Ágora/Médicos Sin Fronteras
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En esta edición el invitado es el Dr. Oscar Bernal, miembro del Consejo Internacional de Médicos Sin Fronteras, quien brinda una visión conmovedora de la terrible situación humanitaria en la asediada Franja de Gaza.


En medio de una escalada de violencia y ataques implacables contra civiles y personal médico, el Dr. Bernal, muestra la dura realidad que enfrenta la población y los trabajadores humanitarios sobre el terreno.

El Dr. Bernal es profesor titular de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de los Andes, coordinador de la maestría en salud pçublica que lideran la escuela de Gobierno y la Facultad de Medicina de Uniandes, miembro del Consejo Internacional de Médicos Sin Fronteras. Es médico de la Universidad de Antioquia, magíster de la Tulane School en Public Hetalh de EE.UU., magíster en Planificación y Dirección de Programas Sociales en la Universidad de la Coruña, PhD en Salud Pública e Investigación Biomédica de la Universidad Autonóma de Barcelona. Además, cuenta con más de 20 años de experiencia como coordinador de programas, docencia, investigación en temas como el sistema de salud, atención primaria salud, emergencias, epidemias, conflicto y migración.

Dr. Oscar Bernal, miembro del Consejo Internacional de Médicos Sin Fronteras

Con su trayectoria y este testimonio, el Dr. Bernal destaca la necesidad urgente de acción y apoyo internacional para aliviar el sufrimiento de quienes están atrapados en esta región asolada por el conflicto.

Lo que significa ser parte de Médico Sin Fronteras en Gaza

Médicos Sin Fronteras (MSF), se encuentra en medio de numerosos desafíos humanitarios mientras lleva a cabo su esencial trabajo médico en la franja de Gaza.

Uno de los principales problemas que enfrenta MSF en esta guerra del Medio Oriente, es la grave escasez de personal y suministros médicos. Con personal y recursos limitados, brindar servicios de salud adecuados se vuelve cada vez más difícil. La falta de medicamentos, material quirúrgico y anestesia complica aún más la situación, lo que convierte la prestación de atención médica esencial en una lucha constante. Además, las repetidas órdenes de evacuación de hospitales y los ataques directos contra el personal sanitario y las ambulancias hacen que cada vez sea más difícil atender a la población necesitada.

Ante la crudeza que exhibe una guerra, pues solo tienen cuatro hospitales operando, la pegunta de si vale la pena continuar en la zona en circunstancias tan difíciles cobra gran importancia. Sin embargo, la respuesta rotunda de los equipos de MSF es un rotundo “sí”. A pesar de las abrumadoras limitaciones y las necesidades insatisfechas, la presencia de MSF garantiza que se salven vidas, que las personas reciban atención y que la asistencia médica y humanitaria vital continúe.

Uno de los aspectos más críticos al que se enfrenta MSF en Gaza es el incumplimiento del Derecho Internacional Humanitario. El conflicto en Gaza demuestra un flagrante desprecio por los princios y protecciones descritos en el derecho internacional. La ausencia de diferenciación entre civiles y combatientes exacerba los riesgos que enfrenta la población civil, ya que cualquier persona que se encuentre en sus hogares es considerada un objetivo potencial. Los ataques indiscriminados contra hospitales y escuelas bajo la supuesta sospecha de que debajo hay túneles, agravan aún más la defensa de los principios humanitarios en medio del conflicto.

Un llamado a la solidaridad internacional

Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras, en su reciente discurso ante la Organización de Naciones Unidas mencionó el terrible estado y el colapso de la red hospitalaria en Gaza. Las flagrantes violaciones de las normas internacionales y los ataques sistemáticos contra la infraestructura civil plantean serias preocupaciones sobre la seguridad y el bienestar de la población.

Por eso, otro de los retos que surge es la urgente necesidad de detener los ataques indiscriminados y establecer zonas seguras para mitigar la escalada de la crisis humanitaria en Gaza.

Ña propia supervivencia se convierte en un desafío de enormes proporciones tanto para la población de Gaza como para el personal de MSF. El acceso a suministros esenciales como alimentos, agua y medicinas está severamente restringido, lo que agrava la ya de por sí terrible situación humanitaria. El bloqueo de Gaza limita el flujo de ayuda, lo que complica aún más los esfuerzos por mantener la vida y brindar la asistencia médica necesaria a quienes la necesitan.

A lo anterior se suma que el Programa Mundial de Alimentos paró la distribución de alimentos en el norte de Gaza por problemas financieros y de seguridad. Israel acusó a miembros de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) de ser aliados de Hamás, esto hizo que Estados Unidos y muchos países europeos frenanran el financiamiento de UNRWA, organismo que hasta ese momento se encargaba de la distribución de agua, alimentos y del fortalecimientos de escuelas en Palestina y en la franja de Gaza, lo que ha agravado el problema de desnutrición creciente en Gaza.

Una población atrapada y que no puede recibir ayuda

Mientras MSF lucha por mantener la neutralidad, la situación humanitaria empeora cada día, agravada por el cierre de fronteras y la necesidad urgente de ayuda y asistencia.

Una de las mayores preocupaciones es el ataque deliberado contra su personal y a los refugiados por parte del ejército israelí en Gaza. A pesar de ser una organización médica neutral e imparcial, el personal sanitario se encuentra en grave peligro mientras cumple con su misión humanitaria. Sorprendentemente, incluso estructuras claramente marcadas con el emblema de MSF han sido atacadas, lo que ha provocado víctimas civiles y pérdidas trágicas entre los miembros de la organización internacional.

La difícil situación del personal palestino y sus familias pone de manifiesto aún más las terribles circunstancias en la zona. El cierre de fronteras y las restricciones a la circulación dejas a las personas atrapadas en un ambiente de muerte y desesperación, sin vías de escape o asistencia. La incapacidad de garantizar la seguridad y el bienestar también al personal de MSF y sus seres queridos añade otra capa de complejidad a la crueldad de la guerra. “Por favor, sáquenos, esto ya no lo aguantamos más y, sobre todo, no soportamos el riesgo para nuestras familias”. Pero la verdad es que MSF no puede transportar a nadie. Egipto no acepta a personas de Palestina.

¿Cómo llevarlos a Europa? y a hacer ¿qué? Además, si MSF saca parte o todo su personal de la franja, cómo continúa prestando asistencia humanitaria. Y llevarse la mitad del personal, implica el aumento de riesgo para quienes se quedan.

Las acusaciones de ser partidarios de Hamás y las dudas que acerca de su imparcialidad por parte del gobierno israelí han colocado a MSF en una posición precaria y cada vez más peligrosa. A pesar de ofrecerle en varias ocasiones asistencia a Israel y de entablar un diálogo continuo con todas las partes, MSF sigue enfrentando acusaciones infundadas y riesgos para sus operaciones en Gaza.

Las injusticias históricas que alimentan el confllicto

Un aspecto estremecedor del trabajo de MSF en Gaza implica ser testigo de las atrocidades y abusos contra los DD.HH que tiene lugar en la región. A través de declaraciones públicas y documentación de crímenes de guerra, MSF ha denunciado los atropellos que enfrentan los civiles, pues el compromiso de la organización de defender el Derecho Internacional Humanitario en medio del conflicto.

También abundan los obstáculos a la hora de movilizar apoyo para la acción humanitaria. La política de MSF de rechazar la financiación o la ayuda de cualquier entidad militar, incluido el ejército israelí, es una muestra de imparcialidad y de compromiso con una acción independiente, que no puede ser vista como un boicot.

Médicos Sin Fronteras tiene como política que no recibe dinero ni tampoco contrata servicios de cualquier ejército del mundo, incluido el israelí; por lo tanto, eso no se puede entender como un boicot. En Estados Unidos surgió la iniciativa por parte de palestino-americanos del voto uncomitted que consiste en votar en las elecciones primarias en contra de la guerra de Gaza y rechazando la financiación del conflicto por parte del gobierno estadounidense. Este tipo de iniciativas no puede ser apoyadas por MSF como organización aunque algunos de sus miembros pueden participar de forma individual.

La ineficacia de las organizaciones multilaterales y las complejidades del conflicto en Gaza presentan obstáculos adicionales para MSF en su misión de proporcionar atención médica esencial y aliviar el sufrimiento humano. El repetido fracaso en lograr un alto el fuego en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, debido al veto ejercido por Estados Unidos, sumado al débil impacto de las directivas internacionales, deja ver la dificultad hacerle frente a la crisis humanitaria en Gaza a través de canales diplomáticos.

Comprender las causas fundamentales y el contexto histórico del conflicto sigue siendo otro motivo de frustación. En el mapa la franja de Gaza es un pedacito pequeñito, pero se pasa por alto que el West Bank es muchísimo más grande, que hay muchísima más población. Este conflicto lleva más de 30 años y, por ejemplo, en el West Bank hay asentamientos ilegales de israelitas dentro de la zona que le fue asignada a Palestina.

Eso dio a lugar a que Estados Unidos sancionara a los israelitas por este tipo de invasión. Con diferentes narrativas que moldean las percepciones del conflicto, es necesaria la comprensión matizada y completa de la intrincada dinámica en Gaza, pues es diferente enfatizar en la necesidad de comprender un conflicto que lleva 30 años a un evento que ocurrió el 7 de octubre del 2023.

Por último y a pesar de las enormes dificultades, el compromiso de MSF de salvar vidas, defender los principios humanitarios y aliviar el sufrimiento de quienes están en medio del conflicto sigue siendo de gran valor en un región plagada de conflictos y de adversidad.

Fuente: Órgano de información del Colegio Médico Colombiano. Epicrisis. Ed. Nº 32 (Junio-Agosto 2024). ISSN: 2539-505X (En línea).

junio 17, 2024

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