Un tratado histórico para la salud global: claves, retos y oportunidades del nuevo acuerdo de pandemias de la OMS
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Un tratado histórico para la salud global: claves, retos y oportunidades del nuevo acuerdo de pandemias de la OMS


La Asamblea Mundial de la Salud ha aprobado por unanimidad un tratado internacional de pandemias, un acuerdo histórico impulsado por la OMS que busca garantizar una respuesta global más equitativa y coordinada ante futuras crisis sanitarias.


El tratado introduce mecanismos innovadores para el acceso a vacunas, tratamientos y diagnósticos, aunque enfrenta desafíos por la falta de medidas obligatorias y la necesidad de voluntad política para su implementación. Analizamos en profundidad las claves, fortalezas y debilidades de este pacto que aspira a proteger mejor al mundo frente a nuevas amenazas pandémicas.

Un hito en la historia de la salud pública

El 20 de mayo de 2025 quedará registrado como una fecha clave en la historia de la salud pública internacional. Tras tres años de intensas y complejas negociaciones, los 194 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobaron por unanimidad un tratado internacional de pandemias. Este acuerdo, largamente esperado y discutido, surge como respuesta a las profundas desigualdades y fallos de coordinación que quedaron al descubierto durante la pandemia de COVID-19, y representa un avance significativo hacia una gobernanza sanitaria global más justa, equitativa y eficiente.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, celebró la aprobación del tratado como “una victoria para la salud pública, la ciencia y la acción multilateral”, subrayando que el acuerdo permitirá proteger mejor al mundo de futuras amenazas pandémicas. La ministra de Sanidad de España, Mónica García, lo calificó como un “éxito diplomático, político y de la salud global”, destacando la capacidad de la comunidad internacional para alcanzar consensos en un contexto de tensiones geopolíticas y desinformación.

Pero, ¿qué implica realmente este tratado? ¿Cuáles son sus mecanismos más innovadores? ¿Qué retos y debilidades enfrenta? Y, sobre todo, ¿cómo puede transformar la manera en que el mundo se prepara y responde ante futuras pandemias? A continuación, analizamos en profundidad las claves de este acuerdo histórico.

El objetivo: prevenir, prepararse y responder mejor

El tratado de pandemias de la OMS parte de una premisa fundamental: la pandemia de COVID-19 evidenció que el mundo no estaba preparado para enfrentar una crisis sanitaria de tal magnitud. Millones de personas murieron sin acceso a vacunas, tratamientos o diagnósticos, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Las desigualdades en el acceso a recursos sanitarios, la falta de coordinación internacional y la competencia entre Estados por insumos críticos agravaron el impacto de la crisis.

El objetivo central del tratado es, por tanto, “prevenir, prepararse y responder mejor” ante futuras pandemias, aprendiendo de los errores cometidos y asegurando que la respuesta global sea más equitativa y coordinada. El acuerdo reconoce explícitamente la necesidad de garantizar que los productos sanitarios —vacunas, tratamientos, diagnósticos— lleguen a quienes más los necesitan, independientemente de su poder adquisitivo o ubicación geográfica.

Este enfoque supone un cambio de paradigma en la gobernanza sanitaria internacional, situando la equidad y la solidaridad en el centro de la respuesta a las emergencias de salud pública. El tratado busca evitar que, en la próxima gran crisis, se repitan las escenas de acaparamiento de recursos, retrasos en la distribución de vacunas y exclusión de los países más vulnerables.

Mecanismos innovadores: acceso a patógenos y reparto de beneficios

Uno de los pilares más novedosos del tratado es la creación de un sistema multilateral de acceso a patógenos y reparto de beneficios, conocido por sus siglas en inglés como PABS (Pathogen Access and Benefit-Sharing System). Este mecanismo establece que los países que detecten virus o agentes patógenos con potencial pandémico deberán compartir de manera rápida y transparente las muestras y su secuencia genética con la comunidad internacional.

A cambio, los países que compartan estos recursos recibirán al menos un 10% de los productos resultantes —vacunas, tratamientos, diagnósticos— en forma de donación, y otro 10% a precios asequibles. Este sistema busca incentivar la cooperación y la transparencia, evitando que la información y los recursos biológicos se conviertan en moneda de cambio o fuente de conflicto entre Estados.

El PABS se inspira en modelos previos de reparto de beneficios, como el utilizado para la gripe aviar, pero lo amplía y adapta a la realidad de las pandemias del siglo XXI. Sin embargo, los detalles operativos de este sistema aún deben ser negociados en un anexo específico, cuya discusión está prevista para 2026. La eficacia del PABS dependerá en gran medida de la voluntad de los países para compartir información y de la capacidad de la OMS para coordinar y supervisar el proceso.

Red Global de Logística y Suministros: evitar el colapso en la distribución

Otra de las herramientas clave del tratado es la creación de la Red Global de Logística y Suministros (GSCL Network, por sus siglas en inglés). Durante la pandemia de COVID-19, muchos países, especialmente en África y otras regiones vulnerables, tuvieron que esperar semanas o incluso meses para recibir mascarillas, respiradores o pruebas PCR, mientras que en otras zonas sobraba el material e incluso caducaban las vacunas.

La nueva red busca coordinar de antemano a gobiernos, agencias internacionales, empresas logísticas y fabricantes, para que en caso de crisis se activen rutas de distribución ya definidas y se prioricen las necesidades sanitarias por encima de los intereses comerciales o geopolíticos. Este enfoque pretende evitar el colapso en la cadena de suministros y garantizar que los recursos lleguen de manera rápida y eficiente a los lugares donde más se necesitan.

La GSCL Network representa un avance en la planificación y preparación logística, permitiendo una respuesta más ágil y coordinada ante emergencias sanitarias. Sin embargo, su éxito dependerá de la cooperación entre múltiples actores y de la capacidad para superar barreras burocráticas, regulatorias y comerciales.

Condiciones al dinero público en investigación: acceso y precios justos

Por primera vez en un tratado internacional, se exige a los países que pongan condiciones al dinero público invertido en investigación y desarrollo de productos sanitarios. El artículo 9 del tratado establece que los gobiernos deben garantizar precios asequibles, compartir tecnología y facilitar licencias abiertas para los productos desarrollados con fondos públicos.

Esta medida responde a una de las principales críticas surgidas durante la pandemia de COVID-19, cuando muchas vacunas y tratamientos financiados con dinero público terminaron siendo inaccesibles o demasiado costosos para gran parte de la población mundial. El tratado busca corregir esta distorsión, asegurando que la inversión pública se traduzca en beneficios públicos y no en ganancias exclusivas para unas pocas empresas.

Michelle Childs, directora de Promoción Política de la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi), destaca que este artículo es “una herramienta concreta para asegurar el acceso equitativo a tratamientos, vacunas o diagnósticos desarrollados con dinero público”. Los gobiernos, señala, deben actuar como inversores responsables, priorizando el interés general sobre los intereses comerciales.

Debilidades y retos: la falta de mecanismos obligatorios

A pesar de sus avances, el tratado de pandemias presenta debilidades importantes. La principal crítica es la ausencia de mecanismos obligatorios y sanciones para garantizar el cumplimiento de sus disposiciones. La mayoría de las medidas, incluida la transferencia de tecnología, son voluntarias y dependen de la voluntad política de los Estados.

El tratado propone principios ambiciosos y herramientas innovadoras, pero carece de mecanismos vinculantes de cumplimiento. No se prevén sanciones para los países que no cumplan con sus compromisos, sino revisiones periódicas entre Estados. Además, el sistema PABS, clave para compartir los beneficios de la investigación tecnológica, aún no está definido en detalle y dependerá de futuras negociaciones.

Esta falta de obligatoriedad ha sido motivo de preocupación para muchos países del Sur Global, que reclamaban medidas más contundentes, como licencias obligatorias y transferencias tecnológicas forzosas. Sin embargo, las resistencias de algunos países desarrollados y de la industria farmacéutica han limitado el alcance del tratado en este aspecto.

Un paso adelante en la gobernanza sanitaria global

A pesar de sus limitaciones, el tratado de pandemias es considerado por expertos y autoridades como un paso histórico hacia una gobernanza sanitaria global más justa y solidaria. El acuerdo sienta las bases para corregir desigualdades estructurales y refuerza el multilateralismo en un contexto de crecientes desafíos globales.

Pedro Gullón, director general de Salud Pública de España, destaca que “es un éxito que tengamos un acuerdo de pandemias, especialmente en un momento complicado de ataques contra el multilateralismo y de dudas esparcidas sobre la utilidad de la OMS”. El tratado demuestra que, a pesar de las diferencias políticas y económicas, la comunidad internacional puede alcanzar consensos en temas cruciales para la supervivencia y el bienestar de la humanidad.

Soberanía nacional y desinformación: aclarando mitos

Uno de los mayores obstáculos a los que se ha enfrentado el tratado de pandemias es la ola de desinformación que ha surgido en torno a su contenido, especialmente en redes sociales y ciertos sectores políticos. Diversas campañas han difundido la falsa idea de que el acuerdo otorgaría a la OMS el poder de imponer confinamientos, obligar a los países a vacunar a sus poblaciones o controlar directamente sus sistemas de salud.

Sin embargo, el texto del tratado no socava la soberanía nacional: los Estados seguirán teniendo la última palabra sobre las medidas que adopten. El acuerdo establece principios y mecanismos de cooperación, pero no impone obligaciones directas ni limita la capacidad de los países para decidir sus políticas sanitarias. Según advierten expertos como Michelle Childs, estas narrativas engañosas no solo distorsionan el debate, sino que también “ponen en riesgo la posibilidad de alcanzar acuerdos multilaterales que podrían salvar millones de vidas en futuras crisis sanitarias”.

Entrada en vigor y próximos pasos

El tratado de pandemias entrará en vigor 30 días después de que 60 países hayan depositado sus instrumentos de ratificación, aceptación o adhesión ante el secretario general de la OMS. Este proceso puede llevar varios meses, dependiendo de la voluntad política y los procedimientos internos de cada país.

Además, para que el tratado sea plenamente eficaz, será necesario negociar y aprobar el anexo sobre el acceso a patógenos y reparto de beneficios, cuya discusión está prevista para 2026. La implementación efectiva del acuerdo requerirá un esfuerzo sostenido de cooperación internacional, supervisión y rendición de cuentas.

Conclusión: una oportunidad única para fortalecer la salud global

En un mundo cada vez más interconectado y vulnerable a nuevas amenazas sanitarias, el tratado de pandemias de la OMS representa una oportunidad única para fortalecer la cooperación internacional y proteger la salud global. Aunque no es perfecto y enfrenta desafíos importantes, el acuerdo marca un antes y un después en la manera en que la comunidad internacional se prepara y responde ante las crisis sanitarias.

El éxito del tratado dependerá de la voluntad de los Estados para implementar sus principios, de la capacidad de la OMS para coordinar y supervisar su aplicación, y de la presión de la sociedad civil y la comunidad científica para exigir transparencia, equidad y solidaridad. Solo así será posible evitar que, en la próxima pandemia, el mundo vuelva a cometer los mismos errores y millones de vidas queden nuevamente en riesgo.


Fuente: El País – Los países de la OMS aprueban por unanimidad un histórico tratado de pandemias: estas son las claves del acuerdo que “protegerá mejor al mundo”

mayo 21, 2025

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