10 acuerdos para mejorar la educación médica
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10 acuerdos para mejorar la educación médica


El doctor Gustavo Quintero Hernández, decano de la facultad de Medicina de la Universidad del Rosario y presidente de la junta directiva de la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (Ascofame), habló con el Colegio Médico Colombiano acerca de los diez acuerdos para reformar la educación médica.


Artículo publicado en la edición impresa No.7 de Marzo-Mayo de 2018

Luego de la entrega formal del documento de Recomendaciones para la Transformación de la Educación Médica en Colombia a los Ministerios de Educación y de Salud, en marzo del año 2017, los 40 decanos de la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (Ascofame) decidieron tomar la bandera de la renovación en noviembre y crear el Consenso de Montería sobre Educación Médica.

Varios sectores sociales han recomendado a las facultades de medicina que tengan en cuenta los nuevos desafíos de la salud para que los médicos puedan dar respuesta, ya que los profesionales de la medicina siguen ejerciendo posiciones claves en el delineamiento y la operación de los sistemas de salud.

¿Cuál es el objetivo del Consenso de Montería?

Aunque la calidad de la educación médica sigue siendo de muy buen nivel, ha dejado de ser pertinente. Una de las máximas de la calidad es la pertinencia y las facultades son las primeras llamadas a contribuir en la formación del médico y del sistema de salud del presente y del futuro. Con el análisis de las 104 recomendaciones hechas por la Comisión para la Transformación de la Educación Médica, los decanos llegamos a diez acuerdos para comenzar a preparar al médico que le ayude a la sociedad a alcanzar las metas en salud.

De las 104 propuestas podemos empezar a implementar 54 de ellas por iniciativa propia. Del mismo modo, decidimos constituir el Consejo General de Educación Médica (CGEM) para desarrollar una hoja de ruta que conduzca a la transformación fundamental de la práctica médica. El Consejo está conformado por los decanos que hacen parte de Ascofame, un representante de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), uno del minEducación; otro del minSalud y Protección Social y algunos invitados ocasionales de los diferentes estamentos sociales que estén vinculados con la educación médica.

¿Cómo empezar a reformar la educación médica?

Los cambios no se pueden inducir al mismo tiempo en todas las áreas. Por tal razón, el CGEM se dividió en tres salas permanentes: la de pregrado, posgrado y desarrollo profesional permanente.

La primera, por ejemplo, tiene la finalidad de perfeccionar los lineamientos curriculares de pregrado, elaborar el perfil de ingreso del aspirante de medicina, de desplegar un plan académico basado en competencias y que integre los aprendizajes básicos, biomédicos, clínicos, socio humanísticas y de salud pública con las competencias científicas, profesionales, prácticas y de pensamiento crítico. El propósito es tener un currículo orientado hacia la comunidad y que contemple las necesidades de la población.

¿Cuál será el papel del médico general?

El país necesita un médico general más resolutivo. El plan de estudios se debe encaminar a darle mayor autonomía para que pueda resolver el 80 por ciento de las consultas. El enfoque de la educación médica se ha tergiversado, dado que las especializaciones médico quirúrgicas están sobredimensionadas y el concepto del médico general se ha subvalorado.

Lo que pretendemos es que la formación académica tenga un impacto real en la sociedad y produzca cambios tanto en el individuo como en las comunidades; eso solo se consigue fortaleciendo las competencias y habilidades del médico general y capacitando más especialistas en medicina familiar.

¿Hicieron alguna propuesta para delimitar las especialidades?

La sala de posgrado va a trabajar en la depuración de las denominaciones de las especialidades médico quirúrgicas y en la conceptualización de la formación avanzada o “fellows” en las cuales puedan caber las segundas y terceras especialidades. Aceptamos la propuesta de denominación de primeras especialidades, trabajadas en conjunto entre Ascofame y los minEducación y minSalud.

Esta sala también debe plantear un currículo de posgrado que incluya un perfil de ingreso para cada especialidad, unas competencias genéricas, la delegación progresiva de responsabilidades supervisadas, los diferentes roles que tiene el residente (educativo, investigativo, asistencial y administrativo), y unas opciones de salida hacia otros niveles de formación.

En este sentido, tenemos que fomentar la creación y difusión de programas enfocados a la comunidad; es decir, medicina familiar.

¿El CGEM apoya la Ley de Residencias que está en trámite en el Congreso?

Estamos completamente de acuerdo en que urge mejorar las condiciones del residente. Colombia necesita dar el debate y avanzar hacia lo que hacen los demás países del mundo. En el Consenso de Montería planteamos una estrategia para privilegiar el trabajo del residente.

La lucha actual de este grupo de médicos en proceso de especialización es para que se les reconozca un salario y no tengan que pagar la matrícula, pero somos conscientes de que la problemática involucra otros componentes que deben ser analizados. Nuestra propuesta es tramitar un estatuto del residente que lo considere como un estudiante en entrenamiento.

Debemos hacer un análisis de los costos de la formación y proponer un sistema de financiación para el pago al residente y matrícula del mismo. Pensamos que debe ser un becario del sistema con el fin de que incursione en las especialidades que el país necesita.

Eso demanda crear un fondo que recoja recursos de las EPS, de las IPS y del Estado para poder garantizar la cobertura de la matrícula y el sostenimiento del estudiante durante la etapa de entrenamiento.

Como contraprestación el residente adquiere la obligación de trabajar en el lugar donde la sociedad requiera de sus servicios por el doble de tiempo que empleó haciendo la especialidad. Si un médico escoge una especialidad que no esté dentro de las prioridades del sistema de salud, el Gobierno debe permitirle hacerla y pagarla con recursos propios.

El otro aspecto a revisar es el sistema de admisión a las residencias porque la convocatoria hacia un nuevo desempeño médico es en realidad un llamado a una transformación fundamental de la práctica médica en todos los niveles de atención, lo que obviamente esta íntimamente ligada a la naturaleza de la educación médica

¿Consideran que la recertificación debe ser obligatoria?

Dado que es indispensable dignificar la profesión médica y propender por los más altos estándares de calidad, el CGEM se debe convertir en garante del derecho fundamental de la salud.

En consecuencia, estimamos conveniente que los médicos se recertifiquen cada cinco o siete años de forma obligatoria para mantener sus competencias al día. A través de la Sala de Desarrollo Profesional Permanente del CGEM se puede implementar el sistema de certificación y recertificación médica, en conjunto con las sociedades científicas, y otros actores pertinentes, considerando las necesidades de los galenos y que contemple, además, los requerimientos de certificación en docencia de los médicos que se ocupen de ella.

Los desarrollos presenciales o virtuales no pueden estar en manos de cualquiera. Ascofame y las facultades deberían ser las generadoras de contenidos. Existen 58 escuelas de medicina en el país para formar a los médicos que la sociedad precisa. Para asegurar la calidad también es apremiante endurecer los criterios de habilitación y registro calificado de las facultades y obligar a que todas estén acreditadas a los siete años de haber obtenido el registro.

En ese mismo sentido, consideramos que los médicos extranjeros que vengan a ejercer deben respetar y cumplir la regulación colombiana. No pueden existir excepciones, distinciones o consideraciones especiales.

¿Cuándo se comienzan a implementar los cambios?

Tenemos la obligación de presentar a los 46 decanos de las facultades de medicina del país las conclusiones a que llegue el CGEM en septiembre. Las nuevas disposiciones se podrían implementar a partir del primer semestre de 2019, pero los frutos se verán una vez que salgan las primeras cohortes de graduados en 2025.

octubre 23, 2019

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