El bienestar mental se extiende más allá de los sentimientos de felicidad o satisfacción con la vida para abarcar la amplitud de funciones y capacidades emocionales, cognitivas y sociales de las personas.
Este informe utiliza un instrumento de evaluación llamado Cociente de Salud Mental, o MHQ por sus siglas en inglés, que califica el bienestar mental según una lista amplia de capacidades, así como desafíos que abarcan síntomas en los 10 principales trastornos mentales, para reflejar el espectro del bienestar mental en la población. Además, al incorporar elementos demográficos y de experiencia de vida, permite obtener una visión profunda de lo que mueve el estado de bienestar mental de los individuos.
En este escrito se compara el bienestar mental con un enfoque particular en el impacto de los principales factores de estilo de vida y relacionados con Covid-19 adversidades y traumas. Los datos presentados en este informe se recopilaron a partir de abril del 2020 tras el inicio de los aislamientos generados por la situación de pandemia, se compararon con personas encuestadas con el mismo instrumento en 2019, lo que permite ofrecer un punto de comparación. Si bien está claro que Covid-19 ha tenido un impacto significativo en el bienestar mental de las personas, los datos cuentan una historia de desafíos psicosociales a más largo plazo, que han sido exacerbados por la pandemia en curso.
Cuanto más traumas se experimentan, mayor es el desafío al bienestar mental. Además, los diferentes tipo de traumas y adversidades tienen un impacto sustancialmente diferente.
Muchos problemas y trastornos mentales están asociados on, o desencadenados por, experiencias de vida difíciles o estresantes. La primera infancia es un período especialmente vulnerable y los traumas acumulados a lo largo de la vida también afectan considerablemente el bienestar mental de las personas. Datos recientes del Mental Helth Million Project, en el cual participa nuestro grupo de investigación, muestran que el bienestar mental, medido por el Cociente de Salud Mental o MHQ, un instrumento de evaluación que abarca una visión integral de la función y capacidad cognitiva disminuyó sistemáticamente con la experiencia de más adversidades y traumas a lo largo de la vida.
Se podría considerar la analogía con la lesión física en la que las lesione repetidas a lo largo de la vida, desde huesos rotos hasta desgarros musculares, pueden sanar pero dejar el cuerpo físicamente comprometido y menos capaz que antes de la lesión. Por lo tanto, aunque algunos dicen que cierto grado de adversidad en la vida hace que las personas sean más resilientes, es más frecuente que estas experiencias angustiantes tengan un impacto grave en el bienestar mental de las personas.
La prevalencia de diferentes traumas
En una poblaciín de aproximadamente 130.000 personas, el 76% había experimentado al menos un trauma o adversidad en su vida. Entre los 14 tipos de adversidades y traumas investigados, los más comúnmente experimentados fueron la muerte súbita o prematura de un ser querido (34%), la ruptura de una relación romántica (31%) o el divorcio/separación/ruptura familiar (30%).
El patrón de prevalencia varió ligeramente entre grupos de edad y géneros. Para las personas de 18 a 24 años, la prevalencia del acoso cibernético fue mayor (13%), en comparación con la prevalencia de la población general que fue del 4%. Como era de esperar, la prevalencia del divorcio/separación/ruptura familiar y la muerte súbita/prematura de un ser querido aumentó en los grupos de mayor edad, mientras que las adversidades financieras (por ejemplo, pérdida del trabajo, incapacidad para asumir los gastos hasta el fin de mes), fueron las más comúnmente experimentadas por las personas de 15 a 44 años.
En todos los grupos por género, la prevalencia de abuso sexual y físico fue mayor en las mujeres (5,/%) en comparación con los hombres (2%), pero mayor en aquellos que no eran binarias/de tercer género (16%). Las personas no binarias/de tercer género, en comparación con hombres y mujeres, también eran mucho más propensas a informar haber experimentado acoso cibernético (30%), la ruptura de una relación romántica (24%) o pobreza extrema (11,5%).
Trauma, adversidad y bienestar mental
Se realizó una comparación de la prevalencia de traumas y adversidades entre las personas que tenían pruntuaciones MHQ en riesgo (que indica que estaban experimentando desafíos observables a nivel clínico) con aquellas que tenían puntuaciones MHQ altas (que indica que estaban teniendo éxito/prosperando). Curiosamente, ciertos traumas prevalecieron casi por igual en ambos grupos, mientras que otros tuvieron grandes disparedades.
Aquellas personas en riesgo de trastornos mentales tenían varias veces probabilidades que los que tenían éxito o prosperaban, de haber experimentado abuso físico y sexual, pobreza extrema con falta de vivienda o hambre o haber causado daños o lesiones graves a otras personas. También era sustancialmente más propensos a haber experimentado una ruptura de relaciones románticas y la pérdida de trabajo. Por otro lado, desafíos como el divorcio o la ruptura familiar, la muerte repentina o prematura de un ser querido y una enfermedad o lesión que amenaza la vida o la debilita la vida fueron igualmente comunes en ambos grupos.
Esto sugiere que diferentes traumas tienen diferentes efectos. Desenredar el impacto de diferentes traumas y adversidades de la vida, y la dirección de la casualidad entre el trauma y la salud mental es de crucial importancia para desarrollar estrategias efectivas tanto para la prevención como para el tratamiento.
Fuente: Mental Stateo of the World 2020, Memntal Health Million project, Sapien Labs, March 2021
Grupo de investigación y semillero Nuevas Perspectivas en Salud Mental, UCM
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