La patogénesis de la artritis reumatoide es un fenómeno complejo que implica la interacción de factores genéticos y ambientales. Un factor fuertemente implicado en la autoinmunogénesis es la inflamación pulmonar causada por el tabaquismo.1
Aunque el tabaquismo activo está establecido como un factor de riesgo para desarrollar artritis reumatoide, no se ha esclarecido la asociación entre el tabaquismo pasivo y el desarrollo de la enfermedad.[2]
Un grupo de investigadores norteamericanos publicó un análisis de una cohorte con el objetivo de describir el papel del tabaquismo pasivo en el desarrollo de la artritis reumatoide.[3]
Los autores de este artículo analizaron datos de las 116.000 enfermeras registradas en el Nurses’ Health Study II NHSII, quienes tuvieron seguimiento desde 1989 a través de cuestionarios por correo, con una media de 27,7 años. Se incluyeron pacientes sin diagnóstico inicial de artritis reumatoide con información disponible sobre tabaquismo pasivo.
La exposición pasiva al tabaco se clasificó como exposición in utero por tabaquismo materno, exposición durante la niñez por tabaquismo de los padres y exposición pasiva durante la vida adulta. El desenlace primario consistió en el diagnóstico de artritis reumatoide por criterios de clasificación. Para distinguir si el tabaquismo pasivo constituye un factor proinflamatorio y patogénico en artritis reumatoide o si solo aumenta el riesgo de tabaquismo activo posteriormente, se comparó a los fumadores activos y pasivos contra aquellos que solo tuvieron una exposición pasiva.
Para realizar el análisis también se consideraron distintas variables que podrían ser confusoras, como educación y ocupación de los padres, historia familiar de artritis reumatoide, tabaquismo materno durante la lactancia, etcétera.
En total se analizaron 90.923 participantes con 532 casos incidentes de artritis reumatoide, de los cuales 352 eran seropositivos. Los pacientes con exposición pasiva reportaron una mayor prevalencia de tabaquismo activo (38%) comparado con quienes no indicaron antecedente de tabaquismo pasivo (26%).
Se encontró que los pacientes que reportaron tabaquismo pasivo tenían un ligero aumento en el riesgo de desarrollar artritis reumatoide, con un hazard ratio (HR) de 1,25 (intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 1,03 a 1,52); en aquellos con exposición in utero se encontró un hazard ratio de 1,18 (IC 95%: 0,96 a 1,46) en aquellos con exposición durante la niñez.
Sin embargo, estos efectos tendían a desaparecer cuando se tomaba en cuenta el estado de fumador activo del paciente. Los autores también realizaron análisis por subgrupo según el estado de seropositividad de los pacientes. Este análisis mostró que los pacientes tienen un mayor riesgo de desarrollar artritis reumatoide seropositiva cuando existe exposición pasiva al tabaco en la niñez (HR: 1,41; IC 95%: 1,08 a 1.83).
Basándose en este resultado, los autores concluyeron que el tabaquismo debe jugar un papel proinflamatorio que contribuye a desarrollar autoinmunidad; sin embargo, es posible que este sea un hallazgo estadístico espurio, originado por realizar múltiples análisis por subgrupos sin tener las consideraciones metodológicas pertinentes. Un análisis que demuestre una correlación del riesgo de desarrollar artritis reumatoide y el tiempo total de exposición podría ser más concluyente, sin embargo, los autores no reportan este tipo de análisis, probablemente por las limitaciones de los datos.
Este artículo constituye el primer análisis de una cohorte prospectiva que examina el riesgo de desarrollo de artritis reumatoide, con información amplia sobre covariables y variables confusoras. Los autores concluyeron que el artículo demuestra que la exposición pasiva al tabaco predispone a desarrollar artritis reumatoide, sin embargo, incluso si este hallazgo es real y no solo una anomalía estadística, el tamaño del efecto parece ser mínimo.
Ciertamente, este estudio demuestra que el tabaquismo pasivo es un factor de riesgo para el tabaquismo activo y que de esta manera aumenta el riesgo de desarrollar artritis reumatoide.
Punto clínico
Aunque el efecto del tabaquismo pasivo parece pequeño o nulo para el desarrollo de la artritis reumatoide, este artículo nos permite remarcar un hecho previamente conocido que puede aplicarse en la consulta diaria: el tabaquismo activo es uno de los factores más importantes en el desarrollo de la artritis reumatoide. Independientemente de la exposición previa o actual al humo de cigarro de manera pasiva, lo mejor que puede hacer un paciente en riesgo de desarrollar artritis reumatoide, es abstenerse del tabaquismo.
Fuente: Medscape
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