En Latinoamérica existe una brecha de género en la práctica clínica, sobre todo en cardiología, además de que las mujeres enfrentan más barreras profesionales que sus colegas masculinos, como acoso sexual, discriminación laboral, preocupaciones relacionadas con la familia, una mayor percepción de que no hay avance en su desarrollo profesional y que no son remuneradas adecuadamente.
Por todo esto es necesario que se impulsen acciones desde las instituciones de salud, sociedades de cardiología y la academia para que se supere la disparidad y haya igualdad de oportunidades sin importar el género.[1]
Lo anterior se reporta en un pequeño estudio que incluyó cardiólogos de 19 países de Latinoamérica, en su mayoría de México (69%). Asimismo, la investigación publicada en Archivos de cardiología de México resaltó que en Europa y Estados Unidos se han documentado las diferencias de género entre los especialistas en cardiología desde hace años, pero en Latinoamérica aún es un campo poco explorado; también se detalló que a pesar de que el estudio referido se conforma de datos proporcionados por cardiólogos de 19 naciones, no se obtuvo la cantidad de respuestas esperadas, sin embargo, la falta de más fuentes de información permite que estos resultados sean los únicos que muestran la magnitud del problema en la región.
Es necesario reconocer el problema, abordarlo e implementar acciones
La Dra. Grecia Raymundo Martínez, autora principal del estudio reconoció que la muestra de 240 especialistas en cardiología, de los que 41,7% fue de sexo femenino y 58,3% de sexo masculino, es reducida, pero enfatizó que abre el camino no solo para determinar qué factores provocan esta brecha, sino para proponer soluciones que ayuden a reducirla o en un mejor panorama, eliminarla.
“La principal conclusión del estudio fue que existe una diferencia marcada en la cantidad de mujeres que deciden dedicarse a la cardiología, en comparación con los hombres. Entre los hallazgos más importantes encontramos que muchas mujeres evitan realizar estudios de cardiología por la demanda física que involucra, por ejemplo, hacer cardiología intervencionista. Asimismo, se reveló que las mujeres tienen menos paga, menos posiciones en departamentos académicos, menos oportunidad de liderazgo para investigación, menos jefaturas de servicios y, por tanto, mayor tendencia a la depresión y la ansiedad”, manifestó.
La especialista señaló que al percatarse de que en el Instituto Nacional de Cardiología de la Ciudad de México existía una gran diferencia entre el número de cardiólogos varones contra el número de mujeres, surgió el interés por saber cuáles eran las condiciones en otras instituciones de salud, pero no solo del país, sino a nivel regional.
“Nos preguntamos por qué hay tan pocas mujeres en esta especialidad cuando conocemos a colegas que han destacado en el rubro de la cardiología de una forma importante, pero nos percatamos de que no se les da el mismo reconocimiento que a los hombres. Investigamos la literatura alrededor del mundo y detectamos que en Europa, Estados Unidos y España ocurre el mismo fenómeno, lo que fue un motivo más para tratar de comprobar que en Latinoamérica la situación es igual, aunque no había nada escrito”.
El estudio se ejecutó a partir de una encuesta en línea que incluyó 28 preguntas de opción múltiple y fue enviada por correo electrónico a 3.037 cardiólogos que procedían de 19 países latinoamericanos. Contenía preguntas sobre características demográficas (género, edad, nacionalidad, estado civil, tipo de práctica profesional dentro de la cardiología, incluida la subespecialidad), información sobre el lugar de trabajo, así como condiciones de higiene y seguridad, años de práctica, cargo, horas de trabajo por día, ingresos mensuales, desarrollo de la investigación y barreras existentes en el lugar de trabajo.
La encuesta fue contestada por 240 especialistas en cardiología: 100 mujeres y 140 hombres; por país, México tuvo la mayor participación, con 168 respondedores (68 mujeres y 100 hombres,) seguido de Guatemala con 20 (5 mujeres y 15 hombres).
Entre las respuestas destacó lo siguiente:
- La mayoría de las mujeres suele trabajar en el área de imagen cardiovascular.
- Hay una subrepresentación del sexo femenino en jefaturas de departamento.
- Las mujeres tienen un menor salario y reportan menor satisfacción laboral, en comparación con los hombres.
Las barreras que enfrentan en su lugar de trabajo fueron:
- Discriminación laboral con 40% en mujeres frente a 8% en hombres.
- Acoso sexual con 32% en mujeres y 3% en hombres.
“Vemos una diferencia importante hasta en el tipo de enfermedades que padecen los especialistas en cardiología; en los varones prevalecen afecciones cardiovasculares, como obesidad e hipertensión, pero las mujeres presentaron mayor tasa de insomnio, ansiedad y depresión. Sabemos que estos hallazgos no son definitivos, ya que la muestra de población no fue lo que esperábamos y hubiera sido interesante conocer la opinión de las residentes que actualmente cursan la especialidad”.
Asimismo, añadió que es necesario hacer más investigación, porque otro hallazgo fue que las mujeres sufren más acoso sexual en esa especialidad y eso coincide con otros Departamentos de Cardiología a nivel mundial.
La autora principal de la investigación destacó que la brecha de género en medicina y ciencia es una realidad que desafortunadamente ocurre en varios países, por lo que es necesario reconocer el problema, abordarlo y caminar hacia la implementación de acciones que contribuyan a un cambio tomando en cuenta los contextos de cada comunidad.
Los principales retos para poder disminuir esta brecha o abordar esta problemática de una forma diferente es que haya más educación al respecto, que desde la carrera de medicina, desde la infancia, se inculque el pensamiento de que podemos hacer cualquier cosa que queramos y no estar limitadas a pensar que la cardiología es una especialidad únicamente de hombres, destacó la Dra. Raymundo.
“Creo que mucho tiene que ver con la situación cultural que se vive en Latinoamérica y por eso se necesita más investigación en la región, además de levantar la voz como nuevas generaciones y no permitir que la brecha de género se siga perpetuando”, añadió.
Cultura “machista” incide en la brecha de género en la cardiología
La Dra. María Alejandra Madrid Miller realizó su especialidad en el Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ciudad de México; ingresó a la residencia en 1991 y señaló que entre 24 residentes era la única mujer. A 30 años de distancia aseguró que la brecha de género entre especialistas en cardiología ha disminuido, pero desafortunadamente las actitudes machistas y la masculinización de diversas áreas de la medicina siguen vigentes.
“Desde que entré a la carrera de medicina me llamó la atención cardiología. Cuando elegí la especialidad fue complejo; si ahora sigue siendo masculinizada, en ese entonces lo era más. Cuando inicié la especialidad entramos 24 residentes y yo era la única mujer; en todo el hospital había 5 cardiólogas, claro que había sesgo y en algunos lugares esto no ha cambiado”.
Se sigue creyendo que ser mujer es un inconveniente, lo cual es una idea machista, que aun cuando se ha modificado, por desgracia no se ha erradicado por completo y hay áreas de la medicina, como la especialidad de cardiología, con más presencia de hombres.
La Dra. Madrid, que actualmente se dedica a la práctica privada y forma parte de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México (ANCAM), recordó: “Cuando me dieron la base en el IMSS, el director del hospital me dijo que tenía que ʹecharle muchas ganasʹ porque vivía en una sociedad machista y eso me obligaba a trabajar más; nunca olvido sus palabras, ya que me hicieron vislumbrar una mayor necesidad de trabajar más, de ser más incisiva, de prepararme más para alcanzar los objetivos que me propusiera; por fortuna los conseguí, pero es una lástima que a la fecha se mantengan discursos de esa índole en los que ser mujer se convierte en un obstáculo para sobresalir”.
De acuerdo con un artículo publicado en la Gaceta Médica de México, hasta 2018 había 2.992 especialistas en cardiología, de los que 2.473 eran hombres y 519 mujeres, lo que hace pensar a la Dra. Madrid que aún hay mucho por hacer para disminuir la brecha de género en la práctica clínica de la cardiología.[2]
“No hay duda de que el número de mujeres matriculadas en medicina es mayor si lo comparamos con los años en los que estudié, pero lo curioso es que el piso para que hombres y mujeres realicen una especialidad médica no es parejo, porque sigue habiendo la misma cuestión cultural en cuanto a que las mujeres se deben hacer cargo de la estructura familiar”.
Lo anterior, aunado a la inequidad de responsabilidades respecto a la atención de los hijos, claramente limita a una mujer a desarrollarse profesionalmente, pero no porque sea menos capaz, sino porque permanece esa cultura machista y no basta con que se hable de brecha de género, con que cada institución aplique determinada acción, sino que debe existir un verdadero cambio cultural, resaltó la Dra. Madrid.
Con más de 30 años como especialista en cardiología en el Instituto Mexicano del Seguro Social, en donde tuvo cargos como jefa de Terapia Intensiva Posquirúrgica del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, la especialista lamentó que aún sea una realidad que las mujeres publiquen menos trabajos, en comparación con los hombres, que lleguen a menos jefaturas que los hombres, que tengan la sensación de que su trabajo no es remunerado de acuerdo a la carga laboral, que no exista una responsabilidad bipartita en el cuidado del hogar y esto funja como causa para que no se desarrollen profesionalmente y que los cargos importantes sean ocupados en su mayoría por hombres.
“La inequidad persiste, la disparidad entre las oportunidades que tienen los hombres y las mujeres existe y son tan graves que vemos que los cargos más importantes son ocupados por hombres, por ejemplo, el director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el secretario de salud, cuando hay muchas mujeres que tienen la capacidad para estar en puestos de esa magnitud, entonces tenemos que identificar las causas por las que realmente una mujer no está alcanzando esos niveles y modificarlas, cambiar esas costumbres, esa cultura y de verdad reducir esa brecha, no esperar que pasen otros 10 o 20 años para empezar a buscar soluciones. Hay que hacerlo ya”, concluyó.
La Dra. Raymundo y la Dra. Madrid han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Fuente: Medscape
Enlace: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5908448#vp_3
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