Una breve introducción al Manejo de la Sangre del Paciente (Patient Blood Management)
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Una breve introducción al Manejo de la Sangre del Paciente (Patient Blood Management)


La necesidad de un enfoque organizado para el manejo de la sangre surge de los riesgos y complicaciones potenciales asociados con las transfusiones de sangre.


Por Fredy Ariza Cadena – Médico Anestesiólogo y Epidemiólogo de la Fundación Valle del Lili – docente de la Universidad ICESI* – Coordinador para LATAM de la Sociedad Iberoamericana de Patient Blood Management, miembro del comité de educación de la Federación Mundial de Sociedades de Anestesiólogos.

En la medicina moderna y especialmente durante las últimas décadas, los desenlaces en salud y la calidad de la atención son preocupaciones primordiales que han permitido mejoras significativas en el tratamiento de los pacientes.  El uso seguro y efectivo de las transfusiones sanguíneas no ha escapado de esta permanente búsqueda, lo cual ha significado una gran cantidad de evidencia científica sobre sus reales beneficios y limitaciones, así como un gran cúmulo de información acerca de los verdaderos riesgos y complicaciones que para los pacientes podría conllevar un abordaje indiscriminado o liberal para esta intervención.  Lo anterior resalta la necesidad de un enfoque más integral para el manejo de la sangre. Esto ha dado lugar al concepto de Manejo o Gestión de la Sangre del Paciente (GSP), una estrategia multidisciplinaria basada en la mejor información posible, “centrada en el individuo” y  que está dirigida a optimizar y minimizar las necesidades de transfusión con el objeto de mejorar los resultados clínicos generales. En esta introducción, exploraremos sus principios fundamentales, los beneficios y las estrategias de implementación de PBM.

La GSP abarca un conjunto de intervenciones y prácticas que se centran en preservar la propia sangre del paciente, optimizar la masa eritrocitaria (reflejada en una mejora de los niveles de hemoglobina) y minimizar las transfusiones innecesarias.

Esto abarca un “paquete” o conjunto integral de estrategias para la atención del paciente, que involucra múltiples disciplinas como Hematología, Anestesiología, Cirugía, Cuidados críticos y Medicina transfusional, por decir algunas, pero que al final incluye a TODOS los profesionales de la salud. La GSP tiene como objetivos identificar y tratar la anemia, reducir las pérdidas sanguíneas, optimizar el estado de coagulación, mejorar la tolerancia fisiológica a la anemia y promover estrategias para la conservación de la sangre, para así mejorar los resultados clínicos, reducir los riesgos asociados con las transfusiones y disminuir la carga injustificada de atención con un consecuente beneficio económico para instituciones y el mismo sistema de salud.

Fredy Ariza Cadena – Médico Anestesiólogo y Epidemiólogo

La necesidad de un enfoque organizado para el manejo de la sangre surge de los riesgos y complicaciones potenciales asociados con las transfusiones de sangre. Si bien las transfusiones son esenciales y salvan vidas en ciertas situaciones, no están exentas de inconvenientes.  La sobrecarga de volumen, el daño pulmonar, la reducción en la inmunidad, la hipercoagulabilidad y las reacciones transfusionales son complicaciones ampliamente reconocidas en el ámbito de las transfusiones. Como si esto fuera poco, la disponibilidad de productos sanguíneos es limitada, y su costo y demanda representan cargas significativas para instituciones, profesionales y el mismo paciente. Se combina entonces una triada de consideraciones éticas, gran cantidad de información de alta calidad (evidencia) y una argumentación de tipo económico en salud, más conocido como el principio de las “tres Es” (Figura 1).  Esta primera de cuatro entregas que realizaremos en Epicrisis, muestra los aspectos generales de la GSP como Paquete de Cuidado y su aporte global a las comunidades y el país en general.

Principios fundamentales de la Gestión de la Sangre del Paciente:

a) Identificación y manejo de la anemia: la anemia es una condición común entre los pacientes médico-quirúrgicos y se asocia con resultados adversos. La GSP se enfoca en identificar y tratar la anemia en diferentes escenarios de la atención en salud (por ejemplo, durante el preoperatorio o durante la atención hospitalaria de pacientes quirúrgicos o con cáncer) a través de suplementación nutricional, terapia con hierro (ferroterapia) y agentes estimulantes de la eritropoyesis para así optimizar los niveles de hemoglobina y con esto reducir las consecuencias directa e indirectamente relacionadas con la reducción de la masa eritrocitaria.

b) Minimización de la pérdida de sangre: la GSP propende por el uso de técnicas y tecnologías que reduzcan la pérdida de sangre durante los procedimientos quirúrgicos y otros tipos de intervenciones hospitalarias. Esto puede incluir el empleo de enfoques mínimamente invasivos, hemostasia meticulosa y tecnologías médico-quirúrgicas avanzadas para minimizar las pérdidas sanguíneas, reducción en las extracciones innecesarias o exageradas de muestras para laboratorios de rutina y otras estrategias encaminadas a reducir la necesidad de transfusiones.

c) Optimización de la tolerancia fisiológica a la anemia y prácticas racionales de transfusión: un aspecto central de esta política en salud, aboga por un enfoque centrado en el paciente para la toma de decisiones en torno a la transfusión. La indicación de un hemocomponente basarse en indicaciones clínicas y guiarse por los umbrales de hemoglobina, los síntomas del paciente y los parámetros fisiológicos. La implementación de estrategias no liberales de transfusión y la corrección oportuna de los efectos fisiológicos generados por la anemia reducen el uso innecesario de productos sanguíneos.

d) Estrategias de conservación de la sangre: se pueden emplear diferentes abordajes y tecnologías para conservar la propia sangre de un paciente durante las intervenciones médicas. Estos pueden incluir la termoprotección, el rescate celular, la hemodilución intraoperatoria y los agentes farmacológicos que promueven la hemostasia y reducen el sangrado.

Figura 1.  Evidencia, economía y ética – la “triple E” – hace un llamado a las partes interesadas para implementar la GSP y así beneficiar a millones de individuos con anemia/deficiencias de macronutrientes, las pérdidas sanguíneas agudas y crónicas y los desórdenes hemorrágicos. (Adaptado de Hofmann A, Shander A, Blumberg N, et al. Patient Blood Management: Improving outcomes for millions while saving billions. What’s holding it up? Anesth Analg. 2022;135:511-523.)

Beneficios de los Programas de GSP:

Esta implementación como programa ofrece numerosos beneficios tanto para los pacientes como para los sistemas de salud:

a) Mejores resultados clínicos: al optimizar el volumen sanguíneo del paciente y minimizar las transfusiones innecesarias, la GSP reduce el riesgo de conocidas complicaciones asociadas con las transfusiones, como infecciones, reacciones inmunes y disfunción orgánica. También ayuda a prevenir el desarrollo de anemia postoperatoria o post-hospitalización y sus resultados adversos asociados. 

b) Utilización mejorada de los recursos sanitarios: se reduce la demanda de productos sanguíneos, preservando así recursos valiosos y aliviando la carga de los bancos de sangre. También se disminuyen los costos de atención médica al minimizar las complicaciones relacionadas con la transfusión, reducir las estadías hospitalarias y evitar intervenciones adicionales necesarias para controlar las complicaciones asociadas a la transfusión.  Este ahorro puede ser reinvertido en la consecución de mejores tecnologías y nuevos programas en salud.

c) Mayor satisfacción del paciente: al implementar PBM, los pacientes pueden experimentar mejores resultados clínicos, riesgos reducidos y un enfoque más centrado en el paciente para su atención. Esto puede contribuir a mayores tasas de satisfacción del paciente y mejores experiencias generales de atención médica.  Con estos programas tendremos más personas vinculadas precozmente a su vida social, familiar y a sus trabajos.

Haciendo de la GSP el “nuevo normal” de la atención en Colombia

La implementación exitosa de programas de GSP requiere un enfoque multidisciplinario y la colaboración entre los profesionales de la salud. Los pasos clave en el proceso de implementación incluyen:

a) Educación y capacitación: crear conciencia y proporcionar educación sobre los principios y prácticas de GSP es crucial para los proveedores de atención médica. Esto implica capacitar a médicos, enfermeras y otras partes interesadas sobre la importancia de la identificación y el manejo de la anemia, estrategias de conservación de la sangre y prácticas de transfusión basadas en la evidencia.

b) Rutas de atención clínica eficientes y protocolos institucionales: el desarrollo y la implementación de rutas de atención clínica que se alinean con los principios de GSP ayudan a estandarizar la atención y garantizar el cumplimiento constante de las prácticas basadas en la evidencia. Estas guías clínicas deben incorporar procesos para la detección y tratamiento oportunos de la anemia preoperatoria y hospitalaria, usos e indicaciones adecuadas para las transfusiones y estrategias de conservación de la sangre.

c) Monitoreo y auditoría de calidad: el monitoreo regular de las prácticas de transfusión, el seguimiento de los resultados y la auditoría del cumplimiento de los protocolos de GSP son esenciales para identificar áreas de mejora y garantizar el éxito sostenido de estas iniciativas.  Las bases de datos son un complemento indispensable para realizar seguimiento, demostrar los beneficios y realizar innovación con nuevos abordajes.

Sinopsis

El manejo de la sangre del paciente representa un cambio de paradigma en el enfoque de las prácticas de transfusión de sangre. Al centrarse en la atención integral del paciente, el manejo de la anemia, la conservación de la sangre y las prácticas racionales de transfusión, PBM tiene como objetivo optimizar los resultados clínicos, minimizar los requisitos de transfusión y mejorar la seguridad del paciente. La implementación de PBM requiere un esfuerzo de colaboración de los profesionales de la salud en diversas disciplinas, y ofrece beneficios sustanciales en términos de mejores resultados para los pacientes, utilización optimizada de recursos y mayor satisfacción del paciente. Al adoptar los principios de PBM, los sistemas de salud pueden allanar el camino hacia un enfoque fundamentado en la evidencia científica y centrado en el paciente para el manejo de la sangre, lo que en última instancia conduce a mejores resultados generales de atención médica.  En nuestra próxima entrega hablaremos sobre la detección y manejo de la anemia.

junio 29, 2023

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