El doctor César Giraldo, profesor de economía de la Universidad Nacional, dice que cualquier reforma pensional debe partir de movimientos sociales para reivindicar el derecho a la pensión, dado que menos del diez por ciento de los aportantes al sistema de seguridad social se pensiona.
La agenda legislativa, en la que se han priorizado varios proyectos como las reformas a la política y a la justicia, no han permitido que el Gobierno presente su propuesta de revisión del sistema pensional al Congreso de la República.
Sin embargo, el Gobierno ha insistido en la necesidad de reestructurar el sistema pensional para tratar de solucionar las dificultades de tener dos sistemas pensionales, corregir la regresividad del sistema y aumentar la cobertura.
César Giraldo, doctor en Economía de la Universidad de París y profesor de la Universidad Nacional de Colombia, asegura que el problema ha sido la privatización promovida por la Ley 100 de 1993, puesto que los cotizantes nuevos prefirieron afiliarse al régimen de ahorro individual administrado por los fondos de pensiones, mientras que los pensionados se quedaron en el régimen de prima media (Colpensiones).
De esta forma, el superávit comenzó a verse en la contabilidad privada y el déficit en la pública.
“Hoy, 25 años después de que los cotizantes se afiliaran a los fondos de pensiones, la sorpresa ha sido mayúscula. Un tercio de los afiliados empezaron a recibir pensiones sumamente bajas, casi una quinta parte del ingreso base de cotización, y a dos tercios de los afiliados les han devuelto los aportes, lo que significa que en el régimen privado más de la mitad de las personas se quedan sin pensión, sin las semanas de cotización y con una edad en la que ya les es imposible cotizar.
En el sistema público el gran inconveniente está en la falta de una relación laboral estable. Con la tercerización, la informalidad y los contratos OPS las personas tienen que cotizar como independientes sobre el 40 por ciento de lo que devenga, cifra que el sistema registra como ingreso neto y que, por lo tanto, fija como el monto de pensión”.
Para el doctor Giraldo, un sistema integrado por dos regímenes en competencia, donde los activos financieros están en manos del sector privado y la carga de los pensionados está en el sistema púbico, y uno recibe y gestiona la mayor parte de las contribuciones, mientras que el otro se hace cargo de pagar las pensiones, no es sostenible.
“Si bien todo sistema pensional en el mundo tiene un gasto fiscal, Colombia es de los que menos desembolsa, solo el 3.7 del PIB, mientras que el promedio de los demás países de la Ocde está en el 10 por ciento y Estados Unidos invierte el 8 por ciento del PIB.
Por tanto, ante la incertidumbre de la propuesta que presente el Gobierno en los próximos años, el profesor Giraldo considera que es el momento para que la sociedad civil presente un proyecto de ley que logre reivindicar el derecho de los colombianos a tener una pensión.
La tal bomba pensional no existe
Los administradores de los fondos de pensiones no asumen ningún riesgo, se lo trasladan a los afiliados.
• Los fondos subsidian a los grupos económicos, no al afiliado. Puntos clave para una reforma pensional La perspectiva de los regímenes de prima media, ahorro individual y el especial ha variado de acuerdo a los resultados obtenidos en los 25 años que llevan en funcionamiento.
El profesor César Giraldo considera que la próxima reforma pensional debe incorporar estos cuatro elementos:
1. Unificar el sistema de ahorro individual con el esquema de ahorro simple y el sistema de régimen de prima media. Los fondos privados se deben marchitar, no se les debe permitir tener nuevos afiliados y las personas se deberían pasar a un sistema único de pensiones basado en el reparto simple. Hay que tener en cuenta que un sistema público de pensiones sin una economía estable tampoco funciona.
2. Implementar un sistema en donde la pensión sea un derecho adquirido por la edad, las semanas de cotización y el salario promedio. De esta forma se resuelve el problema financiero del régimen contributivo.
3. Establecer la flexiseguridad para las personas que están con contratos OPS y a termino fijo. En estas circunstancias el contratante deberá pagar una póliza, de tal manera que cuando el trabajador no tenga contrato, el seguro le cubra hasta por seis meses la cotización a salud y pensión sobre el salario que tenía, no menos. Si el empleador utiliza esa forma de vinculación laboral, debe pagar la póliza.
4. Fijar una pensión no contributiva de al menos un salario mínimo para las personas de más de 65 años que no cotizaron. En el campo existen muchos trabajadores que después de dedicar su vida a cultivar para alimentar a todo un país, quedan desprotegidos por el Estado. La idea es pensionarlos por el solo hecho de ser ciudadanos.
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