La salud de la economía en 2022
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La salud de la economía en 2022


El economista Jairo Restrepo Zea, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la facultad de Antioquia, con magíster en Gobierno y Asuntos Públicos, afirma que es fundamental que el nuevo gobierno lidere un gran acuerdo nacional que responda a las necesidades reales de la población y considera que las proyecciones económicas para 2022 podrían mostrar un enfriamiento de la recuperación debido a la incertidumbre política, marcada por el periodo electoral.


Por: Jairo Humberto Restrepo Zea – Profesor Facultad de Ciencias Universidad de Antioquia

Luego del shock económico de 2020, provocado por las medidas sanitarias de los países y por los comportamientos adoptados por los agentes económicos frente a la pandemia del covid-19, el mundo enfrenta dificultades para retornar a niveles de crecimiento similares a los de la década anterior. Colombia presenta varios contrastes y requiere políticas de largo plazo para recomponer la economía y lograr un mayor desarrollo social. A continuación, una mirada sobre la situación económica del país en el contexto mundial, con unas reflexiones sobre varios aspectos que en materia económica deberá asumir el gobierno para el periodo 2022-2024.

Jairo Restrepo Zea, profesor Facultad de Ciencias Económicas UDEA

En el contexto mundial, según el Informe de Perspectivas de la Economía Mundial, a comienzos de este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI), señaló que el año inicia con unas condiciones más débiles de lo esperado: “la recuperación mundial continúa pero se enfrenta a múltiples dificultades al comienzo del tercer año de la pandemia”. Efectivamente, mientras en julio del 2021 el FMI proyectaba un crecimiento económico mundial de 5% en 2022, a comienzos de este año la proyección bajó a 4,4%

Contexto mundial

La situación es realmente preocupante si se tiene en cuenta el comportamiento económico a lo largo del tiempo, y especialmente si se comparan las cifras con lo sucedido en medio de la recesión económica de 2008-2009. En aquella ocasión, el PIB mundial apenas se contrajo -0,1% en 2009 mientras que en 2020 lo hizo en -3.1%, luego de un crecimiento promedio de 3,5% anual en la década se 2010. Luego de esta caída, de la no se tenían precedentes prácticamente desde la Gran Depresión de 1929, la economía mundial subió 5,9% en 2021, y según la nueva proyección, lo haría un 4.4% en 2022.

Estas cifras resultan similares a las alcanzadas en 2010 y 2011 con 5,4% y 4,3% respectivamente, cuando la caída fue menor en 2008 comparada con la de 2020, lo que refuerza la preocupación sobre las dificultades presentes.

Crecimiento económico en Colombia, economías en desarrollo y mundo 1980-2026

Entre los aspectos más destacados del posible enfriamiento del crecimiento económico se encuentra la incertidumbre sobre el final de la pandemia y el surgimiento de nuevas mutaciones del virus, lo que puede provocar nuevas medidas de control sobre la movilidad y una disminución de la demanda por actividades como el turismo; se destaca el caso de China, en donde se quiere mantener una tolerancia cero frente al virus, con cuarentenas estrictas en ciudades en las que se anuncian contagios. Otro aspecto que marca el momento actual es la inflación, producto de un desajuste entre la oferta y la demanda que provienes especialmente de los cortes en las cadenas de suministro y que se expresan especialmente en altos precios de la energía y de los alimentos.

El estado de la economía colombiana: principales síntomas

En el contexto internacional, la economía colombiana presenta una situación más bien ambivalente. A juzgar solamente por el crecimiento económico (aumento porcentual del PIB), el país estaría logrando un buen crecimiento en 2021 y 2022, destacándose en la región de América Latina con uno de los comportamientos más positivos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el buen desempeño económico de 2021 (10,6% según el DANE), estuvo antecedido por la fuerte caída de 2020 (-6,8%) y qua la recuperación del PIB no está acompañada de mejoras similares en variables fundamentales de desarrollo, como lo son el empleo y la pobreza.

Además, como sucede a nivel mundial, la inflación en Colombia es alta y afecta principalmente a los hogares de menos ingresos pues el fenómeno es particularmente fuerte en el caso de los alimentos. Por otra parte, las proyecciones económicas para 2022 también pudieran mostrar un enfriamiento de la recuperación debido a la incertidumbre política, marcada por las elecciones para presidente y congreso.

En cuanto al empleo, en el último Informe del Panorama Laboral de América Latina y el Caribe (OIT, 2021) se nota que Colombia está más rezagada en cuanto a la recuperación del empleo y a la reducción de la tasa de desocupación. Una comparación entre la ocupación registrada en el cuarto trimestre de 2019 y el tercer trimestre de 2021 muestra que a Colombia le haría falta un &% para volver a los niveles registrados en 2019. En cambio, al conjunto de países de la región les falta un 2,8% destacándose Argentina y México como países en donde ya se recuperó toda la ocupación perdida en 2019.

En lo que respecta al desempleo, según las cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Colombia continúa con una de las tasas más altas, con 14.6% en 2021, comparado con el 10% en promedio para la región. Por su parte, en el Informe del mercado laboral de 2021, comparado con el 10% en promedio para la región. Por su parte, en el informe del mercado laboral de 2021, el DANE informó que para volver a las cifras de 2019 al país le hace falta recuperar 1,2 millones de empleos. La magnitud de la crisis de 2020 se refleja principalmente en las mujeres y en los jóvenes. Mientras la tasa de desempleo masculina fue de 10,6% en 2021, la femenina a 118.1% y la juvenial /14 a 28 años) a 21,5%

La pobreza ha dio la peor expresión de la crisis desatada por la pandemia. En el Informe del panorama social de América Latina 021, de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Colombia no solo presenta una de las tasas de pobreza más altas sino que se destaca entre los principales países de la región por haber registrado los mayores aumentos en la pobreza en 2020, apenas superado por Perú. el panorama social de Colombia se complica más, si se considera la distribución del ingreso.

Según el informe de la CEPAL, Colombia habría sido uno de los países en donde aumentó la desigualdad en medio de la pandemia y se uica como el país con la mayor desigualdad en la región, lugar que antes ocupaba Brasil. El coeficiente de Gini, que mide la desigualdad de ingresos entre 0 (igualdad plena) y 1 (toda la riqueza en manos de una persona), es de 0,55 para 2002, comparado con el 0,48 para América Latina y el Caribe 0,40 Argentina. 0,45 México. 0,46 Perú, y 0.52 Brasil.

Este cuadro clínico lo completa la inflación, un indicador que da cuenta del alza generalizada de los precios y en que en el contexto actual es una expresión del desequilibrio entre la oferta y la demanda, especialmente por la reducción de la oferta debido a cierres en empresas durante las cuarentenas y a los problemas munduales de distribución de insumos y mercancías.

La inflación de Colombia en 2021 ascendió a 5,62%, la más alta en los últimos seis años. Aunque esta tasa no parece alta en el contexto internacional, llama la atención que el país se destaca por tener una inflación más alta en el rubro de alimentos y bebidas, con un 17,23% lo que advierte de los efectos que trae el fenómeno sobre la población más pobre.

¿Cómo tratar al paciente?

El nuevo gobierno deberá enfrentar una situación económica bien compleja. Aunque algunos se pueden congraciar con un crecimeinto económico aceptable y hasta superior de los vecinos, lo cierto es que este presenta varios nubarrones e incertidumbres que pueden dar marcha a trás a la recuperación alcanzada en 2021, y lo peor, que en términos de desarrollo social el país presenta rezagos y retrocesos.

Empleo, ingresos y mejor distribución del ingreso deberían ser los objetivos fundamentales del plan de desarrollo 2022-2026 y para ello, es fundamental que el nuevo gobierno lidere un gran acuerdo nacional que responda a las demandas y necesidades reales de la población, apaciguando de paso nuevos capítulos de estallido social que el país ha padecido desde finales de 2019 y que estuvo bien recrudecido con el paro nacional en abril de 2021.


Más allá del manejo de la coyuntura económica, el gobierno y el país entero deben entender que es necesario resolver los problemas estructurales que frenan el ritmo de desarrollo y el alcance de la justicia social como condición para la convivencia y la supervivencia como sociedad.


Aunque no hay justificación para la violencia ni la vulneración de los derechos de quienes no participen en la protesta, lo cierto es que la situación es un caldo de cultivo para generar tales movimientos, con legitimidad ante un amplio sector de la población.

Más allá del manejo de la coyuntura económica, el gobierno y el país entero deben entender que es necesario resolver los problemas estructurales que frenan el ritmo de desarrollo y el alcance de la justicia social como condición para la convivencia y la supervivencia como sociedad. El nuevo gobierno debería destinar su capital político para proponer y tramitar reformas que marquen un nuevo ritmo, de manera similar a como en el continente lo han logrado en las últimas décadas países como Perú, El Salvador y Bolivia, lo que hoy están mejor que Colombia en indicadores sociales como ala pobreza y la desigualdad.

Además de proponer un plan de desarrollo que recoja la discusión nacional en torno a temas centrales sobre los cuales ocuparse en el próximo cuatrienio, en lugar de una gran colcha de retazos con demasiadas acciones que recogen la rutina del gobierno, como ha venido sucediendo y se acentuó en este cuatrienio, definitivamente una reforma tributaria es insoslayable y sería el mejor marco para la actuación y para revelar la voluntad política hacia un país más justo. una reforma tributaria que lejos de incitar un paro nacional convoque a todos los sectores de la sociedad para darle su respaldo y fortalecer ña lucha contra la corrupción, asegurando que los recursos públicos se destinen al interés público.

LA reforma tributaria que el país necesita para mejorar sus indicadores sociales debe ser realmente estructural y muy bien pensada para que se la única en el periodo de gobierno, como parte del paquete legislativo que recoja el acuerdo nacional. Tal acuerdo debe estar inspirado en el convencimiento de buscar un país más justo y equitativo, que además fortalezca el cuidado del medio ambiente. Por ello, de una vez por todas debe establecerse un sistema impositivo progresivo, sin las exenciones que benefician a grandes grupos de interés, incluyendo a los pensionados, así como de las empresas, manteniendo por un tiempo el impuesto a los patrimonios más altos.

LA búsqueda de una mejor distribución del ingreso y del desarrollo de programas sociales para reducir la pobreza e invertir en capital humano debe completarse con algunas medidas contingentes o de choque y otras que, como parte del acuerdo nacional, signifiquen verdaderos cambios estructurales. Es el caso de un programa de choque para la generación de empleo, especialmente dirigido a las mujeres y a los jóvenes, de la necesaria y aplazada reforma agraria y los programas de desarrollo rural que tienen como marco el Acuerdo de Paz de 2016.

Indicadores sociales de Colombia y países de América Latina, 2021

La necesidad de una economía clínica

Una reflexión final, a propósito de la necesidad de contar con una economía que tenga nás respaldo científico y que responda al contexto de cada país. El crecimiento económico es importante para el desarrollo del país, y sin duda a partir de mayores tasas de crecimiento puede ser posible reducir el desempleo, la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, esto no es automático o en todo caso el crecimiento no resulta suficiente. Por eso, como muy bien lo plantea Jeffrey Sachs en su llamado a contar con una economía clínica, es necesario caracterizar muy bien la situación y encontrar soluciones propias para el país, teniendo presente las necesidades de la población.

marzo 8, 2022

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