La contaminación del aire acorta y acaba la vida
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La contaminación del aire acorta y acaba la vida


Los adultos mayores, los niños y las personas con enfermedades del corazón o de pulmón, son más propensos a ser afectados por la exposición a la contaminación de partículas, especialmente cuando realizan actividades físicas, pues el ejercicio hace que las personas respiren más rápida y profundamente y que absorban más partículas en sus pulmones.


Según un estudio adelantado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 14 por ciento de los casos de mortalidad por cáncer de pulmón son atribuibles a la contaminación aire ambiente, al tiempo que la investigación señala que la reducción del PM10 de una concentración de 70 a 20μg/m3 puede ayudar a reducir en un 15 por ciento el número de estas muertes. En ese mismo análisis la Organización sostuvo que las personas que viven en países de bajos y medianos ingresos están más expuestas a cargas desproporcionadas de contaminantes en el aire y calcula que el 91 por ciento de las muertes prematuras por contaminación ocurren en estos territorios.

Las partículas que flotan, el humo, el polvo y los gases presentan serios problemas de calidad del aire en muchas ciudades del mundo. Esta contaminación de partículas, conocidas como Material Particulado (PM), se presenta a lo largo del año, varía de acuerdo con las condiciones meteorológicas y puede causar una serie de problemas graves para la salud, afirmó el doctor Luis Jorge Hernández, magíster y Ph. D. en Salud Pública de la Universidad Nacional, profesor de la Universidad de los Andes y miembro de la Sociedad Internacional de Epidemiología Ambiental (ISEE, por sus siglas en inglés), en la sesión de Cita con el Experto organizada por el Colegio Médico Colombiano.

Los adultos mayores, los niños y las personas con enfermedades del corazón o de pulmón, son más propensos a ser afectados por la exposición a la contaminación de partículas, especialmente cuando realizan actividades físicas, pues el ejercicio hace que las personas respiren más rápida y profundamente y que absorban más partículas en sus pulmones. Es más, en este momento ya se ha comprobado que la contaminación del aire aumenta la transmisión del Covid-19, dado que el virus se adquiere al material particulado y penetra con mayor facilidad a las vías respiratorias, dijo el experto. Una investigación en Estados Unidos concluyó que un incremento de 1 μg/m3 de sobreexposición al material particulado fino está asociado a un aumento del ocho por ciento en la tasa de muertes por la Covid-19. De ahí que disminuir la contaminación de aire sea otra de las estrategias para salir de la pandemia.

Cuando se habla de la contaminación del aire local, se apunta principalmente hacia los altos niveles de contaminantes criterio, que incluyen material particulado (PM), ozono troposférico (O3), óxidos de nitrógeno (NOX), óxidos de azufre (SOX), monóxido de carbono (CO), entre otros, cuya concentración se presenta en áreas por lo general urbanas, lo cual afecta la salud de los habitantes.

Las partículas vienen en una amplia gama de tamaños, para medirlas se utiliza el término micrómetro (µm), unidad de longitud equivalente a la millonésima parte de un metro. El aspecto del tamaño es clave para entender la movilidad de las partículas y sus efectos en la salud, razón por la que se dividen en dos grupos.

Las altas concentraciones de algunos contaminantes, así como la evidencia de su impacto en la salud respiratoria y cardiovascular de los bogotanos, convierten la calidad del aire en una prioridad de la salud pública en la ciudad, explicó el experto.

Más autoridad sanitaria y seguimiento a los planes de descontaminación

Las causas de la contaminación del aire son variadas. En las grandes ciudades de Colombia, como Bogotá, Medellín y Cali las principales fuentes de emisión de PM son las móviles. En Bogotá, por ejemplo, el 70 por ciento del parque automotor es obsoleto y lo peor es que la transición hacia energía eléctrica o híbridos aún es muy baja, dijo el doctor. “Como ilustración de lo contaminantes que son los buses viejos que recorren la ciudad, en el Día sin carro aumenta la contaminación del aire porque todo el transporte público sale a operar. Eso sin tener en cuenta que el mal estado de las vías – que también contribuye a aumentar la contaminación-, la quema de llantas, las industrias informales que funcionan con materiales contaminantes, y aunque parezca más lejano, hasta los incendios forestales que se presentan en la Orinoquía y Amazonía han contribuido a que tengamos un peor aire por estos días para respirar”.

Para sorpresa de muchos, Transmilenio es un sistema limpio, que aporta solo el dos por ciento de la contaminación ambiental, el problema es que las puertas en las estaciones crean un efecto cabina que impiden la ventilación, haciendo que los contaminantes queden atrapados en las estaciones o al interior de los buses, señaló. El otro dato alarmante es que el transporte de carga aporta el 60 por ciento de la contaminación a la ciudad. En las grandes ciudades como Nueva York o Paris no se observa un tractomula atravesando la ciudad mientras que en Bogotá todos los días desfilan por las diferentes arterias viales. Y de nada sirve que la Capital cuente con combustible de buena calidad si se emplea en buses chimenea y vehículos de carga que debieron salir de circulación hace décadas, precisó el doctor Hernández.

Una cosa es la movilidad y otra la salud pública

Bogotá cuenta con una Red de Monitoreo de la Calidad del Aire (RMCAB) conformada por 13 estaciones fijas y una móvil. Esta registra el nivel de contaminantes criterio, incluidos PM2.5, PM10, SOx, NOx, CO, CO2 y black carbon (BC); además de variables meteorológicas. La información recogida por la red resulta clave para entender la magnitud del problema, identificar los contaminantes que exceden con mayor frecuencia los niveles establecidos por la normativa y conocer las tendencias espaciales y temporales de los contaminantes en la ciudad. Sin embargo, no se hacen mediciones más constantes que permitan saber cómo varía la calidad del aire a lo largo del día y en los diferentes barrios. Toda ciudad, y más si se trata de la Capital debe tener un plan de descontaminación y en Bogotá no ha funcionado bien, tampoco existe una visión de cero combustibles fósiles. Se podría comenzar por colocar tableros en sitios públicos para que los ciudadanos conozcan el índice de contaminación y un sol-máforo que señale la carga de radiación ultravioleta, dijo el profesor Hernández

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible aprobó en el 2018 el documento CONPES 3943: Política para el Mejoramiento de la Calidad del Aire, el cual evidencia la necesidad de lograr la coordinación de los actores de diferentes sectores del Gobierno nacional, las entidades privadas y los habitantes para reducir los altos niveles de contaminación del aire que enfrentan los centros urbanos del país.

En ese sentido el doctor Hernández, aclaró que la gobernanza en salud es encendida como la cogestión de los ciudadanos y de las diversas formas organizadas de participación social y comunitaria en todo el ciclo de la administración de un sistema de salud, desde su planeación, implementación, evaluación y reestructuración de un ciclo continuo. “Bogotá debe avanzar hacia un modelo de gobernanza de la calidad del aire en el que se reconozca la necesidad de lograr la coordinación de distintas instituciones y de consolidar un enfoque multidisciplinario para promover soluciones y reducir los niveles de exposición de la población.

Es importante que el ciudadano se acerque a la información y que la acción ciudadana sea cada vez más tangible y visible ante todos los actores de la gobernanza, teniendo clara la importancia de actuar en colectivo por el mismo bien común: tener un mejor aire para todos.

Un paso necesario es seguir formando ciudadanos científicos desde la etapa de estudiantes de colegio para que sean expertos en la calidad del aire, en el seguimiento de los indicadores y de los planes de descontaminación y que demanden respirar un aire óptimo. Lo anterior debe ir de la mano más presencia de la autoridad sanitaria, de toma acciones drásticas frente a quienes producen la mayor parte de la contaminación del aire y llevar a cabo un estricto seguimiento de los planes de descontaminación del aire, afirmó Hernández. “Se precisan más redes de monitoreo, pues de los 1.120 municipios del país, solo 91 tienen alguna red de monitoreo. 46 municipios no cuentan con ningún sistema de vigilancia de calidad del aire y la Amazonía, que cumple la función de mantener el equilibrio hídrico entre los Océanos Pacífico y el Atlántico, no cuenta con red de monitoreo”.

El crecimiento desmedido de motocicleta evidencia la debilidad del sistema de transporte público, por lo que es urgente trabajar por lograr tener un sistema integrado de transporte y no relajar las normas con respecto a las motos, especialmente con las dos tiempos que generan una mayor contaminación que las de cuatro tiempos, argumentó el doctor. “Es el momento de apegarse al principio en política pública conocido como el rigor subsidiario, que significa que un ente territorial tiene que hacer normas más ambiciosas y no más flexibles; es decir, debemos ser más exigentes en por Bogotá, por el bien y la salud de todos”.

febrero 14, 2022

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