En Colombia, el año del médico rural representa una travesía fundamental en el viaje de formación profesional de los médicos.
Por Kevin Steven Leguizamón Rodríguez, presidente de la Asociación Colombiana Médica Estudiantil (ACOME) Capítulo Bogotá D.C. -Médico interno- Hospital Departamental de Villavicencio – Estudiante Medicina, XII semestre, Universidad Antonio Antonio (UAN).
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Es un período en el que los médicos recién graduados se aventuran fuera de los centros urbanos para sumergirse en las comunidades rurales, donde las necesidades de atención médica son a menudo más agudas y los recursos escasos. Este año de servicio no solo es una experiencia educativa invaluable, sino que también es una oportunidad para fortalecer el compromiso social y la empatía del médico con las realidades de las comunidades más necesitadas.
Ahora, teniendo en cuenta que Colombia tiene una gran diversidad, con una geografía que abarca desde las majestuosas montañas de los Andes hasta las vastas llanuras de la región amazónica, las necesidades de atención médica varían enormemente de una región a otra; colegas médicos y demás profesionales de la salud enfrentan desafíos únicos que van desde la escasez de recursos hasta la diversidad cultral.
La escasez de personal médico, la falta de equipos médicos modernos y la deficiencia en el suministro de medicamentos son solo algunos de los problemas que enfrentan los médicos rurales y demás profesionales de la salud en su día a día. Sin embargo, el problemas que más nos preocupa actualmente como profesionales de la salud son los desafíos de seguridad que a los que nos enfrentamos en las diferentes plazas de rural del país.
Desde el 2023 hasta la actualidad, son decenas de casos de agresiones de parte de los pacientes hacia los profesionales de la salud, incluyendo casos donde se han llegado a generar víctimas fatales, donde colegas que solo estaban cumpliendo con su deber, que no le hacían daño a nadie, que solo querían lograr el sueño de poder ayudar a los que lo necesitan, tuvieron un desenlace fatídico durante su año de rural.
Muchas de estas denuncias se han conocido a través de las plataformas digitales en los que se evidencia los abusos laborales, explotación, amenazas y asesinatos de médicos que llevaron a cabo sus servicios rurales, quienes no han tenido respuestas por parte de las entidades oficiales y que, por consiguiente, se evidencia la poca disposición del gobierno para abordar esta problemática y garantizar la seguridad de los profesionales de la salud.
Las zonas rurales de Colombia son conocidas por ser escenario de conflicto armado, actividades de grupos ilegales y otros tipos de violencia. Los médicos que trabajan en estas áreas enfrentan riesgos significativos para su seguridad personal, que van desde amenazas directas hasta el acceso restringido a ciertas comunidades debido a la presencia de grupos armados.
Esta situación no solo pone en peligro la integridad física de los médicos, sino que también obstaculiza su capacidad para brindar atención médica continua y de calidad a las comunidades que más la necesitan, dado que muchas de las veces los médicos se ven obligados a restringir sus actividades o incluso abandonar sus puestos debido a las amenazas a su seguridad, dejando a las comunidades sin acceso a atención médica básica.
Esto perpetúa el ciclo de desigualdad para el acceso a una atención médica y aumenta la vulnerabilidad de las poblaciones rurales más marginadas. Sin dejar de lado que esta problemática también está afectando la moral y la salud mental de las y los médicos y profesionales de salud en el año rural, quienes a menudo se sienten abrumados por la magnitud de las necesidades y la falta de apoyo.
En aras de proponer una solución a esta situación que viven a diario las y los profesionales de la salud que realizan el año rural, además de abordar la inseguridad, el Gobierno Nacional debe tomar medidas para apoyar y fortalecer el programa del Servicio Social Obligatorio (SSO). Esto incluye la asignación de recursos adecuados para la capacitación y el apoyo logístico de los médicos en áreas rurales, así como la implementación de políticas que promuevan la equidad en la distribución de servicios de salud en todo el país.
También es importante que se establezcan incentivos y programas de apoyo para atraer y retener los médicos en áreas rurales, como becas de estudio y oportunidades de desarrollo profesional, a través de la educación médica continuada durante el año rural y posterior a este; tal como lo propuso Juan Camilo Soler, presidente nacional de ACOME, durante la discusión y socialización del proyecto de Ley 339 del 2023, el 31 de julio del 2023.
Considero que el éxito del año del médico rural en Colombia depende de la disposición del gobierno para abordar los desafíos de seguridad y garantizar un entorno seguro y estable para los profesionales de la salud. Tomando medidas efectivas para proteger a los médicos que trabajan en áreas rurales, el Gobierno debe mejorar significativamente el acceso a la atención médica en las comunidades marginadas y avanzar hacia una salud más equitativa y justa para todos los colombianos.
Finalmente, hago un llamado a todos y toas las profesionales, gremio, asociaciones y líderes en la salud para trabajar en conjunto por el futuro de nuestra profesión, en pro de garantizar un mejor servicio en Colombia, nadie mejor que nosotros para generar el cambio que tanto se necesita y anhela.
Fuente: Órgano de información del Colegio Médico Colombiano. Epicrisis. Ed. Nº 32 (Junio-Agosto 2024). ISSN: 2539-505X (En línea).
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