Las sanciones impuestas a médicos podrían llevar a que no acepten casos de alto riesgo. La magnitud de las penas no respeta el principio de la proporcionalidad y desconoce que la medicina es una actividad de medios y no de resultados.
El 25 por ciento de los médicos en Colombia ha pasado por un proceso ético disciplinario y en los últimos años aproximadamente 1.500 médicos han sido condenados por el Tribunal Nacional de Ética Médica.
Las condenas superan el diez por ciento de los procesos que reciben, lo que demuestra que la justicia médica es la más severa y eficiente del país.
Ante el Tribunal no existe posibilidad de retractarse, cancelar una demanda o de terminación anticipada del proceso, dice el doctor Fernando Guzmán, presidente de la Federación de Médica Colombiana y magistrado del Tribunal Nacional de Ética Médica.
“En la justicia ordinaria si la víctima es indemnizada en la parte civil, es suficiente para culminar el proceso; borrón y cuenta nueva. En el tribunal médico esto no ocurre. Todos los procesos llegan hasta el juicio final. Además,toda condena queda registrada en los antecedentes y el médico no puede volver a firmar contratos”.
Para la Federación las últimas sentencias de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado son una clara amenaza al ejercicio médico. “Aceptamos ser vigilados porque como médicos somos seres humanos y nos podemos equivocar, pero no ser tratados como criminales o que se nos coloque contra la pared.
Vivimos una época de persecución a la profesión. Las sentencias de la Corte Suprema de Justicia son erráticas y las del Consejo de Estado, lamentables. Afirmar, por ejemplo, que la medicina es una actividad peligrosa denota la más absoluta ignorancia”, dice el doctor Guzmán.
Para la Federación lo más preocupante es la arbitrariedad y el autoritarismo judicial por el ansía de legislar sobre una ciencia que los magistrados desconocen por completo.“Proponemos que como órgano consultor del Estado, la Federación sirva de centro de conciliación y arbitraje.
Al ser juzgados por pares, no habría lugar a tantos errores y sentencias absurdas. Además evitaría la congestión a la justicia ordinaria y una pérdida económica enorme para el país”, explica el doctor.
La Ley 100, una vergüenza nacional
En los cien años de la Federación, nunca antes el ejercicio de la profesión había sido tan desconsolador y agobiante. Según su presidente, “la Ley 100, que es la mayor vergüenza ensistemas de salud de todo el mundo, fue coartando el quehacer médico, sin descontar que echó al olvido al paciente y lo registró como cliente ante el sistema”.
“El médico como cualquier otro ciudadano colombiano con derechos iguales a los demás, se convirtió en una amenaza para la sociedad”.
La Ley Estatutaria devolvió la autonomía médica y tuvo la intención de dignificar la profesión, pero falta una ley ordinaria que la reglamente y la haga cumplir.
Algunas dependencias del Gobierno han tratado de no acatar la Ley 1751, lo cual es ilegal. Por lo tanto, como Federación, debemos velar por recuperar eltrato decente y justo a los médicos, así como cuidar del ejercicio ético de la profesión.
Para la Federación resulta urgente reestructurar el sistema de aseguramiento basado en la “competencia regulada” porque resultó meramente utilitarista, y desistir del andamiaje creado para la explotación de la salud.
“Debemos girar hacia otro modelo que no le entregue el Estado a la empresa privada y que termine con la intermediación financiera. La salud es un derecho fundamental que no se puede dejar a la oferta y la demanda”, puntualiza el doctor Guzmán
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