La salud mental de los trabajadores en el siglo XXI
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La salud mental de los trabajadores en el siglo XXI


En este apartado vamos a preguntarnos: ¿Está la salud mental afectada?, ¿Podemos decir que los trabajadores en pleno siglo XXI, incluso, teniendo en cuenta el reciente periodo pandemia y post-pandemia, poseen un bajo nivel de bienestar en su salud mental?


Por Asociación Colombiana Médica Estudiantil – ACOME.

Para hablar de salud mental debemos conocer la definición global que enmarca estas dos palabras. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y contribuir en su comunidad. En conclusión, el bienestar psicológico y mental del ser humano, teniendo en cuenta que la mente es todo el conjunto de capacidades cognitivas, que permiten al ser humano, pensar, imaginar, recordar, opinar, percibir y distinguir lo correcto e incorrecto.

La mente es tan importante que las neurociencias permiten ahondar más en el saber de la misma. Es pues, la mente, aquella que surge del cerebro, y allí mismo, en el cerebro, captamos y procesamos toda información. Tendría sentido pensar entonces que todas las funciones que realiza el cerebro generan un gasto grande tanto de oxígeno como de glucosa y energía que produce el cuerpo humano. Todo con el único propósito de generar y crear nueva información a partir de una maquinaria de conexiones, neuronas y neurotransmisores, qué denominaría Lashley “Engrama”. Lashley define entonces este engrama como el “Proceso de formación de familias neuronales específicas, cuya activación conjunta reproduce la experiencia subjetiva”. A partir de todo lo que percibe el ser humano, los engramas se vuelven más extensos y complejos, es por ello que estás experiencias, al estar compuestas de múltiples engramas asociados, crean todo lo que habita en la mente. Es por ello que la mente se define como “Capacidad del sistema nervioso de ser consciente de sus propios procesos y causa de su propia programación”.

En lo que respecta a la salud mental, una buena programación de la mente, generaría el bienestar psicológico y mental; recordemos que, añadido a lo anterior, el cerebro posee unas áreas de asociación que están determinadas para ciertas funciones. En las neurociencias, el área de asociación del sistema límbico, es la que se encarga del comportamiento, emociones y motivación. Lo que en la salud mental se conocería cómo la percepción de los aprendizajes y vivencias del ser humano.

Pero, ¿cuál es la percepción que tiene el ser humano en pleno siglo XXI?

La OMS relaciona la disminución del bienestar en la salud mental de los trabajadores a partir de varios ítems; cambios en el entorno social, condiciones de desgaste emocional y estrés en el trabajo, exclusión en el ámbito social, discriminación, estilos de vida con mala alimentación, disminución y deterioro de la salud física, violación de los derechos de cada persona, violencia. En otras palabras, la salud mental se ve afectada desde una perspectiva Biopsicosocial.

Así mismo, la OMS declara para el presente año 2022, que el estrés laboral es una enfermedad autónoma, que cada día se acentúa más en todos los trabajadores y que para el año 2030 los trastornos de salud mental pueden afectar totalmente la población global.

Según una revista biomédica del año 2013, refiere que para el año 2020 las condiciones psiquiátricas y neurológicas aumentarían en un 15 por ciento globalmente (en aquel tiempo no se conocía que ocurriría la pandemia del Covid-19). De la misma revista, lo que respecta para Colombia; es el país que ocupa los primeros cinco puestos en algunas enfermedades mentales, segundo puesto en el trastorno del control de impulsos, cuarto puesto en trastornos de ansiedad y quinto puesto en trastornos del estado de ánimo. Demográficamente hablando, en Colombia, las mujeres presentan en comparación con los hombres mayor probabilidad de padecer trastornos de ansiedad y estado de ánimo.


En Colombia hay 22 millones de trabajadores; de esta población, en el informe de la Encuesta Nacional de Condiciones de Salud y Trabajo en el Sistema General de Riesgos Laborales se determinó que entre el 20 por ciento y 33 por ciento de trabajadores colombianos padecía de un nivel de estrés laboral alto. El 19.25 por ciento reportó síntomas de ansiedad; 12.94 por ciento mencionó estrés por exigencias de trabajo; 10.92 por ciento fue diagnosticado con depresión a causa del trabajo; 3.25 por ciento reportó conductas suicidas.


En el 2020 , y teniendo en cuenta la crisis de la pandemia, un estudio que socializó la Fundación ideas para la paz con respecto al covid-19; informó que el 62 por ciento de los trabajadores ha sufrido de estrés y ansiedad producto del encierro que produjo la pandemia, seguido del desgaste emocional y laboral que generó el trabajo en casa, exigencia y al alcance de metas. Por su parte, Profamilia, Terranum y la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) dijeron que el 36 por ciento de las personas encuestadas presentó estrés por no tener la distribución del tiempo entre las labores profesionales y la familia; el 53 por ciento sintió impaciencia y nerviosismo; el 23 por ciento de los trabajadores afirmó que atendía su trabajo simultáneo con las labores del hogar.


Podemos confirmar que todo lo mencionado reside en la salud mental del trabajador; basado en el estrés que maneja diario, tanto en su hogar, como en su trabajo, las exigencias laborales, la competitividad que existe en el sector económico y la productividad, lo cual lleva a duplicar las horas de trabajo y a reducir los espacios de descanso; esto también implica falta de atención en el momento presente, el vivir en la monotonía y a gran velocidad para realizar todos los deberes diarios; otras consecuencias son falta de tiempo propio, no tener actividades de esparcimiento y ocio, una pobre calidad de vida, el sedentarismo, la mala alimentación y deterioro de la salud, entre otras. Mejorar todo ello, que compete a la esfera biopsicosocial humana, en pleno siglo XXI, integra a las distintas terapias ya conocidas y practicadas, incluso desde muchos siglos atrás, cómo son el mindfulness, el yoga, la meditación, las terapias de atención plena, entre otras muchas actividades.


Además de estas técnicas, es necesario el buen entorno laboral. La salud mental del trabajador también está determinada por las pausas activas, terapias de relajación, talleres y todo aquello que permita mejorar la calidad de vida, es decir, una mejor relación con el entorno biopsicosocial.

Por ultimo y no menos importante, recalcar que la salud mental va más allá de todos los trastornos médicos que se pueden definir ya sean neurológicos y psiquiátricos; juega un papel fundamental en el cuerpo y la psique humana. Es la parte integral del ser que, en conjunto, mente-cuerpo, generan la poderosa interacción del hombre. La salud mental va más allá de lo que somos, vemos y percibimos, ya que conjuga nuestro diario vivir, en toda la esfera biopsicosocial… Es imperativo darle la importancia que se merece.

junio 13, 2022

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