A las malas condiciones salariales y laborales que vienen sorteando el gremio de los cirujanos plásticos se suma un impuesto que va a dificultar aún más el ejercicio de la especialidad y el acceso de la población a este tipo de servicios.
El doctor Ernesto Barbosa, presidente de la Sociedad, de Cirugía Plástica, Estética y, SCCP Reconstructiva, afirma que los graves problemas laborales que ya afrontaban los médicos cirujanos plásticos del país comenzaron a empeorar a raíz del IVA que se fijó para los procedimientos estéticos y de belleza en la pasada ley de financiamiento. Para el doctor Barbosa, el impuesto discrimina al paciente porque le reduce la posibilidad de acceder a los servicios de salud, así sean de carácter cosmético o estético, y también margina al cirujano al tratarlo de forma diferente.
“Muchos de estos procedimientos se practican a personas que presentan alteraciones en la parte psicológica y dificultades para su sano desempeño en sociedad. De otro lado, el impuesto atenta contra nuestra labor como médicos, pues la medicina, sin importar si es funcional o estética, es medicina y tiene como fin cuidar y mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes. Hacer este tipo de distinciones es negar nuestra labor médica”
Según Barbosa, para el sistema de salud también es perjudicial es cobro del IVA porque aumenta la presión financiera al interior, ya que incrementa los costos.
Quien termina pagando más siempre es el consumidor final, como ocurre con otros impuestos, explica.
“Si al médico se le incrementan los gastos al tener que contratar un contador permanente y si debe pagar el impuesto mensual o trimestralmente, va a cobrar más por sus servicios. Así, la situación de los profesionales de la salud y la de los pacientes es la más perjudicada”.
A lo anterior hay que agregar que las condiciones laborales del gremio de los cirujanos plásticos se han vuelto críticas tanto en los hospítales públicos como en los privados debido, entre otras cosas, al no pago de honorarios, a la subcontratación, la falta de prestaciones sociales, la tercerización laboral a través de cooperativas que se quedan con el 30 por ciento del salario del especialista, el no pago de horas extras, la contratación ilegal en muchos caso y el pago solo por evento o sutura y no por la disponibilidad del turno.
El presidente de la SCCP dice que el gobierno tiene que comenzar a pensar más en los pacientes, pues de acuerdo con el Instituto Colombiano de Medicina Legal, se ha presentado un incremento de más del 130 por ciento en los decesos causados por malas prácticas en cirugías plásticas.
“Nosotros nos guiamos por el buen hacer en la profesión (Art Lexis), por ese conjunto de normas y criterios que definen el acto médico, pero estamos regidos por una legislación obsoleta que se creó en 1962, cuando ni siquiera habían aparecido las especialidades médicas. La ciencia avanza, el conocimiento médico se renueva cada cinco años, la medicina se vuelve más especializada con el contar de los días y Colombia no ha podido aprobar una ley que regule el ejercicio de las cirugías plásticas y estéticas. El país se ha quedado corto y ha faltado voluntad política para regular este tema.”
En 2016 la Cámara de Representantes aprobó el proyecto que algunos congresistas en conjunto con los ministerios de Educación y Salud elaboraron con el fin de que la cirugía plástica estuviera en manos solo de personal idóneo y en condiciones de seguridad y salubridad para el paciente. Sin embargo, el proyecto de ley nunca fue radicado en el senado, añade Barbosa.
“En este momento la senadora Margarita Restrepo, quien también participó en la iniciativa anterior, y el senador Jairo Cristancho están trabajando en nuevos proyectos de ley que buscan priorizar la calidad en el trabajo del cirujano, los insumos y la seguridad de la paciente”
Los títulos de cirujanos deben estar respalados por instituciones serias
La SCCP agrupa al 90 por ciento de los cirujanos plásticos del país, que corresponde a 820 miembros. No obstante, no todos los cirujanos certificados para poder ejercer en el país tienen que pertenecer a la sociedad.
Para Barbosa, por ser una entidad de naturaleza privada, ellos lo que hacen como gremio es revisar que los papeles de quienes se vinculan a la sociedad estén en regla, que hayan tenido el entrenamiento de cuatro años de dedicación exclusiva formación en cirugía plástica y un adecuado desempeño profesional.
“Por ejemplo, hace unos años unos cirujanos intentaron acceder a la sociedad, pero al revisar la documentación nos dimos cuenta de que los títulos no se ajustaban a la exigencias legales. Así que lo que hicimos como sociedad científica fue ir al ministerio de Educación y prender las alertas para que investigaran”.
En este sentido, el doctor Barbosa enfatiza en que cuando se trata de cualquier especialidad médica, no solamente de cirugía plástica, es indispensable que la formación esté avalada por un hospital y una universidad reconocidos.
“En Latinoamérica hemos visto que algunos cirujanos han montado programas de residencia sin ningún respaldo universitario y emiten “títulos” a los médicos cuando no cumplen con el pensum ni las competencias que les capacita para garantizar una buena práctica. Tener un mayor control al respecto es primordial no solo para nuestro gremio sino para la sociedad en general porque se trata de vidas humanas”.
Hasta la fecha el país solo ha regulado el ejercicio de la radiología y la anestesia. Esto obedeció a que los medicamentos que tiene la anestesia, los gases anestésicos, así como la cantidad de radiación, representan un riesgo para la salud de médico. Sin embargo, para el presidente de la SCCP la falta de regulación del ejercicio de la cirugía plástica en Colombia se ha convertido en un riesgo creciente para la población.
Por último, el doctor Barbosa hace un llamado para que el Estado se pronuncie al respecto y diga qué va a hacer. Es hora de que los buenos cirujanos plásticos
sean valorados y de que se proteja la vida y la salud de los pacientes.
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