La Guajira, región ubicada en el extremo norte de Colombia, presenta una alta prevalencia de nacimientos prematuros y patologías perinatales, que contribuyen al aumento de la incidencia de afecciones cardíacas entre los niños.
Por Dr. Gustavo Mendoza – Médico cardiólogo pediatra.
Los niños que padecen afecciones cardíacas a causa de la prematuridad y de patologías perinatales se enfrentan una serie de problemas para poder sobrevivir. Estos problemas se ven exacerbados aún más por la falta de infraestructura sanitaria adecuada, de recursos y médicos especialistas en la región.
En La Guajira, la tasa de nacimientos prematuros es significativamente más alta que el promedio nacional, principalmente debido a factores socioeconómicos, al acceso limitado a la atención prenatal y a la deficiente salud materna. Según el doctor Gustavo Mendoza Berardineli, médico cardiólogo pediatra de Riohacha, las principales causas de prematuridad en la región son el embarazo en adolescentes, la falta o ausencia de controles perinatales y la hipertensión durante el embarazo.
Los factores socioeconómicos dificultan la atención oportuna.
La prematuridad es un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades cardíacas en los niños. Los bebés que nacen prematuramente suelen tener órganos subdesarrollados, incluido el corazón, lo que puede provocar diversas anomalías cardíacas, como ductus arteriola persistente (abertura entre dos vasos sanguíneos que se conectan con el corazón) o la comunicación interauricular (defecto congénito que impide el cierre completo de la pared que separa ambas aurículas).
Las patologías perinatales, que incluyen complicaciones durante el embarazo y el parto, también contribuyen a la alta prevalencia de afecciones cardíacas entre los recién nacidos.
Si bien la mayoría de las cardiopatías congénitas tiene un origen genético, el acceso limitado a servicios de salud de calidad durante el embarazo y el parto, particularmente en comunidades remotas y marginadas, aumenta el riesgo de patologías perinatales y problemas cardíacos posteriores en los niños.
“Es difícil estimar el impacto que tienen las deficiencias alimentarias en este tipo de cardiopatías, pero sabemos que la dificultad para acceder a los servicios de salud, la ecografías tardías, las infecciones perinatales o ciertas enfermedades en las gestantes que no han sido diagnosticadas ni tratadas, como la diabetes, la rubeola o el lupus eritematoso sistémico, pueden dar lugar a este tipo de problemas cardiacos en los niños”, explica el doctor Mendoza.
Es necesario mejorar la atención a las embarazadas.
Estos bebés con afecciones cardíacas requieren atención e intervenciones médicas especializadas, especialmente los recién nacidos con cardiopatías congénitas complejas. El tratamiento puede comprender manejo farmacológico, cirugías o incluso la necesidad de recibir atención en instituciones con especialistas en recuperación hemodinámica. “En ocasiones, lo más conveniente es programas el parto en este tipo de instituciones para minimizar riesgos en el recién nacido”, aclara el cardiólogo infantil.
Uno de los principales problemas que enfrentan estos niños en La Guajira es la falta de infraestructura y recursos de salud adecuados. La región sufre una escasez de instalaciones médicas equipadas para tratar afecciones cardíacas complejas.
Esta falta de infraestructura dificulta que estas familias accedan a la atención médica necesaria cerca de sus viviendas, lo que las obliga a viajar largas distancias hasta otras ciudades (Barranquilla, Bucaramanga o Medellín) para recibir tratamiento. Esta situación no solo añade cargas financieras sino que también provoca retrasos en la atención médica oportuna, que puede ser crucial para el bienestar y el pronóstico de estos niños, y abandono o poca adherencia a los tratamientos instaurados.
Otro problema es la escasez de profesionales médicos capacitados y especializados en cardiología pediátrica en la región. El número limitado de cardiólogos pediátricos agrava aún más los desafíos que enfrentan estos niños, pues eso significa largos tiempos de espera para las citas, retrasos en el diagnóstico y fallas en tratamientos especializados.
Además, las condiciones socioeconómicas de pobreza, falta de viviendas adecuadas, el acceso limitado al agua potable y al saneamiento, y la inseguridad alimentaria se reflejan en unos bajos indicadores de salud de los niños y a un escaso bienestar general de la población en La Guajira.
“Algunas fundaciones sin ánimo de lucro, como la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV), y las EPS que hacen presencia en el Departamento apoyan a estos pacientes con viáticos y hogares de paso en otras ciudades para que reciban tratamiento”, dice Mendoza Berardineli.
La mejor prevención, los programas de educación.
En 2019 el país aprobó la ley 1980 de tamizaje neonatal básico y ampliado, que incluye oximetría de pulso preductal y postductal a las 48 horas de vida, para detectar tempranamente deficiencias cardiacas o errores congénitos del metabolismo y enfermedades que puedan deteriorar la calidad de vida de los neonatos y dejar secuelas futuras.
“Pero en La Guajira muchos de los pacientes no tienen el privilegio de tener un diagnóstico temprano y estas cardiopatías se detectan por otras condiciones comórbidas, como baja talla, desnutrición o retraso en el desarrollo”, señala el doctor Mendoza.
Para abordar estos problemas, se necesitan esfuerzos concertados de varias partes, incluidas el gobierno, las instituciones de atención médica y políticas que salud pública que se concentren disminuir el embarazo en adolescentes mediante una mayor promoción de métodos anticonceptivos; controles prenatales oportunos y de calidad (ecografías tempranas, detalle anatómico); serologías y dado el caso, como cuando se presentan embriones con múltiples malformaciones que no son viables, que las gestantes puedan recibir asesoría para la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Esta situación resalta la necesidad urgente de invertir en programas de educación para la población general y en brigadas especiales de salud orientadas a disminuir la natalidad en la población Wayuu, dice el cardiólogo.
Las iniciativas destinadas a mejorar la atención prenatal, promover la salud materna y crear conciencia sobre la importancia de la detección y el tratamiento tempranos de las afecciones cardíacas pueden ayudar a prevenir y reducir la incidencia de estos problemas.
Por último, la inversión en infraestructura hospitalaria, incluido el establecimiento de centros cardíacos pediátricos especializados, es esencial para brindar atención accesible y de alta calidad a estos niños.
Los niños de La Guajira que padecen afecciones cardíacas por prematuridad y patologías perinatales, enfrentan serios problemas, que incluyen una alta prevalencia de afecciones cardíacas, acceso limitado a infraestructura y recursos de atención médica, escasez de profesionales médicos capacitados y crisis socioeconómicas.
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