La OMS estima que con el desarrollo de las nuevas tecnologías la telemedicina puede resolver entre el 75 al 80 por ciento de los motivos de consulta externa y acorta los tiempos de espera de consultas con los especialistas, por lo que se ha convertido en la vía que hace la atención en salud más equitativa e igualitaria para toda la población.
Por Maricielo Acero R. – Editora Epicrisis
Antes de la crisis desatada por el Covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya avalaba la telemedicina como un modelo de atención accesible, capaz de ofrecer atención de alta calidad y reducir la mortalidad de la población general.
Pero fue durante la pandemia que el uso de herramientas digitales tuvo un gran impacto en el cuidado de la salud de los pacientes, ya que permitió evaluar los casos sospechosos de Covid de forma segura y efectiva, e hizo posible guiar el diagnóstico y el tratamiento del enfermo, minimizando el riesgo de transmisión de la infección.
La telemedicina también permitió que muchos de los servicios clínicos indispensables para la comunidad continuaran operando regularmente y sin interrupción en el transcurso de la emergencia de salud pública.
Para los problemas de salud que la gente cataloga como más delicados: enfermedades respiratorias, cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes, y donde persisten grandes brechas de atención en salud, la telemedicina vino a dar respuesta efectiva a través de un sistema híbrido de salud donde se combinan la atención presencial y la telesalud con el fin de brindar al paciente las mejores oportunidades, afirmó la doctora Omidres Pérez de Carvelli, médica cirujana, especialista en medicina interna, especialista en endocrinología y metabolismo, y presidenta de la Organización Internacional de Telemedicina y Telesalud (OITT) en la sesión de Cita con el Experto del Colegio Médico Colombiano.
La OMS estima que con el desarrollo de las nuevas tecnologías la telemedicina puede resolver entre el 75 al 80 por ciento de los motivos de consulta externa y acorta los tiempos de espera de consultas con los especialistas, por lo que se ha convertido en la vía que hace la atención en salud más equitativa e igualitaria para toda la población.
A través de la telemedicina se pueden realizar diagnósticos a tiempo, tener un mejor control de la salud y estar en contacto con el médico, lo que puede conducir a decisiones más informadas sobre su salud, así como a una mejor comprensión de los tratamientos.
La telemedicina también reduce los tiempos de espera en todas las instituciones, aumenta la cobertura en salud, disminuye los costos y los gastos que implica el uso de instalaciones para situaciones que se pueden resolver virtualmente, y hace que el médico sea más resolutivo, explicó la doctora Pérez.
“Por ejemplo, en patologías específicas como la diabetes tipo 2, los estudios han demostrado que cuando hay canales de comunicación bidireccionales se logra una disminución de la hemoglobina glicosilada de 1.52 por ciento en un año, es decir que se alcanza la misma meta terapéutica que con un medicamento. Eso sin contar que la telemedicina es especialmente útil para aquellos pacientes que viven en áreas remotas o que tienen dificultades para acceder a los servicios de salud”, agregó la experta.
La telemedicina como complemento de la interacción presencial tiene un aspecto legal.
En los últimos años la telemedicina se ha dividido en general (ofrece un esquema global para todos los pacientes) y de nicho o especializada (va dirigida a las necesidades del paciente según el entorno, la condición médica y los requerimientos individuales). Pero más allá del trazado de metas terapéuticas específicas, añadió la doctora Pérez, la idea es que la telemedicina mejore la calidad de vida de los pacientes, la adherencia y el seguimiento.
Por tal razón, los pilares de la telemedicina son la accesibilidad, la seguridad, la ética y la legalidad. Para la presidenta de la OITT, la telemedicina es un acto médico y como tal involucra un aspecto legal. Además de la comunicación empática entre médico y paciente, debe existir el consentimiento informado con información clara para el paciente, la firma digital para que haya trazabilidad de la intervención médica y la garantía de la confidencialidad de los datos del paciente (ciberseguridad).
En la pospandemia el desafío es hacer una telemedicina sustentable, para lo cual el presupuesto, las plataformas, el talento humano, la conectividad, la interoperabilidad la alfabetización digital y la gobernanza son elementos fundamentales.
En ese sentido, la doctora Pérez considera que la telemedicina se debe implementar de manera organizada, apoyada en el servicio de telecomunicaciones de cada país y el comercio electrónico (e-commerce) para el área de la salud, lo que ayuda a que los pacientes reciban los medicamentos o suministros que necesiten estén donde estén.
La comunicación que se lleva a cabo entre diferentes aplicativos, dispositivos y estructuras informáticas (interoperabilidad) representan un enorme beneficio a mediano y largo plazo para las instituciones de servicios de salud, los ministerios de salud y los gobiernos en general.
“Los costos médicos van en aumento en todos los países del mundo y ese incremento no va directamente relacionado a la calidad, la atención o a la cobertura en salud. Todos los gobiernos cada día gastan más y obtienen menos; por esa razón los presupuestos de los servicios de salud están clamando por la aceleración de la implementación de la telemedicina antes de que colapsen”, señaló la experta.
El médico que se forma se convierte en un líder en la sociedad.
Hace unos años la OMS mencionó que los principales obstáculos para la expansión de la telemedicina era el aspecto humano. Esto se debe a que los profesionales de la salud tienen un papel protagónico a la hora de pasar a la virtualidad.
Precisamente para la presidenta de la OITT, uno de los grandes desafíos es la alfabetización digital de médicos y pacientes, así como de los equipos sanitarios, administrativos, tomadores de decisiones y de la sociedad en general.
Cada día es más frecuente encontrarse con el paciente 4.0, que está educado, informado y que sabe aprovechar los beneficios de la tecnología, comentó la doctora.
“Por eso necesitamos médicos que se mantengan actualizados en los avances tecnológicos y que estén familiarizados con el manejo de dispositivos, programas y aplicativos para que puedan responder a las necesidades del paciente. Cuanto más entrenado está el médico, más aumenta el porcentaje de adherencia y satisfacción de los pacientes”, dijo.
“La telemedicina no es un capricho ni una opción, es una necesidad que llegó para salvar vidas y ofrecer soluciones en salud”
Es importante crear condiciones propicias para la capacitación, resolver la inestabilidad de las infraestructuras, aplicar políticas de protección de la privacidad de las personas, garantizar la gobernanza y la coordinación a fin de evitar la fragmentación de estos instrumentos en el sistema de salud.
Según la experta invitada por el Colegio Médico Colombiano, es necesario comenzar a alinear las gobernanzas en un mismo lenguaje a nivel mundial.
“Cada país debería trabajar en protocolos comunes para para facilitar los intercambios profesionales, pues la falta de políticas globales se convierte en un obstáculo para aprovechar las herramientas digitales que ya existen. Eso implica fortalecer la gobernanza en salud digital para que haya normas y no hormas que limiten las acciones de los médicos”, puntualizó.
Algunos de los retos que surgen con el desarrollo de este nuevo modelo de atención son la expansión transfronteriza, la inclusión de e-commerce, la ciberseguridad, la puesta en marcha de hospitales digitales o líquidos, el diseño de nuevas aplicaciones y la telemedicina de nicho.
Es preciso comenzar por formar suficientemente a los trabajadores sanitarios para motivarlos a que empiecen a adoptar esta nueva forma de trabajar y se familiaricen con la tecnología.
El primer paso es que el médico se decida, que se forme y que asuma la responsabilidad de formar al paciente para usar los avances tecnológicos que se traduzcan en un mutuo beneficio.
“La telemedicina no es un capricho ni una opción, es una necesidad que llegó para salvar vidas y ofrecer soluciones en salud”, finalizó la doctora Pérez.
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