La microdosificación, práctica de ingerir cantidades muy pequeñas de sustancias psicoactivas, ha ganado popularidad como una posible alternativa terapéutica para diversas afecciones de salud.
Por Doctor Andrés Camilo Clavijo Rodríguez. Médico especialista en toxicología clínica de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS)-Ministerio de Salud y Protección Social.
A medida que avance la investigación, se prevé que surjan protocolos estandarizados y una mejor comprensión de los efectos de la microdosificción, lo que consolidará su potencial como una opción terapéutica viable. Por ahora, no es una solución única y solo debe realizarse bajo supervisión médica, con dosis y planes de tratamiento personalizados.
La microdosificación de plantas con efectos en la salud se ha convertido en una alternativa terapéutica para diversas condiciones. La ingesta regular de cantidades muy pequeñas de sustancias psicodélicas ha tenido una explosión de popularidad en los últimos años debido a que mejorar el bienestar de la persona, sin que experimente los efectos psicoactivos.
Los usuarios de estas microdosis dicen tener mayor creatividad, alta productividad y mejor estado anímico en general. Los defensores de las microdosis les atribuyen una amplia variedad de beneficios psicológicos y sociales, incluidos aumentos en la concentración, la creatividad, la productividad, el contacto social, el pensamiento analítico, el esta de ánimo positivo, la memoria y el bienestar general.
A pesar de estas afirmaciones, los estudios clínicos acerca de la microdosificación siguen siendo limitados, en gran medida, debido a los desafíos legales y regulatorios de la investigación con psicodélicos.
La microdosis típica suele ser una fracción de una dosis recreativa estándar, por ejemplo, de 6 a 25 microgramos de LSD o de 0,1 a 0,5 gramos de hongos secos en el caso de la psilocibina. Los usuarios suelen describir la experiencia como una de las alteraciones mínimas de la conciencia, lo que les permite mantener el funcionamiento normal mientas supuestamente obtienen beneficios psicológicos.
Los entusiastas suelen compartir sus experiencias y metodologías a través de blogs y comunidades en línea, aunque estos informes anecdóticos carecen de una validación científica rigurosa.
Los psicodélicos normalmente se han asociado con marcas alteraciones en la cognición, las emociones, la percepción y la neurofisiología. Las personas que han consumido psicodélicos suelen tener cambios pronunciados en la percepción visual y auditiva, acompañados de experiencias imaginativas vívidas y emociones intensas.
Pero como las microdosis emplean una cantidad “por debajo del umbral”, se producen efectos mínimos identificables, y la persona manifiesta que no se siente drogada. A eso se suma que no se siguen horarios fijos, algunas personas las toman a diario, mientas que otras lo hacen de forma intermitente.
Lo que dice la evidencia científica hasta el momento
Lo que se sabe al respecto es que muchas culturas ancestrales incorporaron el uso de plantas psicodélicas, como el peyote, las semillas de campanilla y los hongos que contienen psilocibina, a muchos aspectos de la vida diaria.
Estas sustancias se han utilizado en rituales religioso, también como anoréxicos, afrodisíacos, para alivir el dolor y tratar dolencias, como la gota y la sífilis.
En la historia reciente, Albert Hofman, el descubridor del LSD, mencionó durante una entrevista, en 1976, el uso de dosis muy bajas del LSD (25 microgramos), sin dar mayor detalles. Stanislav Grof desarrolló la psicoterapia psicolítica como una forma de terapia asistida por psicodélicos que involucraba pequeñas cantidades de LSD, pero donde el rango más bajo de dosis era de 100 microgramos, considerablemente más alto que las microdosis que se utilizan en la actualidad.
La popularidad actual de la microdosis se remonta al libro, The Psychedelic Explorers Guide, de Jame Fadiman. Esta fue la primera publicación que describió la microdosificación en detalle. Fadiman describió los supuestos beneficios de las microdosis regulares, con la recomendación de seguir un ciclo de tres días y pautas para las dosis adecuadas.
La publicación incluye una colección de diversos testimonios que quienes han recorrido a las microdosis recalcando mejoras positivas en la creatividad, la concentración, el afecto y las relaciones. Después han aparecido varios artículos que hacen referencia al creciente interés en las microdosis, como el informe que publicó la revista estadounidense Rolling Stone a finales de la década de los 60.
Este repentino interés en la cobertura de noticias casi exclusivamente positiva ha ido acompañado del surgimiento de múltiples comunidades de microdosificadores en las redes sociales. por ejemplo, un foro sobre microdosis en reddit.com tiene más de 24 mil miembros que informan sobre sus experiencias y comparan notas sobre metodologías, resultados y protocolos.
Esto ha llevado a una situación preocupante en la que un gran número de personas se animan a experimentar con microdosis, con la expectativa de que esta práctica genere importantes beneficios psicológicos y físicos.
Hasta la fecha existen pocos artículos científicos sobre microdosificación. Tres de ellos indican los beneficios potenciales de la microdosis. En primer lugar, Johnstad realizó una serie de entrevistas con microdosificadores, quienes informaron resultados generalmente positivos, incluida una mejora del estado de ánimo, los noveles de energía y la cognición.
En segundo lugar, en un estudio abierto, Prochazkova et al., descubrió que las microdosis conducían a aumentos en el pensamiento convergente y divergente, indicadores comunes de creatividad. Otro gran estudio transversal encontró que las microdosis reducían actitudes y emociones negativas, mientras que favorecían la apertura de mente y la creatividad, en relación con las personas que nunca habían microdosificado.
En cuarto lugar, el estudio científica, ente más riguroso hasta la fecha, fue un estudio doble ciego controlado con placebo realizado por Ynakieva et al., que mostró cambios en la percepción del tiempo después de la microdosis, pero no investigó variables relacionadas con la salud o el bienestar.
Un área de interés para la ciencia de discusión para la sociedad
En los últimos años un número cada vez mayor de equipos de investigación han informado hallazgos convincentes que sugieren tanto una mejora del funcionamiento psicológico como potenciales beneficios terapéuticos asociados con el uso controlado de una variedad de sustancias psicodélicas.
Cuando se administra a personas sanas en un entorno de apoyo, se ha demostrado que tanto la psilocibina como el LSD provocan experiencias de tipo místico que los participantes describen como altamente significativas y transformadoras. En el caso de. la psilocibina, Griffiths et al., mostraron efectos positivos persistentes calificados por el observador y por sí mismos en las actitudes, el estado de ánimo y el comportamiento 14 meses después de la ingestión, y el 58% de los participantes informaron que su experiencia con la psilocibina se encontraba entre las 5 experiencias más significativas de sus vidas.
También se ha descrito que la psilocibina y el LSD predisponen el procesamiento emocional hacia información positiva y atenúan las respuestas a estímulos aterradores. Además, se ha visto que la psilocibina aumenta la empatía emocional, mientras que el LSD incrementa los sentimientos de bienestar, de cercanía con los demás y la confianza.
En un ensayo cruzado, aleatorio, doble ciego, de psicoterapia asistida con psilocibina como tratamiento de la ansiedad y la depresión en pacientes con cáncer terminal, Griffihs et al., encontraron la remisión de los síntomas depresivos y ansiosos en más del 60% de los pacientes a los seis meses de seguimiento. Un ensayo similar de psicoterapia asistida por LSD realizado por Gasse, Kirchner y Passie mostró reducciones significativas en el estado y el rasgo de la ansiedad durante el seguimiento de 12 meses.
Del mismo modo, se ha reportado que la psilocibina reduce los síntomas de la depresión resistente al tratamiento y disminuye drásticamente los niveles de consumo cuando se prueba como tratamiento para la adicción al tabaco y la dependencia de alcohol.
Por otra parte, Nichols proporciona una revisión exhaustiva de los mecanismos de acción de los psicodélicos. Brevemente, está bien establecido que los psicodélicos serotoninérgicos clásicos como la psilocibina, la dimentiltriptamina (DMT), la mescalina y el LSD actúan (al menos parcialmente) a través de un efecto agonista sobre los receptores 5-HT 2a en todo el cerebro, y trabajos recientes han sugerido que el uso prolongado de psicodélicos puede provocar cambios estructurales en la corteza cingulada anterior y posterior.
Otras investigaciones indican que los psicodélicos conducen a una actividad reducida en l red del modo predeterminado, una red de regiones del cerebro que se cree que apoyan la actividad general asociada con las funciones de la conciencia normal de vigilia, como la metacognición, las atribuciones sociales y la autorreflexión.
Esta reducción de la actividad neuronal típica va acompañada de un aumento de la conectividad entre regiones del cerebro que normalmente funcionan de forma relativamente independiente. Y los últimos hallazgos sugieren que estas sustancias pueden tener impactos beneficiosos en una variedad de dominios psicológicos, cognitivos, afectivos y psicosociales.
Por mínima que sea la dosis, siempre requiere acompañamiento médico
Pese que no existen investigaciones específicas sobre la seguridad de la microdosis, las investigaciones con dosis más altas de psicodélicos sugieren que estas sustancias son relativamente seguras. De todos modos, algunas personas tienen experiencias perturbadoras con los psicodélicos, incluidas emociones negativas, alteraciones de la percepción e incluso síntomas psicóticos, y estos efectos pueden tener un impacto negativo persistente.
Por otro lado, los psicodélicos de las microdosis no resultan adictivos, y los estudios de población a gran escala no han encontrado ninguna asociación entre el uso de estas microdosis y resultados negativos de salud mental.
La investigación longitudinal incluso sugiere que el uso de psicodélicos durante la vida puede estar asociado con niveles más bajos de angustia psicológica y una menor tendencia al suicidio. Varios estudios comparativos han encontrado que los psicodélicos son menos riesgosos que sustancias legales como el alcohol y el tabaco. Esto obedece a que las dosis involucradas en las microdosis son considerablemente más pequeñas que las dosis típicas, por lo que puede parecer razonable suponer que también disminuyen los riesgos.
Pero es posible que la exposición crónica incluso a dosis bajas de psicodélicos, como ocurre con las microdosis, pueda conllevar riesgos aún desconocidos.
Para finalizar, el interés por la microdosificación se ve alimentado por la idea de que los efectos positivos pueden surgir de las expectativas de los usuarios, ya que quieren buscan intencionalmente estas sustancias a menudo intervienen tiempo y recursos en su uso. Si bien ciertos mecanismos neurobiológicos pueden explicar los posibles beneficios, la precisón de los informes anecdóticos aún está bajo escrutinio.
actualmente existe un considerable interés popular en esta práctica, con indicios de que un gran número de personas están experimentando con dosis bajas regulares de psicodélicos. Es importante destacar que la microdosificación no es una cura para todas las enfermedades y que debe realizarse bajo la supervisión de un profesional médico calificado. La dosificación, la frecuencia y la duración del tratamiento deben individualizarse según las necesidades de cada paciente.
Plantas con potencial terapéutico en microdosis
Existen diversas plantas con potencial terapéutico en microdosis, cada una con sus propios efectos y beneficios. Algunas de las más estudiadas incluyen:
- Psilocibina: derivada de hongos, la psilocibina ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), las adicciones y el dolor crónico.
- Lophophora williamsii (Peyote): un cactus tradicionalmente utilizado en ceremonias religiosas: contiene mescalina, una sustancia psicoactiva con propiedades que pueden aliviar la depresión, la ansiedad y el dolor.
- Ayahuasca: esta bebida tradicional utilizada por pueblo indígenas de América del Sur contiene DMT (N,N-dimetiltriptamina), una sustancia psicoactiva con potencial para tratar la depresión, la ansiedad, las adicciones y el trauma.
- Cannabis: la marihuana, rica en cannabinoides como THC y CBD, ha demostrado ser eficaz en el tratamiento del dolor crónico, la espasticidad muscular, las náuseas y el vómito, y puede ayudar a aliviar la ansiedad y el insomnio.
Evidencia científica
La investigación sobre la microdosificación de plantas se encuentra en sus primeras etapas, pero existe un creciente cuerpo de evidencia científica que respalda su potencial terapéutico. Algunos estudios relevantes incluyen:
- “Microdosing of psychedelics: towards a new paradigm for treatment of mood disorders”, por James Fadiman (2021): Este estudio revisa la evidencia disponible sobre la microdosificación de psilocibina y LSD para el tratamiento de la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático.
- Ayahuasca: “A Review of its Pharmacological Effects an Therapeutic Potential”, por J. Callaway et al., (2019): Este estudio revisa la farmacología y los posibles beneficios terapéuticos de la ayahuasca, incluyendo su potencial para tratar la depresión, la ansiedad y las ansiedades.
- Cannabinoids for Chronic Pain, por E. Russo et al., (2017): Este estudio revisa la evidencia sobre el uso de cannabinoides para el tratamiento del dolor crónico, incluyendo su eficacia y seguridad.
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