Tener médicos generales más resolutivos y que se ganen la confianza del paciente mediante su capacidad para solucionar la mayoría de los problemas de salud sin necesidad de remitir al especialista debe ser el objetivo de la educación médica a partir del 2022. La Academia Nacional de Medicina, junto con los ministerios de Salud y Educación están sentados en una mesa de trabajo para fijar los lineamientos a seguir.
Por: Dr. Ricardo Salazar López. Miembro de la comisión de educación de la Academia Nacional de Medicina (ANM), y encargado de la biblioteca de la ANM.
Al hablar de formación médica aparece el nombre del educador norteamericano Abraham Flexner como una de las figuras que atacó frontalmente el sistema en enseñanza superior americano. Con el modelo flexneriano las escuelas de medicina se articularon con las universidades, se integró la enseñanza práctica en los hospitales, surgieron los laboratorios y se dio origen a la especialización de la profesión médica
Si bien la formación de los médicos no puede estar aislada de las dinámicas sociales ni del desarrollo de las tecnologías de la información, las directrices acerca de la formación del recurso humano en salud deben asegurar el cuidado de las salud de la población, así como la prevención de la enfermedad.
Para el Dr. Salazar, con la división y subdivisión de la medicina que empezó a mitad del siglo pasado empezó el debilitamiento del papel que debe cumplir el médico general en la sociedad. “Hay que tener en cuenta que la aprobación de la Ley 100 de 1993 creó el Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) e impulsó el modelo del aseguramiento de la salud, y por otro lado, la Ley 30 de 1992 hizo una reforma a la educación superior que abrió la puerta a que cualquiera pudiera implementar programas de medicina bajo el concepto de la autonomía universitaria. Ambas leyes han puesto al mercado -con la libertad de ofrecer y demandar- a ser el factor determinante de la cantidad y la calidad de la formación médica”.
Casi tres décadas después, los efectos de la especialización de la medicina centrada en los centros de práctica, agrega el doctor Salazar, ha sido la pérdida de autonomía del médico general y que los pacientes cada vez busquen atención médica en instituciones de mayor complejidad. “En la actualidad funcionan 61 facultades de medicina, cada año se gradúan 5.700 profesionales de la medicina aproximadamente, existen 320 plazas para cursar una especialidad y aún no se ha podido dar respuesta a la eterna pregunta: ¿cuál es el médico que Colombia necesita?”
Por lo anterior, la Academia Nacional de Medicina ha manifestado en múltiples ocasiones la preocupación por la calidad de los servicios de salud prestados a la comunidad y la formación del recurso humano en salud. Estamos conscientes de que la formación de los médicos no puede estar a espaldas del engranaje del sistema de salud , de la incertidumbre que trae cada día la práctica clínica o de los contextos sociales.
A la vez, se requiere de nuevas condiciones para responder a las exigencias de un paciente cada vez más autónomo, empoderado e informado, dice Salazar. “La atomización de la medicina llevó a que el médico general se convirtiera en un simple remisor de pacientes a especialistas y en una barrera de contención del gasto en salud. Pero, además, la mirada superficial de la medicina especializada hizo que se perdiera el concepto integral del binomio salud-enfermedad como el perfecto equilibrio entre las condiciones particulares del ser humano y su armonía con el ambiente”.
Las fallas en la prestación de servicios de salud no se solucionan con más facultades de medicina o con una formación a granel de médicos especialistas, explica el doctor. “Es preciso devolverle al médico general la dignidad y la capacidad resolutoria, pues los siete años de formación profesional le permiten resolver cerca del 80 por ciento de las consultas y no solo el 20 por ciento, como sucede actualmente”.
El artículo 17 del capítulo III de la ley estatutaria 1751 de 2015 establece la garantía de la autonomía de los profesionales de la salud -incluyendo al médico general- para adoptar decisiones sobre el diagnóstico y tratamiento de los pacientes que tienen a su cargo. La norma dice que esa autonomía será ejercida en el marco de esquemas de autorregulación, la ética, la racionalidad y la evidencia científica, y que se prohíbe todo constreñimiento, presión o restricción del ejercicio profesional que atente contra la autonomía de los profesionales de la salud.
Es importante anotar que la capacidad resolutiva del médico no es un factor aislado del sistema. En un modelo de salud como el que Colombia adoptó, agrega el miembro de la Academia, poco a poco se empezó a impedir que el general hiciera un buen número de procedimientos en los niveles bajos de atención mientras se promovió la atención de los pacientes en manos de especialistas y en IPS de alto nivel de complejidad.
La ANM, como el organismo consultor y asesor del Gobierno para todos los asuntos relacionados con la salud pública y la educación médica del pueblo colombiano, desde hace varios años comenzó a organizar mesas de trabajo con los ministerios de Educación y Salud para detallar el perfil y las competencias del médico general. El objetivo inicial fue rescatar la labor de este profesional para que sea el encargado de la atención inicial de salud en la gran mayoría de los casos y se convierta en el agente principal de la prevención y la promoción de la salud, explica Salazar.
En esa misma línea, en 2016, el minSalud expidió la Política Integral de Atención en Salud que propuso evitar que las urgencias siguieran siendo la principal puerta de entrada al sistema de salud y para lo cual el papel del médico general es fundamental.
¿Qué ha pasado con los programas de formación para docentes?
La otra punta de la arista que vino a regular un mercado imperfecto de los servicios de salud fue la relación docencia-servicio. Para el doctor Salazar, la avalancha de facultades de medicina que abrieron sus puertas con la licencia que otorgó la mencionada Ley 30 hizo que los centros de práctica resultaran insuficientes para el cuantioso número de estudiantes. Así, las prácticas médicas se limitaron vehementemente y también pasaron a ser motivo de “negociación”, lo que terminó afectado la calidad de la formación profesional.
Como un efecto colateral, los médicos especialistas de los centros hospitalarios se convirtieron en docentes debido a la necesidad de trabajar en el hospital. “Pero una cosa es que uno sea médico especialista, otra es ser profesor y otra muy diferente es que sepa enseñar”.
Por lo general, los docentes de las escuelas de medicina son nombrados a dedo, pero no se les capacita para ejercer la docencia, aclara el doctor.
Por otra parte, las formas de contratación docente, en las que los ingresos del médico están ligados especialmente a la labor asistencial, causan una pérdida de la autonomía del grupo de docentes por parte de las universidades. “Se calcula que el 90 por ciento de los docentes de medicina del sector privado trabajan ad honorem, solo un diez por ciento tiene algún tipo de contrato temporal y en ocasiones solo son invitados a dar charlas gratuitas cada seis meses”.
De ahí que para cirujano Salazar se requiere hacer una auditoría en los lugares de práctica de los hospitales universitarios. “La ANM junto con el departamento de vigilancia y control del ministerio de Salud son los encargados de ejercer ese control, pero faltan medidas que permitan regular y sancionar”.
Los cambios que cada día trae la ciencia tienen que armonizar con la educación médica y las nuevas necesidades en salud de la población. Con un mayor diálogo entre los saberes, el cambio de Gobierno y la esperanza de que surja la voluntad política para dar cumplimiento a la implementación de la Ley Estatutaria de la Salud, el doctor Salazar espera que se puedan derrumbar las barreras al conocimiento y que el médico general se convierta en el motor para desarrollar el modelo de la prevención y la promoción de la salud.
Propuestas de la Academia Nacional de Medicina
- Educación a la Comunidad.
- Educación Continuada de los Profesionales de la Salud.
- Guías de Manejo.
- Capacidades en escenarios de Practica.
- Definición de las Especialidades.
- Auditoria Académica.
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