Médicos y trabajadores de la salud, en alto riesgo de suicidio en la pospandemia
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Médicos y trabajadores de la salud, en alto riesgo de suicidio en la pospandemia


La Encuesta Nacional de Salud Mental Colombia 2015, adelantada por el ministerio de Salud evidenció que alrededor del diez por ciento de los adultos y el 12 por ciento de los adolescentes tienen alguna condición que sugiere la presencia de una enfermedad mental.


El agotamiento, la ansiedad, el miedo al contagio y la incertidumbre hacia el futuro que ha provocado el coronavirus pueden incrementar el peligro de que los profesionales de la salud con ciertos rasgos de personalidad o trastornos mentales no diagnosticados lleguen al límite de suicidarse o desarrollen enfermedades mentales más serias, así lo afirmó el doctor Mauricio Villamizar Durán, médico de la Universidad de Santander y residente de psiquiatría segundo año de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS) en el encuentro académico Cita con el Experto, organizado por el Colegio Médico Colombiano. 

Precisamente, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) unos días atrás había advertido que la pandemia por COVID-19 podía exacerbar los factores de riesgo de suicidio e instó a hablar del tema en forma abierta y responsable, a permanecer conectados aún durante el distanciamiento físico, y aprender a identificar los signos de advertencia para prevenirlo.

En el mundo anualmente se quitan la vida unas 800 mil personas, lo que hace que el suicidio sea la tercera causa de muerte en las personas entre 15 a 44 años. El 30 por ciento de los intentos suicidas se cometen con plaguicidas. Y según las últimas cifras, en 2019, en Colombia se presentaron 30.539 intentos suicidas y los principales métodos para quitarse la vida siguieron la corriente mundial de envenenamiento, armas corto punzantes, ahorcamiento y lanzamiento al vacío.

La Encuesta Nacional de Salud Mental Colombia 2015, adelantada por el ministerio de Salud evidenció que alrededor del diez por ciento de los adultos y el 12 por ciento de los adolescentes tienen alguna condición que sugiere la presencia de una enfermedad mental.

En los últimos años se ha establecido que el número de suicidios es más alto en el personal sanitario que en la población general y que incluso los médicos se suicidan más que otros profesionales como arquitectos, abogados o ingenieros, así como que los galenos tienen cuatro veces más riesgo de cometer suicidio que el resto de la población. Una encuesta de 2021, plasma bien esa tendencia, pues evidenció que el 13 por ciento de los médicos en Colombia ha pensado en suicidarse y el uno por ciento lo intentó.

Dentro de las especialidades que tienen más riesgo los estudios citan a la psiquiatría, anestesióloga, radiología, medicina de rehabilitación, salud comunitaria y la práctica general.

Así mismo se estableció que las mujeres médicas son más propensas a cometer suicidio y a presentar más patologías mentales como consecuencia de los diferentes roles que desempeñan y del síndrome del quemado o burn out.

Para el doctor Villamizar, el hecho de que los médicos se suiciden más obedece a, por un lado, que los médicos están más expuestos a estresores en el trabajo, como sobrecarga laboral, horarios de trabajo extenuantes, frustración profesional, baja remuneración y, por el otro, los profesionales de la medicina tienen un mayor conocimiento acerca del uso de sustancias, de su efecto en el organismo y disponen de más medios para conseguirlas, lo que aumenta la eficacia del acto suicida.

“Pero, además, los médicos tratamos de minimizar las situaciones y las consecuencias que puedan llegar a tener las actividades estresoras que realizamos diariamente, lo que impide reconocer a tiempo las dificultades y los conflictos personales para poder generar una adecuada reacción adaptativa. Por el contrario, tendemos a aislarnos, a evitar y a negar las situaciones difíciles. Esto incrementa el riesgo de empezar a consumir alcohol o de caer en el abuso sustancias que propician la aparición de ideas suicidas”.

La bata blanca no protege de la enfermedad mental

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que el suicidio es una prioridad para la salud pública. En 2014, este organismo internacional publicó el primer informe mundial titulado «Prevención del suicidio: un imperativo global», con objeto de aumentar la sensibilización respecto de la relevancia del suicidio y los intentos de suicidio, así como de otorgar la máxima prioridad a su prevención en los programas mundiales de salud pública.

El problema con los médicos, según Villamizar, está en que los médicos son renuentes a consultar con el especialista por temor a ser catalogados como enfermos mentales, a que les retiren la licencia profesional o a que sean catalogados como no aptos para ejercer.

“Tanto es así que en otra encuesta reciente el 50 por ciento de los galenos dijo no estar dispuesto a hablar del tema o a consultar. Y no es secreto que los médicos prefieren no expresar los síntomas emocionales negativos por miedo a ser castigados socialmente o a ser vistos como débiles ”.

En las actuales circunstancias de pandemia, en donde el suicidio es una realidad social que se encuentra en aumento, especialmente entre los profesionales de la salud, es importante atender a ciertos signos de alarma, como ansiedad, dificultad para dormir, pérdida de interés por actividades que antes eran placenteras, falta de apetito, pérdida de peso, pensamientos obsesivos, dolencias psicosomáticas, falta de claridad mental, entre otros.

Ante cualquiera de las anteriores señales, es importante consultar para recibir el tratamiento adecuado y oportuno, pero también hay que tratar de recuperar el amor por la profesión y de recuperar la motivación por realizar las actividades cotidianas, dijo el doctor Villamizar.

“Un punto importante es identificar la sobrecarga o exigencia laboral para procurar delegar o reducir de demanda o las horas de trabajo. De otra parte, hay unos factores protectores que se deben fomentar, como estar abiertos a la comunicación con otros compañeros, adquirir conocimientos nuevos, buscar alternativas para solucionar los problemas, contar con un buen apoyo familiar, estrechar los vínculos con amigos o vecinos, tener buen patrón del sueño, seguir una alimentación adecuada, hacer actividad física y evitar el abuso de alcohol o de sustancias psicoactivas. 

Desde que la OMS declaró el Covid-19 como una pandemia en marzo de 2020, más individuos experimentan pérdida, sufrimiento y estrés. Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza, afirmó el doctor Mateo Benitez, médico psiquiatra, docente de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS), especialista en psiquiatría forense de la Universidad de la Plata, Argentina.

Según la misma OMS, el suicidio es prevenible pero, como se mencionó, para abordar la complejidad de las conductas suicidas hay que empezar por identificar los factores de riesgo y de protección con el fin de instaurar intervenciones oportunas, multisectoriales e integrales.

Existen campañas en el mundo como Crazysocks4docs o #Yo también voy al psiquiatra a nivel nacional que tienen como objetivo sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la salud mental y combatir el estigma que genera el hecho de sufrir alguna condición mental.

Por último, señaló el psiquiatra Benitez, es fundamentar reconocer que los médicos son seres humanos que trabajan con el dolor y sufrimiento de otras personas, que están inmersos en una sociedad con problemáticas muy complejas y que hacen parte de un sistema de salud imperfectos, con inmensa necesidades, lo que los convierte en seres vulnerables, que en cualquier momento pueden requerir de la ayuda de un especialista en psiquiatría. 

Factores que aumentan el riesgo de suicidio

1. Sentirse una carga para los demás.

2. Fracasar en la consecución de objetivos personales.

3. No tenerle temor a la muerte.

agosto 28, 2021

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