Colombia tierra querida y privilegiada para los cultivos de cannabis medicinal
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Colombia tierra querida y privilegiada para los cultivos de cannabis medicinal


Colombia se ha distinguido por ser un país con invaluables propiedades para una alta producción de productos agrarios de la mejor calidad. Además del café más suave del mundo, en los últimos cuatro años el país se ha posicionado como líder en la industria del cannabis medicinal.


Lucas Pablo Nosiglia, economista de la Universidad de Buenos Aires, con maestría en finanzas y actual presidente la compañía Avicanna Inc, explicó en la Cita con el Experto, del Colegio Médico Colombiano que Colombia posee una fuerte ventaja competitiva entre las naciones que han incursionado en la industria del cannabis medicinal debido a que tiene unas condiciones bioclimáticas óptimas para cultivar la planta con fines medicinales.

Con un clima tropical, donde hay 12 horas de luz lineal solar y temperaturas moderadas, los suelos adquieren características ideales para la producción de cannabis y se pueden obtener cuatro o cinco cosechas al año. En zonas con estaciones, como en Canadá, país inversionista en el mercado de cannabis en Colombia, solo se da una o dos cosechas por año.

En Colombia, el Estado asumió el control y la regulación de las actividades de cultivo, producción, fabricación y transformación del cannabis con fines medicinales y científicos bajo la normatividad de la ley 1787 de 2016 y el decreto 613 del 10 de abril de 2017 (Dirección de Antinarcóticos, 2017). Aunque el uso recreativo del cannabis aún no está permitido, el Estado decidió crear un mercado agroexportador limitado a los usos medicinales, con seguimiento médico y con los estándares que implica desarrollar un producto medicinal, otorgando licencias a industrias privadas para producir y comercializar las preparaciones farmacéuticas del cannabis o sus derivados, afirmó el alto ejecutivo.

“El modelo que tiene Colombia regula verticalmente cada uno de los procesos en la cadena de valor, esto incluye desde la genética, el cultivo, la extracción, la manufactura y el registro. Si algo ha caracterizado al modelo colombiano es lo fuertemente regulado que está. A la hora de generar capacidades operativas se emiten licencias controladas, donde intervienen según el eslabón el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), los ministerios de Justicia y de Salud, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) y el Fondo Nacional de Estuperfacientes con el fin de poder hacer la trazabilidad total del proceso que comprende desde las semillas hasta el paciente. También hay un sistema de cupos y aprobaciones para las industrias que se dedican a la obtención de cannabis psicoactivo.

Hay que aclarar que el CBD o cannabidiol y el THC (9 Delta-Tetrahidrocannabinol) son los componentes de los más de 150 más conocidos del cannabis. A grandes rasgos, el THC es el ingrediente psicoactivo; y el CBD es ese principio activo al que se le adjudican varios de los beneficios terapéuticos del cannabis medicinal. Al día de hoy se ha comprobado que los compuestos con cannabis resultan útiles en el manejo del dolor crónico, en espasticidad, trastornos del sueño, fibromialgia, para controlar las náuseas y el vómito después de la quimioterapia y para los trastornos de ansiedad y de estrés postraumático.

Infraestructura y aprender del entorno: nuevos retos

A partir de la expedición de la Ley 1787 de 2016 y sus normas reglamentarias, Colombia cuenta con un marco jurídico integral que regula el acceso al cannabis con fines medicinales y científicos.

Las personas naturales y jurídicas, nacionales o extranjeras, que se encuentren interesadas en acceder al cannabis con fines medicinales o científicos deben, en un primer momento, solicitar y obtener previo al inicio de actividades, la licencia correspondiente. En el caso de fabricación de productos derivados del cannabis, la licencia deberá ser tramitada ante el Ministerio de Salud y Protección Social. Las licencias para el cultivo de cannabis psicoactivo, no psicoactivo y para el uso de la semilla de cannabis se tramitan ante el Ministerio de Justicia.

Con la implementación de la ley que dio luz verde a la producción del cannabis medicinal, Colombia se convirtió en un potencial de mercado en la industria del cannabis, y entre 2018 y 2019 se presentó una afluencia de capitales extranjeros, principalmente canadienses. Esta ley fue el detonador para que aproximadamente 30 empresas grandes y medianas construyeran la hoja de ruta científica, legal, tecnológica y comercial para que este negocio comenzara a germinar.

Como suele ocurrir con mercados emergentes, a finales de 2019 surgió la primera crisis de esta industria, pero las empresas con visión a largo plazo obtuvimos los primeros resultados en cada una de las cadenas de valor, dijo el economista.

“Ya durante la pandemia muchos de estos proyectos se extinguieron o entraron en pausa, pero este año la industria se empezó a reactivar y hoy en día son muchos los pacientes que se están beneficiando del uso de fórmulas magistrales de cannabis medicinal o de sus derivados, sobre todo después de que el Presidente Duque firmara el decreto que permitió ampliar el alance de las regulaciones para dinamizar el sector, especialmente dando permiso a la exportación de flor seca”.

Es realmente impactante descubrir como el cannabis medicinal ha podido aportar a la innovación y desarrollo de un sector económico de suma importancia, como la medicina y la agricultura. Sin embargo, para generar capacidades para alcanzar ese estándar medicinal se necesitan inversiones altas en infraestructura y recursos humanos, aclaró el ejecutivo Nosiglia


“Se necesita tiempo, es un proceso que no se puede acelerar. Todos estamos aprendiendo y abrirse campo en el mercado internacional no ha sido fácil. La buena noticia es que Latinoamérica se proyecta como la de mayor crecimiento para el cannabis medicinal y se estima que el mercado para 2025 puede ser de diez billones de dólares, donde Colombia se puede llevar 1.5 billones de dólares”. 


La manera en que Colombia ha logrado regular e impulsar la industria ha servido de ejemplo para otros países, ya que existe una tendencia global hacia la legalización en diversas latitudes que despeja la perspectiva de crecimiento de la industria del cannabis a largo plazo. Se requiere seguir avanzando tecnológicamente, como la ha hecho Avicanna para certificarse en agricultura orgánica o con programas genéticos, como el de fitomejoramiento pionero y producción de semilla feminizada, agregó experto.

“Con la educación médica a la que Avicanna le ha apostado para que los médicos adquieran una mayor comprensión de los beneficios terapéuticos de cannabis y el programa de apoyo a los pacientes, se puede augurar que la industria del cannabis medicinal está destinado a tener un éxito importante en la economía colombiana”. 

octubre 23, 2021

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