tomaron la palabra 8 personas, asistieron unas 50 y recibimos 48 PQRD (peticiones, quejas, reclamos o denuncias). Casi un año después, el pasado 11 de octubre, tuvimos en Cúcuta a 498 participantes, 41 intervinieron y nos radicaron 393 PQRD.

A esos diálogos comunitarios convocamos también a las EPS más representativas en el territorio y a las Secretarías de Salud, para que pongan la cara y asuman sus responsabilidades. Queremos que vean de primera mano en qué están fallan- do y los reclamos que les hacen sus propios usuarios.

Haciendo eco de esas quejas, a las EPS no he dudado en llamarles la atención por la baja cobertura, por la carencia de una red prestadora suficiente o por la deficiente e inoportuna atención. Y a las autoridades locales de salud, por no cumplir adecuadamente con sus competencias.

Sin pecar de alarmista, diría que el común denominador de los auditorios regionales a donde asisto es el dolor. Y yo me contagio de ese dolor cuando miro el comportamiento de muchos de nuestros vigilados en los territorios.

Es dolor de patria

Más de un año al frente de la Su- perintendencia, y luego de detectar más de 40 modalidades de presuntas malas prácticas, me he dado cuenta que detrás de cada lágrima y de cada urgencia de un usuario de la salud, hay también un agazapado que se llena los bolsillos con métodos poco ortodoxos, aprovechándose de la codicia de unos actores que no se miden a la hora de armar triquiñuelas.

Lo cierto es que en cada escenario al que asisto con la comunidad expongo la radiografía contextualizada de lo que le ha venido ocurriendo a la salud de nuestro país. Les muestro que el problema no es de nuestro modelo pues hasta

en países tan avanzados como Suiza nos lo han elogiado- sino que el meollo se encuentra en la actuación de los que integran el sistema.

Y es que se nos olvidó algo tan esencial como la sensibilidad por el que sufre. En una palabra, nos falta bondad. Pienso que, si nos pusiéramos en los zapatos del otro, las cosas empezarían a mejorar.

Por eso suelo cerrar mis presentaciones ante los auditorios con una frase del Papa Francisco con las que los invito a reflexionar: “No sirve de mucho la riqueza en los bolsillos cuando hay pobreza en el corazón”.

Fuente: Publicación digital de la Superintendencia Nacional de Salud. Revista Monitor Salud. Ed. Nº 2 (2019)

abril 4, 2022

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