La edición de la línea germinal humana, ya sea por razones de salud o por el proyecto más ambicioso del transhumanismo, es muy controvertida.
Los acuerdos internacionales de bioética la prohíben o la desaconsejan, pero existe un interés creciente por sus supuestos beneficios médicos y comerciales.
En una edición reciente de The New Bioethics, Calum MacKellar, del Consejo Escocés de Bioética Humana, argumentó que es totalmente incompatible con la igualdad en una sociedad inclusiva. Las personas con discapacidad serían inevitablemente devaluadas. Viola un compromiso fundamental en la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU para garantizar que “Todos los seres humanos nacen… iguales en dignidad y derechos”.
Es difícil ver cómo la edición hereditaria del genoma puede ser vista como éticamente aceptable por una sociedad pro-igualdad e inclusiva. Esto se debe a que una sociedad tan civilizada siempre buscará considerar a todos los individuos con o sin discapacidades o diferencias biológicas hereditarias (variaciones que nunca desaparecerán) como inherentemente iguales en valor y valor.
El siguiente video resume claramente sus preocupaciones en dos minutos.
Fuente: BioEdge
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