En estos cuatro años trabajamos con pasión, sin ahorrar un día de esfuerzo, para avanzar hacia un sistema de salud más incluyente y equitativo, donde el usuario es el eje central de nuestras acciones.
Por: Fabio Aristizábal Ángel – Ex Superintendente Nacional de Salud
Lo primero que pensamos fue en salir del escritorio, e ir al terrenos a percibir las necesidades de los usuarios. Reforzamos la estrategia, “Diálogos con la Supersalud” y otros mecanismos de participación, para hacer presencia en los territorios y gestionar las soluciones. Muchas de nuestras decisiones salieron del clamor de los ciudadanos, de las evidencias del mal servicio, de la negativa de los aseguradores para el suministro de medicamentos y del caos de algunos hospitales regionales.
A esta titánica labor nos sobrevino la pandemia, que nos llevó a diseñar estrategias para hacer cumplir los protocolos, auditar prestadores, vigilar UCI, laboratorios y CRUE, y realizar supervisión al Plan Nacional de Vacunación. En paralelo, expandimos infraestructuras y ayudamos a dotar con equipos biomédicos los hospitales intervenidos.
Con estas acciones, salvamos muchas vidas. Los equipos de la Supersalud contribuyeron a que el sistema de salud colombiano fuera reconocido como uno de los mejores en el manejo de la pandemia a nivel mundial.
Pero estos cuatro años no fueron fáciles. 14 EPS que tenían los peores indicadores de gestión y atentaban contra la vida de los usuarios, ya están en proceso de liquidación por nuestras decisiones, con lo cual pusimos freno a la desatención de la población más vulnerable. Más de nueve millones de colombianos hoy reciben un buen servicio de salud digno, oportuno y de calidad, gracias al traslado de EPS.
Adicionalmente, nos comprometimos con la red pública y rescatamos de la inviabilidad a 21 hospitales, para que volvieran a ser referentes de salud en sus regiones. Todos ellos cuentan actualmente con una mayor capacidad de respuesta, disponen de una mejor infraestructura, prestan más servicios y han logrado esquemas de equilibrio que les permite buscar el saneamiento definitivo.
Además, durante estos cuatro años, recuperamos 3,3 billones de pesos para más de 1500 clínicas y hospitales, mediante los mecanismos de mesas de flujo y jornadas de conciliación. También, ayudamos a impulsar el Acuerdo de Punto Final y a dar claridad y trasparencia a las cifras que manejan los actores del sector.
Dejamos una Supersalud más robusta, con más capacidades, dotada con un esquema de vigilancia especializada por tipo de vigilado, con un enfoque en la prevención de riesgos y mayor capacidad de acción en el territorio. La entidad cuenta con competencias adicionales para asumir la vigilancia sobre nuevos actores, como los operadores logísticos y gestores farmacéuticos.
Es cierto que persisten grandes retos, como la necesidad de garantizar los recursos para el sector, afianzar interporabilidad con otras entidades y fortalecer la inspección y vigilancia sobre los nuevos vigilados. Pero estoy seguro de que construimos las bases para fortalecer un sistema que brinde calidad y oportunidad.
Fuente: Publicación digital de la Superintendencia Nacional de Salud. Revista Monitor Salud. Ed. Nº 9 (Marzo-Junio 2020)
Deja un comentario