Un ensayo neurocientífico, histórico y humanístico
Actualidad, Opinión

Un ensayo neurocientífico, histórico y humanístico


PARTE VII


El amor cromosómico


Amor es… la búsqueda eterna de la otra mitad


Por Stevenson Marulanda Plata – Presidente del Colegio Médico Colombiano

Tobías Enrique Pumarejo Gutiérrez
1910 – 1995

EN LA VÍSPERA DE AÑO NUEVO ESTANDO LA NOCHE SERENA…

Todos los diciembres -cual gen cultural (meme)-, viaja “Don Toba” de generación en generación.

Sus viajeros y dinásticos genes musicales, inmortales intactos, saltan de cuerpo en cuerpo, dejando muerta, atrás del olvido, la inexorable pila de la sucesión genealógica de cuerpos muertos fabricados con fechas de vencimiento… Difuntos que fueron, unos viejos otros no, polvo de tierra que ya son y otros que serán.

Los tres hermanos: Tobías Enrique Pumarejo Gutiérrez

El amor eterno de papá y mamá se ve en el microscopio.

El amor es un continente que no contiene lo que debería contener. Lo que realmente pasa en la biología trasciende mil veces lo que la palabra amor intenta decir a la sociedad. Así, bien dichas las cosas, el amor romántico de pareja que enamoró a José Antonio Pumarejo Villazón y a Helena Gutiérrez Aroca en el viejo Valledupar de principios de siglo XX, y engendró a Tobías Enrique Pumarejo Gutiérrez, no se quedó solamente en los abrazos, besos, ternuras y caricias solariegas que ellos tanto se dieron desde aquellas remotas noches.

—No señores—. Él llegó hasta los confines microscópicos de sus íntimas biologías. Sucedió aquella lejana tarde feliz de la fecundación, cuando ese único espermatozoide, y no otro de millones, producto de la meiosis testicular de Don José Antonio, flechó ese óvulo que venía bajando por la Trompa de Falopio, y había reventado la víspera en el ovario fecundo de Doña Helena.

—Sí señores—.  En ese feliz momento— diciembre de 1909, el de la fecundación de la nueva y única célula, el cigoto que daría origen en agosto de 1910 al compositor de La víspera de Año Nuevo—, los 23 cromosomas (“medias naranjas”), empaquetados en un espermatozoide de Don José Antonio, salieron corriendo como locos adolescentes alborotados, en búsqueda de abrasarse y aparearse con sus otras “medias naranjas”, mejor dicho, los 23 cromosomas del óvulo de Doña Helena.

CROMOSOMAS “MEDIAS NARANJAS” O CROMOSOMAS HOMÓLOGOS.

Cada uno es la imagen en espejo del otro: Uno heredado del padre, otro de la madre.

Tienen la misma estampa, andante y donaire. La misma historia evolutiva. Las mismas huellas mutantes de la selección natural del viejo Darwin, las mismas angustias existenciales del reverendo Malthus, y las mismas ganas de vivir y de expresarse del botánico monástico y rural de Mendel, el ermitaño monje agustino. Por eso, los vanidosos, lucen orgullosos las mismas curvas y dimensiones, y hasta defectos.

Los cromosomas homólogos de “Don Toba”, así le decían y le dicen al compositor de “Los tres hermanos”, igualmente contenían genes homólogos, por pares, uno heredado de su papá y el otro de su mamá, llamados alelos. Cada alelo expresa el mismo rasgo o característica, corporal y mental. Dicho de otra forma, “Don Toba”, heredó un juego de alelos de su papá y otro de su mamá.

¿QUIERE DECIR QUE TENEMOS DOS GENES PARA HACER LA MISMA COSA?

Nítidamente cierto.

Sin embargo, “Don Toba” no tenía un hermano siamés pegado a él. No somos monstruos quiméricos de dos narices, cuatro ojos, cuatro manos y cuatro patas, con dos cerebros y dos mentes. Lo que ocurre es que, de cada par de genes recibido (alelos) — uno paterno y uno materno, pelo liso y pelo enroscado, por ejemplo) —solamente se prende (se expresa) y funciona uno, el gen dominante. Mientras tanto, el otro permanece dormido o apagado, no funciona, no se expresa, y se le llama gen recesivo. “Don Toba” tenía prendidos todos sus genes musicales, afortunadamente.

Este amor cromosómico explica que Tobías Enrique, como todo humano, hubiera tenido en vida 23 pares de cromosomas, cada uno formado por un cromosoma de origen materno y otro paterno. Todos los Gutiérrez – Molina, como usted, como yo y como todos los humanos, poseen 46 cromosomas, -23 heredados de sus respectivos padres y 23 de sus respectivas madres-.

LOS CROMOSOMAS.

Los estuches de los genes.

Los genes físicamente vienen ensartados cual cuentas de collar, pero abierto en sus dos extremos, libres y sellados. De este modo -juntas, pero no revueltas, apretaditas secuencialmente-, cada cuenta sería el equivalente metafórico a un gen, cuya información está escrita en tiras de letras de ADN, enrolladas en forma de espiral. Y, como toda información de Estado, ultra secreta, importante y clasificada, se guardan celosamente con llave en unos estuches blindados en forma alargada que se llaman cromosomas. Y, como si todavía fuera muy poca seguridad, los cromosomas son confinados en un bunker: el núcleo de cada una de los 37 billones de células que formaron a Tobías Enrique Pumarejo Gutiérrez, el compositor de “La víspera de Año Nuevo”, y toda la prosapia que nos autodenominaos humanidad. 

La víspera del Año Nuevo: Tobías Enrique Pumarejo Gutiérrez

EL PODER MÁS EFICIENTE ES EL QUE NO SE VE.

El gen, la unidad poderosa y fundamental de la información biológica.

El poder que domina a la materia reside en el átomo, su unidad básica y fundamental. De la misma forma, el poder de la información digital lo tiene el bite, en tanto que el dominio de los organismos celulares lo ejerce la célula. Asimismo, el gen es la unidad soberana, absoluta, dictatorial, indivisible, básica, fundamental e invisible que domina la información celular.

Los genes, en tanto unidades de información independiente y separada, son los amos de la herencia y de toda la información biológica en general, y transmiten y expresan solamente la información que contienen en sus letras moleculares de ADN. 

Emilianito Zuleta Díaz en su sentido paseo ´La herencia´, dedicado a su padre Emiliano Zuleta Baquero lo explica mejor que yo cuando canta:

Hay cosas bellas que nunca se olvidan

y solo con la muerte pueden acabar,

como la herencia que le puede dar

el padre a un hijo pa´toda la vida;

No es una herencia material

a la que me refiero yo,

es una herencia musical

la que mi padre me dejó.

La herencia: Los hermanos Zuleta.

Fonseca La Guajira, agosto 9 del 2023.

agosto 9, 2023

5 COMMENTS ON THIS POST To “Un ensayo neurocientífico, histórico y humanístico”

  1. Super. Buena explicación. Genes únicos los de Don Toba y los de Emiliano Zuleta Baquero y su dinastía. Felicitaciones amigo Stevenson. Corregir. Don Toba nació en 1906

  2. Buenas tardes mi Apreciado Tincho ,cada vez que escribes un artículo, una crónica, Reflexión ect, la digiero Intigra( así decían los Fonsequeros de la Época de mi rural en tu Tierra Natal, cuando ejercí como Medico por 4 años, y en esto de la Genética Musical,es extraordinaria. Te sigo para ampliar mis conocimientos, quedo atento hasta otro artículo Médico Científico.

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