Reinfección, reactivación e inmunidad en pacientes recuperados de COVID-19
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Reinfección, reactivación e inmunidad en pacientes recuperados de COVID-19


Recientes investigaciones ponen en duda el supuesto de que el sistema inmune crea las “defensas” suficientes para protegernos ante cualquier nuevo ataque del SARS-CoV-2.


Por Carlos Felipe Durán Torres – MD, Epidemiólogo y MBA – Universidad del Rosario

Existe la creencia de que padecer COVID-19 es un evento único en la vida y que, si sobrevivimos a este (probabilidad general aproximada: 98%), ya pasamos por lo peor, incluso, existen algunas personas que prefieren enfermarse y “salir de eso de una vez”, como si fuera quizás algún trámite de la vida contemporánea.

Esta creencia se basa en el supuesto de que el sistema inmune creará las “defensas” suficientes para protegernos ante cualquier nuevo ataque del SARS-CoV-2.

Sin embargo, recientes investigaciones han puesto en duda este supuesto, por lo que este escrito pretende ser una breve revisión narrativa sobre este tema.

Con la intención de abarcar el tema con una mayor amplitud, lo dividiremos en tres partes.

En la primera parte hablaremos sobre un estudio realizado en animales, en la siguiente parte sobre estudios en los que se ha evaluado la IgG como indicador de inmunidad, y en la última parte sobre los reportes de reinfecciones/reactivaciones.

Estudio en Animales

Linlin Bao (https://doi.org/10.1101/2020.03.13.990226) reportó un estudio en 4 monos Rhesus, en los que después de recuperarse de una infección inducida por SARS-CoV-2, y tener anticuerpos positivos, se les dio a 2 de ellos un segundo desafío con inyecciones intratecales del mismo virus y no se observó la presencia de replicación viral 5 días posteriores al desafío, lo que podría indicar, pese a sus limitaciones, que la respuesta inmune a la infección primaria podría proteger frente a futuras exposiciones al SARS-CoV-2.

Inmunoglobulina G (IgG)

La IgG es la más abundante de las inmunoglobulinas y provee una respuesta de anticuerpos de larga duración. Esta se produce como respuesta secundaria a un estímulo antigénico, y hace parte de la respuesta inmune adaptativa al ser liberada por las células de memoria cuando un estímulo similar se vuelve a presentar.

Adicionalmente, es relevante mencionar que las vacunas inducen predominantemente este tipo de anticuerpos. Por estas razones, los estudios sobre la producción y concentración de IgG específica para SARS-CoV-2 son muy importantes y quizás son los estudios que se encuentran con más frecuencia.

Es así como Irani Thevarajan y Fan Wu nos muestran, en sus respectivos estudios, que los anticuerpos neutralizadores específicos al SARS-CoV-2 se empiezan a detectar 10 a 15 días posteriores al inicio de los síntomas, persistiendo por al menos 7 días posteriores a la finalización de estos.

Además, presentan una concentración variable que se correlacionaba positivamente con los niveles de proteína C reactiva, indicando una asociación entre la respuesta inmune humoral y celular  (https://doi.org/10.1101/2020.03.30.20047365, https://doi.org/10.1038/s41591-020-0819-2).

Esta variación en la concentración de la IgG también se presentó en otro estudio realizado por Quan-Xin Long (https://doi.org/10.1038/s41591-020-0965-6), en el que se describe una mayor prevalencia de IgG+ en pacientes sintomáticos comparado con asintomáticos (60% vs 87,1%) además de mayores concentraciones en sintomáticos. De los IgG+ 40% se negativizaron en el grupo de asintomáticos y 12,9% en el otro grupo.

En el mismo sentido, el estudio realizado por Anita Iyer (https://doi.org/10.1101/2020.07.18.20155374) en 259 pacientes, en el que se realizaron mediciones de diferentes inmunoglobulinas (IgA, IgM e IgG), encontró una sensibilidad a cada una de estas igual o superior al 97% a los 15 a 28 días posteriores al inicio de síntomas, alcanzando el pico máximo de concentración de estas hacia el día 21 a 25, y la negativización de la IgM e IgA con la permanencia de la IgG+, aunque con menor concentración, al terminar el estudio (75 días). Asimismo, un estudio realizado por Javier Ibarrondo (https://doi.org/10.1056/NEJMc2025179) en 34 pacientes (30 confirmados por qRT-PCR y 4 por nexo epidemiológico) mostró que la IgG tenía una vida media de 36 días.

Estos estudios nos muestran que las concentraciones de IgG son muy variables entre pacientes recuperados y generan preocupación sobre la respuesta inmune adaptativa que está generando la infección por SARS-CoV-2, además de la efectividad a mediano o largo plazo de una vacuna.

Reinfección/Reactivación

Los primeros reportes de reactivaciones fueron reportados en mayo por Guangming Ye (https://doi.org/10.1016/j.jinf.2020.03.001) quien describió un porcentaje de reactivación del 9% entre 55 pacientes recuperados.

Estos pacientes tenían edades entre los 27 y 42 años, no tenían comorbilidades, presentaron síntomas leves en la reactivación y nuevas pruebas positivas (qRT-PCR) entre 4 a 17 días posteriores a haber sido declarados como recuperados.

Otro estudio, publicado por Dominique Batisse (https://doi.org/10.1016/j.jinf.2020.06.073), identificó a 11 pacientes, que en los 21 días posteriores a la primo-infección y ser declarados cínicamente recuperados (6 presentaron qRT-PCR negativas), presentaron nuevamente síntomas mayores y qRT-PCR positiva.

Lo que estos reportes nos generan son más dudas que certezas, debido a su diseño y la imposibilidad de saber si lo presentado en estos casos era una reactivación de la enfermedad o reinfección por SARS-CoV-2. Igualmente, nos muestran la necesidad de profundizar en este tema y conocer quiénes son los que están más en riesgo, ya que, teniendo en mente los estudios sobre anticuerpos, se podría llegar a pensar que las personas que han tenido síntomas leves o que han sido asintomáticos son los que tienen un riesgo mayor de una reactivación/reinfección.


Probablemente a medida que se vayan presentando “segundas olas” de contagios de esta enfermedad más estudios nos darán mucha mayor claridad al respecto.


En conclusión, esta pequeña revisión narrativa nos muestra que, aunque no se conoce exactamente el papel protector de los anticuerpos en la infección por SARS-CoV-2, hay que tener cautela con respecto a los “pasaportes” de pacientes recuperados, la inmunidad de rebaño e incluso sobre la duración de la inmunidad producida por las vacunas en desarrollo.

agosto 19, 2020

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