Ventajas y controversias de la historia clínica electrónica (HCE), Ley 2015 de 2020
Actualidad, Medicina digital

Ventajas y controversias de la historia clínica electrónica (HCE), Ley 2015 de 2020


Los beneficios de las HCe digitales son innegables y la potencialidad está la vista, pero como profesionales es importante analizar las posibles controversias que surgen de estas nuevas tecnologías.


Por. Samuel Barbosa MD, MSP, MeHealth© – samuelbarbosatrabajo@gmail.com

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La digitalización es un cambio necesario y tiene ventajas innegables, que hacen parte de la 4 revolución industrial de la era digital.

Los alcances y potencialidad de una Historia Clínica Electrónica (HCE) son innumerables, pero a su vez existen riesgos y desventajas, entre las principales están:

  • Seguridad vs fuga de información
  • Privacidad vs “democratización del conocimiento”
  • Autonomía vs IA con procesamiento de información y análisis de comportamiento.

El 31 de enero de 2020, se sancionó la ley 2015 “POR MEDIO DEL CUAL SE CREA LA HISTORIA CLÍNICA ELECTRÓNICA INTEROPERABlE Y SE DICTAN OTRAS DISPOSICIONES” la cual es un avance en materia tecnológica y una nueva herramienta para el sistema de salud.

Me uno a los aplausos de todos los sectores por este nuevo avance, pero en este articulo quiero aportar tópicos diferentes en una evaluación de ventajas y controversias de la HCE que son motivo de discusión en estudios académicos.

Para ello, quiero tomar las investigaciones desarrolladas por Peek N, Pereira P (1), Zachare R et al (2) y Peled J (3) en las cuales encontramos:

1. La información se utilizará solo para el fin que fue recolectada – ésta se conoce como la 1 ley de la informática médica (1,4). El análisis y procesamiento de información se debe fundamentar de la evaluación del método científico.

Cuando se usa la información recolectada para objetivos secundarios o diferentes, o sin un propósito especifico, se puede incurrir en malas interpretaciones (1), entre las principales causas está la variabilidad de la información en cada historia clínica entre un profesional a otro (hasta 60%) en casos similares, adicionalmente a esto existe perdida de información que no se encuentra en HC pero sí fue dada al profesional que realizó la atención (1,5).

Por otro lado, actualmente se presenta dificultad de los profesionales de la salud en aplicar el conocimiento médico dado que la mejor evidencia que existe, se fundamenta en ensayos clínicos aleatorizados con población altamente seleccionada y que se aleja de la realidad (1).

2. El análisis de BIG-DATA no puede reemplazar los métodos tradicionales de investigación – el análisis de BIG-DATA por medio de estudios retrospectivos observacionales tienen menor “poder” estadístico para encontrar causalidad y asociación que los estudios prospectivos aleatorizados, al igual que mayor riesgo de sesgos no evaluados (1).

Adicionalmente a esto, los grupos más grandes de población ayuda que se controle mejor la variabilidad más no controla los sesgos (1,6). En contraposición cada vez es visible la influencia de la industria en los estudios para el desarrollo de “evidencia” en favor de un tratamiento frente a otro (1).

3. Para proteger la privacidad de los pacientes, los datos de salud nunca deben reutilizarse para la investigación sin el consentimiento explícito de los pacientes interesados – este tipo de practicas van en contra vía a la ética profesional y principios bioéticos, en muchos casos la recolección de la información no cuenta con un consentimiento especifico y puede solo ser parte de las condiciones de uso de una aplicación.

A su vez afectan la confianza en la cual se fundamenta la relación medico paciente al desarrollar o adquirir información de un paciente sin dicho consentimiento. En EEUU se desarrolló la directriz de Protección de Datos fundamentada en 3 principios: transparencia, propósito legitimo y proporcionalidad (1), que en el caso de un análisis o “democratización de información” pueden estar ausentes.

En contraposición es de reconocer que el proceso del desarrollo investigativo es prolongado, llegando afectar el desarrollo de nueva evidencia y tratamientos porque la información que se encuentra en las HCe no son de acceso para estudios (1,7).

4. Los profesionales de la salud (principalmente médicos) enfrentan nuevos riesgos de responsabilidad legal – dado que la información esta permanente, y esto genera una especie de “huella digital”, existe cada vez un cambio en el comportamiento de los records de la información en las HC al ser digital o electrónica dado la verificación y observación de evaluadores externos, esto conlleva a que exista un comportamiento anómalo o diferente al que se tendría cuando la HC es privada (2).

Por otro lado, la revisión de las HCe y la “autopsia” de los récords electrónicos han permitido detectar errores sistemáticos que se pueden presentar en la atención de pacientes, que asisten a un servicio especifico por una patología específica.

5. Las HCe pueden afectar la formación médica – en una encuesta realizada en estudiantes de Jhon Hopskins el 95% considera que el aprendizaje de los exámenes, tratamiento y ordenes de medicamentos eran mejor si los récords médicos se hacían en hospitales con HC física vs con HCe (3).

En contraposición la capacidad de los records electrónicos ha permitido mayor alcance en la revisión y estudio de casos para los mismos estudiantes, al igual que tener la posibilidad de la autoevaluación de dichos records (3,8).

Los beneficios de las HCe digitales son innegables y la potencialidad esta la vista, pero como profesionales es importante analizar las posibles controversias que surgen de estas nuevas tecnologías, el debate esta abierto, y propongo una pregunta para continuar.

¿Les gustaría que su información médica fuera de acceso público? (qué sí y qué no) ¿Estaría toda la información allí escrita? y ¿toda sería 100% verídica?  ¿Omitiría información al saber que ésta es de acceso público?

Referencias:
  1. Peek N, Rodrigues PP. Three controversies in health data science. Int J Data Sci Anal. 1 de noviembre de 2018;6(3):261-9.
  2. Paterick ZR, Patel NJ, Ngo E, Chandrasekaran K, Jamil Tajik A, Paterick TE. Medical liability in the electronic medical records era. Proc (Bayl Univ Med Cent). 11 de septiembre de 2018;31(4):558-61.
  3. Peled JU, Sagher O, Morrow JB, Dobbie AE. Do Electronic Health Records Help or Hinder Medical Education? PLoS Med [Internet]. 12 de mayo de 2009 [citado 28 de noviembre de 2019];6(5). Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2673034/
  4. Van der Lei J. Use and abuse of computer-stored medical records. Methods Inf Med. abril de 1991;30(2):79-80.
  5. Cruz-Correia, R., Rodrigues, P.P., Freitas, A., Chen, R., Costa-Pereira, A.: Data quality and integration issues in electronic health records. In: Hristidis, V. (ed.) Information Discovery on Electronic Health Records, Data Mining and Knowledge Discovery Series, Chap 4, pp. 55–95. CRC Press, Boca Raton (2009).  https://doi.org/10.1201/9781420090413-c4
  6. Van Poucke, S., Thomeer, M., Heath, J., Vukicevic, M.: Are Randomized Controlled Trials the (G)old Standard? From Clinical Intelligence to Prescriptive Analytics. Journal of Medical Internet Research 18(7), e185 (2016).  https://doi.org/10.2196/jmir.5549
  7. UseMyData.org: UseMyData.org website.URLwww.usemydata.org
  8. Chaudhry B, Wang J, Wu S, et al. Systematic review: impact of health information technology on the quality, efficiency, and costs of medical care. Ann Intern Med. 2006;144:742–752. doi:10.7326/0003-4819-144-10-200605160-00125. [PubMed] [CrossRef] [Google Scholar]
marzo 2, 2020

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