Sí hay formas de prevenir la enfermedad mental en los profesionales de la salud
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Sí hay formas de prevenir la enfermedad mental en los profesionales de la salud


“Los deberes del médico son: primero, cuidar su mente y ayudase a sí mismo antes de ayudar a nadie”.


Todos tenemos problemas en la vida, pero quienes ejercen determinadas profesiones u oficios tienen un riesgo más alto de padecer enfermedad mental, así lo expresó el médico psiquiatra Felipe Villegas, especialista en medicina laboral y gerente de Mutalis Bienestar Laboral en la Cita con el Experto del Colegio Médico Colombiano.

En los últimos años se ha registrado a nivel mundial un aumento preocupante de casos de suicidio entre médicos, desde estudiantes de medicina hasta especialistas en diferentes áreas. Para el doctor Villegas, los trabajadores de la salud están expuestos a muchos más factores de riesgo que afectan la salud mental.

Los estudios que se han hecho en Colombia indican que el riesgo de morir por suicidio es el doble en profesionales de la medicina que en las demás ocupaciones. Desde la universidad los médicos tienen mayor prevalencia de depresión, de ideas suicidas e intentos de suicido, así como de automedicación de antidepresivos que la población general; esas cifras son más altas en mujeres que en hombres, en personas solteras y el riesgo también aumenta con la edad.

No es un secreto que el recurso humano en salud se mueve en un ambiente totalmente adverso, sobre todo en este tiempo de pandemia, afirmó el especialista.

“Además de la responsabilidad de salvar vidas, el personal sanitario está sometido a un alto estrés de forma permanente. Quienes hacen turnos nocturnos terminan con alteraciones del patrón de sueño, otros no cuentan con las condiciones óptimas para desempeñar su trabajo y muchos más son víctimas de violencia por parte de los pacientes, los familiares o, incluso, los jefes”.

Hoy se sabe que las extensas y extenuantes jornadas laborales, tener múltiples empleos, la fatiga propia del oficio, el alto nivel de responsabilidad, el temor de cometer errores, la competitividad entre colegas, estar mal remunerados, las expectativas sociales o familiares y el descuido en el autocuidado son factores de riesgo psicosociales para la enfermedad mental.

Despersonalización y mecanización de la medicina, enemigos de la salud mental

Cuando se rompe el equilibrio entre las demandas psicológicas del trabajo y el nivel de control sobre las mismas, es decir, el médico no tiene autonomía para tomar decisiones en el trabajo ni tampoco cuenta con oportunidades para desarrollar habilidades propias, se empieza a desencadenar el estrés laboral, explicó el psiquiatra.

“Lo ideal sería tener una alta demanda en el trabajo con un buen control de la situación. Y aunque no todos los trabajadores reaccionan de la misma forma, las personas con determinados rasgos de la personalidad, bajo ciertas circunstancias de presión pueden comenzar a sufrir trastornos mentales. Muchas veces la enfermedad mental es la única forma de aliviar la tensión a que se ven sometidos los trabajadores cuando hay entornos laborales nocivos”.

Precisamente, en el año 2000, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció al Síndrome de Burnout (SB) o también conocido como síndrome de desgaste profesional, síndrome de sobrecarga emocional, síndrome del quemado como un factor de riesgo laboral, debido a su capacidad para afectar la calidad de vida, la salud mental e incluso hasta poner en riesgo la vida de quien lo sufre.

El término burnout fue acuñado por primera vez en 1974 por Herbert Freudenberger, en su libro “Burnout: The High Cost of High Achievement” Por lo general, el trastorno es consecuencia de un estrés laboral crónico, y se caracteriza por un estado de agotamiento emocional, una actitud cínica o distante frente al trabajo (despersonalización), y una sensación de ineficacia y de no hacer adecuadamente las tareas. A ello se suma la pérdida de habilidades para la comunicación, pues en la actualidad el ejercicio de la medicina se ha vuelto tan mecánico que se ha perdido la oportunidad para socializar, para mostrar empatía con el otro y generar un ambiente laboral cálido y más humano, dijo Villegas. 

En medio de un sistema de salud que se centra en controlar el gasto, disminuir el tiempo de consulta y priorizar la cantidad sobre la calidad, el desgaste profesional se considera uno de los principales problemas de salud mental y es la antesala de muchas de las patologías psíquicas derivadas de un escaso control y de la carencia de una prevención primaria de este síndrome. Ha sido tal la relevancia que ha tomado esta condición en los últimos años, que la OMS lo incluye en el manual del CIE-11 (clasificación Internacional de Enfermedades) como un diagnóstico claramente establecido, señaló el experto.

El inconveniente para el doctor Villegas está en la dificultad para establecer el diagnóstico preciso de burnout, ya que se refiere exclusivamente a los fenómenos en el contexto laboral y no se debe emplear para describir experiencias entras áreas de la vida.

“Todavía no hay unos criterios claros para el diagnóstico de este síndrome y esto hace que se pueda confundir con otros trastornos mentales, como una depresión mayor, estrés postraumático o un trastorno adaptativo. Aproximadamente el 90 por ciento de las personas que son diagnosticadas con burnout tienen un trastorno depresivo mayor. Lo anterior no solo dificulta identificar el síndrome, sino que hace más complicado el tratamiento, pues no existen unas guías precisas para el manejo”.

¡Tómeselo como algo personal, es por su salud mental!

Más allá del espectro de los síntomas físicos que pueda desencadenar el SARS-CoV-2 y los desenlaces fatales, también está el impacto en la salud mental de los trabajadores de la salud. Los datos indican que durante la pandemia han aparecido nuevos trastornos mentales y han empeorado las condiciones preexistentes.

Los cambios al estilo de vida por las cuarentenas y distanciamiento social han generado una carga psicológica importante para la población. En el personal sanitario esto es más marcado por el miedo a contagiarse o contagiar a los demás, el cansancio por las largas jornadas de trabajo, el alto número de pacientes, la escasez de elementos de bioseguridad y el tener que enfrentarse a una infección hasta ahora desconocida.


Quienes están en teletrabajo también han tenido que ajustarse a las circunstancias y han sido presas del aislamiento, la falta de interacción con colegas, los cambios de horarios y los nuevos desafíos que acarrea la telemedicina, comentó el psiquiatra.


“De otra parte, muchos de los trabajadores virtuales están sintiendo miedo de volver a la presencialidad, así cuenten con el esquema de vacunación completo. De ahí la importancia de poder hacer un diagnóstico oportuno y brindar el apoyo que a estos profesionales precisan para que sean capaces de superar los retos que sobrevengan en la pospandemia”.

La prevención, protección y seguridad de los trabajadores de la salud debe comenzar por revisar y ajustar las políticas de la organización. No se trata de hacer que los trabajadores tengan más resiliencia ni de enviarlos a capacitaciones, o de implementar intervenciones individuales sino de proponer y ejecutar planes especiales transformar o eliminar los factores de riesgo, como cambios de las cargas laborales, entrega de elementos de bioseguridad y diseño de estrategias que fomenten el autocuidado, la comunicación, el respeto y un clima laboral amigable, puntualizó el doctor Villegas.

“Hay que tener en cuenta que el apoyo social es una variable que disminuye la experiencia del estrés laboral y que su ausencia se asocia con múltiples patologías, entre ellas las mentales. Que un individuo desarrolle una u otra puede verse determinado por el grado y calidad del apoyo que reciben antes, durante y después de un episodio desafiante”.

Es de esperar que así como muchas compañías o instituciones prestadoras de servicios de salud se esmeran por conseguir la mejor valoración en las encuestas de satisfacción que responde el cliente o el paciente, realicen el mismo esfuerzo, ofrezcan el mismo buen trato y tengan la misma disposición de mejorar el bienestar de los trabajadores que hacen viable esa empresa. En últimas, un profesional de la salud sano y contento con el trabajo va a brindar una mejor atención, aumenta la productividad y se convierte en el mayor activo para cualquier organización; en otras palabras, cuidar la salud mental de los trabajadores es un gana-gana para todos, concluyó el psiquiatra Villegas.  

septiembre 4, 2021

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