En el vasto mar del conocimiento científico, la publicación de artículos representa el faro que guía a los investigadores hacia el reconocimiento y la contribución al avance de la humanidad
Por Jheremy Sebastian Reyes Barreto, facultad de medicina de la Universidad de los Andes – Fundador del Grupo de Investigación en Cáncer y Medicina Molecular, del grupo de interés en cáncer y medicina molecular (CAMMO) / Diego Alejandro Vivas Giraldo, emergénciologo, Fundación Santa Fé de Bogotá, director de pregrado de la facultad de medicina de la Universidad de Los Andes, magíster en educación médica.
Sin embargo, detrás de esta aparente estructura robusta y majestuosa, yace una fisura que amenaza con hundir las aspiraciones de muchos científicos: los exorbitantes costos asociados con las revistas científicas.
Si consideramos la historia del Titanic, esa emblemática nave que, a pesar de su grandeza y sus avanzadas tecnologías, sucumbió ante un iceberg que apenas asomaba sobre la superficie del océano, encontramos un paralelo en el proceso de publicación científica actual. Nos enfrentamos a un iceberg de costos que representan una barrera infranqueable para mucho investigadores, especialmente aquellos provenientes de países de ingresos medianos y bajos.
Es importante reconocer que estos investigadores, con su dedicación y talento, se ven limitados por la falta de recursos económicos para publicar sus trabajos en revistas de renombre. Esta situación no solo desalienta a los científicos en ciernes, sino que también perpetúa una desigualdad en el acceso al conocimiento científico, exacerbando las brechas entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo.
Las revistas científicas, en su afán por mantener sus márgenes de ganancia, imponen tarifas exorbitantes que no están al alcance de todos. Este modelo de negocio, aunque rentable para algunas editoriales, está socavando el propósito mismo de la ciencia: el avance del conocimiento en beneficio de toda la humanidad.
La consecuencia más nefasta de esta fisura en el proceso de publicación es que dilata la disparidad entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo. Al no poder publicar sus investigaciones, los científicos de estos últimos se ven relegados a un segundo plano en el escenario científico mundial, lo que a su vez impacta en el progreso y desarrollo de sus naciones.
Este problema va más allá de simples cuestiones de equidad. Estamos frente a una crisis que amenaza el corazón mismo de la empresa científica. El conocimiento debería ser un bien común, accesible para todos aquellos que tengan la pasión y el talento para buscarlo. Sin embargo, el actual sistema de publicación científica mantiene una dinámica excluyente que va en contra de este principio fundamental.
Es hora de reconocer que esta fisura en el proceso de publicación no solo es un obstáculo para el avance de la ciencia, sino también una afrenta a los valores de igualdad y justicia que deberían guiar nuestra empresa colectiva de explorar y comprender el mundo que habitamos.
Para abordar esta crisis, es necesario un enfoque colaborativo que involucre a la comunidad científica, las instituciones académicas y las editoriales. Debemos trabajar juntos para encontrar soluciones que permitan un acceso equitativo al proceso de publicación, garantizando que el talento y la dedicación de los investigadores no se vean limitados por barreras económicas.
De los contrario, corremos el riesgo de presenciar un naufragio en la búsqueda del conocimiento, donde la grandeza de la ciencia se vea eclipsada por las divisiones económicas y geográficas. Es momento de abordar esta fisura antes de que se convirtiera en un iceberg insalvable para la ciencia y la humanidad.
Fuente: Órgano de información del Colegio Médico Colombiano. Epicrisis. Ed. Nº 32 (Junio-Agosto 2024). ISSN: 2539-505X (En línea).
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