“La morgue es el único lugar donde los muertos ayudan a los vivos”: Anónimo
Ya se habían conocido por investigaciones en otros países la prevalencia de síntomas persistentes, como dificultad para respirar, fatiga y disminución de la tolerancia al ejercicio en pacientes después de un cuadro agudo por COVID-19, así como las secuelas en sistemas de órganos, pero en Colombia el doctor Rafael Parra Medina, médico especialista en Patología, Epidemiología, Fellow Translational Pathology y docente investigador de la Fundación Universitaria Ciencias de la Salud – FUCS, empezó a seguir de cerca el rastro dejado por el SARS-CoV-2 los cuerpos que dejaba sin vida.
En la Cita con el Experto, encuentro académico organizado por el Colegio Médico Colombiano, el doctor Parra Medina explicó que después de realizar una revisión sistemática de las autopsias realizadas en todo el mundo y centrarse especialmente en más de 250 pacientes entre los 32 a 96 años, notó que las autopsias podrían apoyar la hipótesis de la hiperactivación de los macrófagos (células especializadas en la detección, fagocitosis y destrucción de bacterias y organismos dañinos) que pueden desencadenar en algunos pacientes una enfermedad llamada Síndrome Hemogafosítico Segundario (SHLH), que es un cuadro hiperinflamatorio caracterizado por un aumento de proteínas y que pueden provocar una falla multiorgánica.
En las autopsias iniciales en pacientes con COVID-19 se reportó la presencia de macrófagos CD68 en tejidos pulmonares y cardíacos y la presencia de macrófagos CD169 en espacios subcapsulares de los ganglios linfáticos y en la zona marginal esplénica. La presencia de hemofagocitosis se ha observado en pulmón, ganglios linfáticos, médula ósea, hígado y bazo,
El otro hallazgo del doctor Parra fue la presencia de orquitis asociada con microtrombos de fibrina en pacientes con Covid-19. Esta condición era conocida en casos de SARS-CoV-1 y en otras infecciones virales como hepatitis B y C, paperas, virus de Epstein-Barr, VIH y VPH, agregó.
“Los estudios previos de autopsias habían evidenciado daño en el endotelio durante el COVID-19 agudo, pero en nuestro análisis observamos que la presencia de microtrombos no es tan infrecuente como se creía. De ahí la importancia de los tratamientos antitrombóticos y de seguir estudiando la formación de microtrombos nivel pulmonar, cardiaco y hepático que son provocados por la disfunción de las células a nivel vascular y endoteliales”.
Según las autopsias, ¿las vacunas son seguras?
Las autopsias siguen siendo fundamentales para determinar la histofisiopatología de las enfermedades y documentar la causa exacta de la muerte de una persona, pues a través de estas se puede determinar qué fue lo que exactamente ocurrió en los cuerpos de las víctimas después de entrar en contacto con el agente patógeno.
La investigación del doctor Parra fue publicada en la revista Nature y asegura que aún falta mucho por hacer, pues el SARS-COV-2 es un que hasta ahora se está intentado comprender.
“En este momento de la pandemia, cuando aún no se sabe a ciencia cierta el comportamiento del SARS-CoV-2, las autopsias se han convertido en pieza fundamental para comprender un poco más la forma en que el virus ataca al organismo y provoca diferentes respuesta en cada uno de ellos”.
En los pacientes posvacuna, por ejemplo, las autopsias realizadas en el Hospital de San José y en el Hospital Infantil de San José de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud -FUCS-, han evidenciado que todas las vacunas son seguras y que las causas del fallecimiento en los 121 pacientes analizados postmortem se evidenciaron daños de base como hipertensión, diabetes, EPOC, dislipidemia, hipotiroidismo y algunos tipos de cáncer.
Por último, el doctor Parra recordó que cada paciente abre la puerta a una nueva investigación porque cada uno es diferente desde el punto de vista molecular.
“Para las pandemias a futuro, la gran enseñanza es que debemos unir fuerzas y trabajar con otras áreas del conocimiento para aprender entre todos”.
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