El científico colombiano Francisco Lopera presentó el 2 de agosto en la Conferencia de la Asociación Internacional de Alzheimer, en California, los resultados del estudio experimental de un medicamento para retrasar la aparición del Alzheimer.
El neurólogo colombiano, Francisco Lopera, que lleva toda su vida investigando las causas del Alzheimer, una enfermedad que no tiene cura, está a punto de revelar los resultados de un estudio que lleva mucho tiempo de trabajo y una millonaria inversión.
Se trata del medicamento que retrasa la aparición de esta patología que afecta a cerca de 40 millones de personas en el mundo y que en Colombia es predominante en Antioquia, de donde se seleccionaron la mayoría de las personas que participaron en el experimento.
Monitor Salud entrevistó al doctor Lopera, quien es optimista sobre los resultados del estudio que, de ser exitoso, revolucionará el manejo y tratamiento de esta enfermedad. De todas maneras, existe un Plan B, que ya está en marcha.
¿En qué consiste la investigación clínica sobre la producción de un medicamento que retarde el Alzheimer?
El estudio consiste en probar un medicamento experimental en personas sanas, pero que tienen un alto riesgo de desarrollar la enfermedad. Estas personas no tienen problemas de memoria ni demencia, pero al ser de una familia con Alzheimer genético, tienen un altísimo riesgo de desarrollar la enfermedad.
Este medicamento limpia el cerebro de amiloide, que es una especie de basura proteica que se deposita en el cerebro en esta enfermedad, junto con el tau. Como el amiloide se deposita mucho tiempo antes de que las personas empiecen a tener síntomas, lo que nosotros supusimos es que este medicamento, en la etapa preclínica, puede prevenir o retrasar el inicio de los síntomas del Alzheimer.
¿Cuál sería el impacto que tendría este medicamento en el tratamiento del Alzheimer?
Si el resultado es positivo, va a tener un enorme impacto en la comunidad científica internacional, porque sería un gran descubrimiento. La mayoría de los medicamentos antiamiloide que se han probado han fracasado, pero esos estudios se han hecho en personas enfermas, no en personas sanas. Muy probablemente si nuestro medicamento se usa en la etapa clínica cuando la persona ya tenga los síntomas, puede que sea demasiado tarde y ya no valdría la pena limpiar su cerebro de amiloide. Pero limpiar el cerebro antes de que la persona empiece a tener síntomas podría ser una sorpresa, porque demostraría que esa es la manera y el momento adecuado para tratar la enfermedad.
¿A qué tipo de personas se le suministraría este medicamento?
En principio, sería útil para la población a la que se le encuentre amiloide en el cerebro a edades tempranas, pero habría que hacer otros estudios en la población general que no tiene un factor genético. Una manera de replicar el resultado sería seleccionar personas que no tienen la forma genética, pero que ya tienen amiloide depositado en el cerebro. Se podría seleccionar personas sanas, mayores de 65 años y hacerles el examen pet amiloide, con el que se detecta la presencia de esta sustancia en el cerebro. Quienes tengan amiloide positivo, se podrían vincular a un programa de prevención utilizando este medicamento.
¿Por qué ha sido tan difícil encontrar un tratamiento efectivo para contrarrestar el Alzheimer?
Porque todavía no sabemos la causa del Alzheimer esporádico. Sabemos la causa del Alzheimer genético, que es un gen mutado responsable de la enfermedad, pero ese solo es el 1% de los casos. De todos modos, en ambas formas lo que ocurre en el cerebro es lo mismo: depósito de amiloide y de tau, inflamación y neurodegeneración. En el genético sabemos que es por una mutación, pero en el esporádico no sabemos por qué.
¿Cuál es la diferencia entre el Alzheimer genético y el esporádico?
El Alzheimer esporádico también tiene genética. Lo que pasa es que hay genes de causalidad y genes de susceptibilidad. El Alzheimer que llamamos genético -o autosómico dominante- es el producido por genes de causalidad, que significa que cuando el gen está mutado se produce la enfermedad de Alzheimer sí o sí. Esos casos solo son el 1% y hay unas 500 familias en todo el mundo, incluidas las 25 familias colombianas con esa forma de Alzheimer.
La mayoría del Alzheimer es esporádico, es tardío, pero esto no quiere decir que no tenga genética. En esta forma, los genes no son de causalidad, sino de susceptibilidad. Esto significa que si alguien tiene estos genes, tiene más riesgo de desarrollar la enfermedad, pero podría tener los genes y no desarrollarla, lo que no sucede con los genes de causalidad.
¿Hay excepciones en las que alguien, aún con genes de causalidad, no haya desarrollado el Alzheimer?
Con el gen de causalidad sí o sí se produce la enfermedad, excepto que exista un gen protector, como le sucedió a Lidia. Ella es una mujer paisa que tenía un gen protector y que, teniendo el gen de causalidad por la mutación antioqueña, se demoró 30 años en desarrollar los síntomas de la enfermedad. Esta es una situación excepcional, en la que tenía al mismo tiempo un gen mutado portador de la enfermedad y otro gen mutado protector, pero son casos muy escasos.
“Colombia es el país del mundo donde más Alzheimer genético autosómico dominante existe. Se cree que hay un efecto fundador en el departamento de Antioquia”.
Si el medicamento no resulta efectivo, ¿Cuál es el plan B que tiene el equipo de trabajo?
En ciencia, hay que hacer cien experimentos, de los cuales los primeros 99 fracasan y en el cien se encuentra el éxito. Estamos preparados para un resultado negativo, pero que nos enseñaría qué cosas no se deben hacer y cómo deberíamos proceder en adelante. Habría que utilizar otros tratamientos, y en caso de que el resultado no sea positivo, tenemos preparadas otras alternativas.
Por ejemplo, este año vamos a empezar estudios mixtos, en los que utilizaremos un antiamiloide y un antitau. También, hemos pensado en emplear solo un antitau; es decir, no atacar la basura amiloide, sino atacar la taupatía. Esas opciones se van a iniciar independientemente de si el resultado es positivo o negativo. Si es negativo con mayor razón, pero si es positivo, de todas maneras esas alternativas se van a probar.
¿Cómo se eligió las personas en las que se probó el medicamento?
En Colombia, son 25 familias, 6 mil herederos y 1200 portadores vivos de la mutación. Nosotros tenemos un registro de estas familias, porque les hemos hecho seguimiento por casi 40 años. Seleccionamos el grupo de candidatos, que debían tener entre 30 y 60 años, porque ya sabemos que la amiloidosis empieza a los 28 años. Invitamos 300 voluntarios y logramos vincular 252 participantes. La mayoría de ellos son de Antioquia.
¿Cuál es el panorama actual de personas con Alzheimer en el mundo y en el país?
En el mundo hay cerca de 40 millones de personas con demencia, y la mayoría padecen Alzheimer. Colombia es el país del mundo donde más Alzheimer genético autosómico dominante existe. Se cree que hay un efecto fundador en el departamento de Antioquia. Alguien trajo el gen mutado a Carolina del Norte, de donde se extendió por el continente, y Antioquia fue donde se sembró el gen en Colombia.
¿Qué entidades nacionales e internacionales han participado en la investigación?
Los patrocinadores de esta investigación son el Instituto Banner de Arizona, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, el laboratorio Genentech y el Laboratorio suizo Roche. En Colombia, hemos contado con el apoyo del Hospital Pablo Tobón Uribe, donde hemos hecho la mayoría de las imágenes y los exámenes pet amiloide y pet tau. Otras instituciones son la IPS Universitaria de Medellín, la Clínica Marly de Bogotá y dos aliados más en Armenia y en Yarumal.
¿Cuánto ha costado la financiación de la investigación, desde su inicio en 2013?
Cuando se programó el proyecto costaba cien millones de dólares, pero dado que se prolongó tres años, es posible que se haya incrementado a 150 millones de dólares. Genentech puso 70 millones, el Instituto de Salud de Estados Unidos aportó 15 millones, el Instituto Banner otros 15 y una ONG contribuyó con otros 3 millones de dólares.
¿La pandemia de COVID-19 generó algún retraso en la investigación?
Afortunadamente, pese a que tuvimos que suspender por dos meses el suministro del medicamento, logramos retomar las actividades. Fue un impasse que afectó el proyecto, pero no hasta el punto de tenerlo que suspender. Sin embargo, no sabemos si el hecho de tener que suspender el tratamiento durante esos dos meses pueda incidir en el resultado.
¿Se siente optimista con los resultados del medicamento?
Claro que sí. Nosotros hemos trabajado mucho tiempo en esto y lo hacemos porque estamos convencidos. Soy optimista, pero eso no quita que tenga que ser realista y estar preparado para todos los escenarios. Así es como se trabaja en ciencia y por eso ya tenemos nuevas alternativas pensadas previendo estas posibilidades.
Una historia familiar
¿Qué lo llevó a dedicar toda su vida al estudio de la enfermedad de Alzheimer?
Tengo fuertes motivaciones personales, porque en mi familia hay Alzheimer, incluso hereditario. Cuando yo era estudiante de medicina, mi abuela tenía Alzheimer. Yo le preguntaba a mi padre por qué no la llevaba a un especialista, y él me decía que los especialistas ya habían dicho que no había nada que hacer. Yo pensaba que no le prestaban atención a la enfermedad, y decía que cuando fuera médico, sí le iba a prestar atención, en honor a mi abuela.
Luego, cuando era residente de neurología, me encontré con la primer familia afectada. Tuve la oportunidad de estudiar el primer paciente y me llamó mucho la atención que su padre, su abuelo y muchos miembros de su familia tuvieran lo mismo y que fuera una forma hereditaria. Era demasiado excepcional y me impactó que fuera tan precoz. Decidí viajar a Belmira y empezar a reconstruir historias de los miembros de esa familia. De esa manera, me fui entusiasmando y cuando descubrí los casos de otras familias en Antioquia, me sentí mucho más motivado.
La investigación es un asunto que produce emociones, en el sentido que se quiere saber más y más. Eso me ha llevado a seguir trabajando en esto. Primero era mi proyecto de vida, que terminé convirtiéndolo en un proyecto de estudio y búsqueda de soluciones para la enfermedad de Alzheimer, y ahora es el proyecto de vida de más de cien personas en el grupo de Neurociencia de la Universidad de Antioquia.
Fuente: Publicación digital de la Superintendencia Nacional de Salud. Revista Monitor Salud. Ed. Nº 9 (Marzo-Junio 2020)
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