El doctor Hermán Redondo Gómez, magistrado Tribunal Seccional de Ética Médica de Bogotá, en diálogo con el Colegio Médico Colombiano afirmó que hace años que el país está clamando por una ley ordinaria que desarrolle los mandatos, principios y directrices ordenados por la Ley Estatutaria que tiene un rango superior a la Ley 100.
Desde su punto de vista, ¿Cuál es la mayor dificultad que enfrentan los médicos para su ejercicio profesional?
Son varias, por lo que desde diferentes organizaciones médicas hemos venido alertando acerca de las condiciones deplorables que afrontan quienes cumpen unas de las labores más altruistas y complejas.
Para empezar, no es extraño que muchos médicos tengan que sortear la falta de insumos y elementos básicos esenciales para garantizar una buena atención, especialmente en las zonas marginales y apartadas del territorio nacional.
En consecuencia, en los tribunales siempre valoramos los actos médicos bajo la óptica de las circunstancias de modo, tiempo y lugar.
De otro lado, al revisar que la queja más frecuente por parte de los usuarios del sistema es la falta de tiempo, observamos que en realidad existen pocos médicos para atender grandes volúmenes de pacientes.
Esta circunstancia no permite dedicar el tiempo que el paciente requiere para su mejor atención y que el médico está dispueso a ofrecer si el sistema lo permitiera.
También hay que señalar la pérdida de la autonomía profesional para tomar decisiones en el manejo de los pacientes puestos bajo nuestro cuidado.
La medicina como ciencia y como profesión liberal, tradicionalmente en el país y en el mundo habían tenido el privilegio de que solamente los médicos decidían con plena autonomía lo que era más conveniente para el paciente, y estos procedían al cumplimiento de su deber como responsables del cuidado de la salud.
No obstante, con la adopción de nuevas formas en la administración y atención de la salud, la extensión y consolidación de empresas privadas que administran planes de salud en el nuevo escenario de economía de mercado, la inviolable autonomía de los médicos sufrió un cambio que menoscabó la liberalidad del ejercicio profesional y deterioró la relación médico-paciente.
¿Cuál es la principal barrera para la autonomía médica?
En el estudio realizado por la Defensoría del Pueblo y publicado en el año 2007 que pretendemos actualizar próximamente, se identificaron varias de ellas:
1. La restricción por tiempo: aquella que se hace midiendo metas semanales, quincenales o mensuales; ejemplo: el número máximo de exámenes que se pueden prescribir en un tiempo determinado.
2. La restricción por paciente: aquella que limita el número de exámenes, imágenes o medicamentos por paciente o consulta; ejemplo: no más de (3) medicamentos por fórmula.
3.Las restricciones por patología: las que limitan exámenes, imágenes o medicamentos por patología.
4. Las autorizaciones: que con frecuencia conducen a la negación de servicios al paciente. En mi criterio no deberían existir. La única autorización válida es la fórmula médica, nada más.
¿Es necesario hacer una reforma el sistema de salud? ¿Qué se debe cambiar?
La Ley Estatutaria en Salud 1751 de 2015, en muchos aspectos, es contraria a la Ley 100 de 1993; no obstante, esta última sigue rigiendo.
Claro que SÍ, debe haber una ley ordinaria que desarrolle los mandatos, principios y directrices ordenados por la Ley Estatutaria que tiene un rango superior a la Ley 100 y, por tanto, la subordina.
Se requieren cambios en la forma como se administra el sistema de salud, en el modelo de atención, en el flujo de los recursos y en el fortalecimiento de la red pública nacional hospitalaria, entre otros muchos cambios.
Si la Ley Estatutaria en Salud defiende la autonomía médica, ¿por qué no se respeta?
Lamentablemente, en Colombia no es raro que el Congreso expida las Leyes y sea el propio Estado el que las incumpla. Ejemplos hay muchos, sobre todo en el campo laboral. Esa es la lucha permanente de las organizaciones sindicales y de los gremios médicos: ¡Hacer cumplir la Ley!
¿Cómo conciliar la falta de autonomía con la ética profesional?
Son perfectamente armónicas, complementarias entre sí. Para nosotros, la autonomía médica es un imperativo ético que se le debe al paciente como lo predica la Asociación Médica Mundial desde la 39ª Asamblea Mundial, en Madrid, España, en octubre de 1987.
¿Por qué se ha llegado a una falta de confianza en todo, en las instituciones, en los médicos, en la gente?
En la pérdida de credibilidad en el Sistema General de Seguridad Social en Salud tenemos todos los denominados “actores del Sistema” diferentes niveles de responsabilidad, incluyendo a nuestro gremio por no haber sabido defender como corresponde de manera unitaria el ejercicio digno de la profesión. Desde luego, los diferentes Gobiernos que no han tenido la suficiente voluntad política para superar la Ley 100 de 1993; el Congreso en su incapacidad legislativa que históricamente se a subyugado al ejecutivo; las EPS que no han podio cumplir y les quedó grande responder a las necesiddes del sistema; algunas IPS que solamente ven los incentivos de renta; los organismos de control que esporádicamente miran al sector para destapar casos aberrantes de corrupción, y a los propios usuarios también les cabe cierta responsabilidad porque, aunque son la razón y la esencia misma del sistema, tienen derechos que cumplir y no solo deberes que reclamar.
¿Qué se puede hacer para que los pacientes vuelvan a confiar en el médico?
Creo que la confianza en el médico no se ha perdido del todo, se debe rescatar con mejoramiento del Modelo de Atención que estimule la Atención Primaria en Salud con un enfoque familiar y comunitario. Se debe implementar un esquema que fortalezca la relación médico – paciente; para ello, las consultas deben disponer del tiempo necesario. Como lo señalamos en la conferencia sobre autonomía médica en el acto de lanzamiento de nuestra gran encuesta: “La Medicina siempre ha levantado el estandarte de los principios éticos. Su fin primordial de servir, la ha hecho el prototipo de la profesión humanitaria. Es necesario que retomemos este camino… ¡Es el único que actualmente nos queda!”
¿Cuáles son tus propuestas para dignificar al ejercicio de la medicina y que el médico pueda ejercer sin censura?
El cumplimiento de la Ley Estatutaria en Salud y de las normas éticas que regulan el ejercicio de las profesiones de la salud en Colombia. Recuperar los objetivos de la salud pública, por encima del control del gasto a ultranza como único fin del sistema.
¿Qué le diría a los jóvenes que están estudiando medicina?
Fui decano de un Programa de Medicina, es una de mis mayores satisfacciones intelectuales. Creo que periódicamente se deben ajustar los currículums universitarios a los cambios que se van gestando en la sociedad.
Asimismo, es conveniente promover las cátedras abiertas porque la universidad es el centro por excelencia del pensamiento, la interlocución, del debate amplio y democrático.
A los estudiantes les digo que la medicina tiene muchos espacios de desarrollo profesional: la asistencia pública o privada, las diferentes especializaciones, la administración, la salud pública, la medicina familiar, la docencia, la investigación, entre otras.
Les aconsejo que sea cual sea el camino que escojan, no se aíslen del gremio ni de las instituciones médicas, pues a través de ellas se orienta la lucha gremial por enaltecer y dignificar cada día nuestra profesión y por obtener mejores condiciones de vida y de trabajo.
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