La Depresión Momposina: territorio de salud
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La Depresión Momposina: territorio de salud


También sale un guere guere de la montaña, salen las pilanderas con maíz y panela, y sale también una llorona loca con un tabaco metido en la boca por la calle de los pueblos. Hay bogas ancianos de 110 años con la piel color majagua, entre ellos el temible Pedro Albundia, que cuentan que navegaron en La Piragua del cachaco Guillermo Cubillos, ida y vuelta, desde las playas de amor de Chimichagua al Banco, donde mataron a Abel Antonio y se murió un gallo tuerto que cantaba ¡cocorolló! en la cocina.


“Mompox se acostó a dormir una siesta en la colonia y aún no ha despertado, gracias a Dios…” Juan Gossaín.


Por Stevenson Marulanda Plata – Presidente Colegio Médico Colombiano

Foto imagen destacada: @alfredompox – Alfredo Dominguez Hazbun.

Leyendo con mucho cuidado el borrador de propuesta para reformar el sistema de salud actual que circula por las redes sociales y del cual se dice que es de origen gubernamental, cuando llegué a su artículo 7, donde define los conceptos de: Salud, Salud Pública, Territorio de Salud, Modelo de Atención, Atención Primaria Integral en Salud (APIS) y Redes Integrales de Servicios de Salud, mi hipocampo —el lugar donde el cerebro humano guarda los recuerdos conceptuales—, ipso facto sacó del basurero de mi memoria a mi libro: La venganza del Ángel Malo, Raíces y alas de la música de acordeón y del vallenato, prologado, para inmenso honor mío, por Don Juan Gossaín Abdala.

Portada del libro La Venganza del Ángel Malo que tiene prólogo de Juan Gossaín

De cierta manera, este libro, así sea tímidamente, es un texto de etnografía musical, y en este sentido, intenta estudiar y describir a los pueblos del Caribe colombiano según su cultura musical. De este modo, estudiando y analizando, las fiestas, los bailes, los cantos, la interpretación de instrumentos musicales y las demás manifestaciones musicales de tradición oral en toda la Costa Atlántica, deja al descubierto que existen algunos territorios bien delimitados musical y socio-culturalmente, que se me antoja, bien podrían equivaler a los Territorios de Salud y formar parte de las Redes Integrales de Servicios de Salud, de que habla la propuesta de reforma mencionada.

El borrador define Territorio de salud así:

“Es una extensión determinada del territorio nacional, integrada por su suelo, personas que lo habitan, ambiente, recursos, economía y entorno, que se relacionan de manera dinámica y se identifican epidemiológica, económica, cultural, social y ambientalmente (…) y requieren por tanto una planificación conjunta del accionar sectorial e intersectorial para garantizar la salud de sus habitantes”.

Hasta los puntos suspensivos (artefacto gramatical nuestro), esta definición coincide perfectamente con lo que es la Depresión Momposina que, en La venganza del Ángel Malo describimos de la siguiente manera:

Es un ecosistema de tierras bajas repleta de playones humedales y ciénagas, un entramado lacustre interconectado por medio de caños, donde confluyen las aguas que bajan por los valles interandinos en las cuencas hidrográficas de los ríos Magdalena, Cesar, Cauca y San Jorge, convirtiéndola en un delta aluvial interno. Es una amplia zona transicional entre las montañas andinas —Serranía de Perijá, Ayapel, San Jerónimo y San Lucas— y las llanuras costeras, donde estás aguas se explayan amortiguando así las inundaciones que bajan encajonadas de estas cordilleras. Comprende territorios de los departamentos de Sucre, Bolívar, Magdalena y César, con un área territorial de 24.650 kilómetros cuadrados, un poquito más grande que el Estado de Israel (22.145 km2), con un solo río el Jordán —más historia que agua–, y más del doble que el Líbano que solo tiene 10.452 kilómetros cuadrados.

Dentro de la Depresión Momposina, enmarcada entre los ríos San Jorge, Magdalena y Cauca, se encuentra la Región de la Mojana, con una extensión de 5000 kilómetros cuadrados, y conformada por 11 municipios: uno de Antioquia (Nechí), uno de Córdoba (Ayapel), tres de Bolívar (Magangué, Achí y San Jacinto del Cauca), y seis de Sucre, todos muy pobres a pesar de la exuberancia de la oferta de riquezas naturales.

Pueblos de Bolívar: Mompox, Talaigua, Margarita, Quitasol, El Peñón, Altos del Rosario, Barranco de Loba, Hatillo de Loba, San Martín de Loba, Magangué, Morales, San Pablo, Simití, y Cantagallo.

Pueblos del Magdalena: El Banco, Guamal, San Sebastián y Santa Bárbara de Pinto.

Pueblos del Cesar: El Paso, Chiriguaná, Chimichagua, Tamalameque y Gamarra.

Pueblos de Sucre: (La mojana): Caimito, San Benito Abad, Majagual, Guaranda y San Marcos.

En la Depresión Momposina el arbolito de navidad siempre florece los 24.

También sale un guere guere de la montaña, salen las pilanderas con maíz y panela, y sale también una llorona loca con un tabaco metido en la boca por la calle de los pueblos. Hay bogas ancianos de 110 años con la piel color majagua, entre ellos el temible Pedro Albundia, que cuentan que navegaron en La Piragua del cachaco Guillermo Cubillos, ida y vuelta, desde las playas de amor de Chimichagua al Banco, donde mataron a Abel Antonio y se murió un gallo tuerto que cantaba ¡cocorolló! en la cocina.

También cuenta los viejos bogas ancianos que el Rey Momo anda por ahí montado en un carro maldito que le dicen el 039, y que un año viejo le dejó a un señor muy débil, propietario de un cafetal, que no tenía fuerzas ni siquiera para levantar una múcura desde el suelo, una chiva, una burra vieja y una buena suegra, y que a un pobre hombre se le casó la novia, dizque Adonay, se llamaba. Cuentan, además, que hay un caballo que se llama “Chovengo” y que su dueño cuando lo arrea le dice: “arre Chovengo” “arre Chovengo”. También cuentan que una famosa banda de músicos de trompetas y saxofones revuelta con acordeones, sin apenas llegar, ya está diciendo “nos fuimos”.

Foto: @alfredompox – Alfredo Dominguez Hazbun.

En la Depresión Momposina queda El Banco, la Capital Mundial de La cumbia.

Es la región de los tambores y las gaitas, de la tambora, del chandé, el berroche y de la chalupa, es la tierra de la Momposina y de Totó La Momposina, de Pedro Ramayá Beltrán, de Crescencio Salcedo el juglar descalzo, de Julio Erazo, de Chico Cervantes, de Alejandro Durán y de Benito Barros, entre otros.
Es el territorio enchumbado de los extintos indios Malibúes, pocabuyes y chimilas, de pescadores sin fortuna —solo de chinchorro y atarraya–, que sufren las veleidades y los riesgos del río, que hablan con la luna y con la playa blanca de arena caliente, y en sus casas, sepultadas en el barro, hay rumor de cumbia y olor a aguardiente.

La Depresión Momposina. La paradoja del verano y el invierno: la creciente es la pesadilla del ganadero y la bendición del pescador.

Queda lejos de Barranquilla, de Cartagena, de Santa Marta, de Valledupar, por eso, en caso de que este artículo prospere en el Congreso de la República, debería ser considerada un territorio de salud y hacer parte de una red integral, como dice el inciso respectivo:

“Redes Integrales de Servicios de Salud (RISS). Es la forma de organizar integral y articuladamente a las instituciones y servicios de salud individuales y colectivos, de carácter público, privado o mixto, para garantizar el goce efectivo del derecho a la salud mediante la atención integral de las personas y comunidades en un conjunto definido de territorios (…).

Bogotá, septiembre 24 del 2022.

septiembre 26, 2022

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