Entender que así como las patologías tienen estadios o fases, y que de acuerdo con estas el tratamiento es dinámico y algunas veces escalonado, también lo son los pacientes.
Por Doctor Peter Vergara Ramírez, médico intensivista y farmacólogo de la Clínica Nueva Bogotá, director del Comité de Farmacología Clínica de la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo
El adulto mayor tiene condiciones que lo hacen especial en el momento de la prescripción de medicamentos.
Si bien puede ser puesto en discusión cuál es el rango de edad para hablar de adulto mayor, vamos tomar a consideración que la mayoría de los cambios farmacocinéticos que se van a presentar con la edad estarán presentes por encima de los 65 años y que son mucho más marcados de los 75 años en adelante.
Juan Pérez es un paciente de 75 años hipertenso, diabético y con compromiso de la función renal en un grado leve. Toma actualmente seis medicamentos para el control de sus enfermedades desde hace varios años y tiene una adecuada adherencia al tratamiento. Refiere sentir que no concilia adecuadamente el sueño para lo que recibe un nuevo medicamento que le funciona de maravilla. Mencionar la lista de medicamentos no es relevante para el ejercicio y para no generar un sesgo entre lo lectores.
Existen muchos factores en el paciente como externos a el que generan el riesgo de una formulación insegura:
- El envejecimiento viene acompañado de cambios farmacocinéticos generales.
- Con la edad vienen nuevas afecciones que frecuentemente reciben medicación adicional.
- La polifarmacia en el adulto mayor suele ser frecuente.
- En el riesgo de interacciones, si bien puede ser el mismo dado el número de medicamentos que es un paciente más joven, la susceptibilidad de efectos adversos por estas interacciones sí está aumentada en el adulto mayor.
- Las dosis usuales de medicamentos puede, en ocasiones, llegar a niveles plasmáticos cercanos o superiores a la concentración mínima tóxica.
- Existen grupos farmacológicos que tienen mayor riesgo de efectos adversos.
- Los horarios de la administración de los medicamentos puede estar alterada.
- La ingesta de alimentos cambia con la edad y las interacciones de los alimentos con medicamentos puede incrementarse.
- Los pacientes son vistos por diferentes especialistas y cada uno hace una fórmula médica por separado, en ocasiones, sin tener en cuenta la de otras las otras especialidades.
- Algunos medicamentos son innecesarios, están contraindicados o requieren ajuste de dosis para la edad.
¿Cuáles son los resultados adversos asociados a la medicación que se pueden presentar en el adulto mayor?
Los principales son debidos a la polifarmacia como se mencionó previamente y entre estos tenemos las interacciones medicamentosas, reacciones adversas a medicamentos, caídas, admisiones hospitalarias, duración de la estadía hospitalaria, tasa de readmisión poco después del alta y tasa de mortalidad aumentada.
¿Cuáles son los medicamentos que se debe evitar en el adulto mayor?
Algunos de los grupos farmacológicos que se han considerado de riesgo en estos grupos son:
- Antiinflamatorios no esteroides de uso prolongado.
- Benzodiacepinas.
- Anticolinérgicos.
- Antidepresivos tricíclicos.
- Diuréticos tiazídicos.
Es por esto que la dosis, la formulación y la administración deben ajustarse según la edad y la fragilidad del paciente, y es mejor evitar algunos medicamentos por completo.
Pautas para un prescripción segura en el paciente de edad avanzada
- Realizar una revisión periódica de la medicación y discutir y acordar todos los cambios con el paciente.
- Suspender cualquier medicamento actual que no esté indicado.
- Si es posible, evitar los medicamentos que tienen efectos nocivos conocidos en pacientes de edad avanzada, y recomendar una reducción de la dosis cuando sea apropiado.
- Usar la dosis recomendadas para pacientes de edad avanzada.
- Usar regímenes farmacológicos sencillos y sistemas de administración adecuados.
- Considerar utilizar formulaciones de una vez al día o una vez a la semana y utilizar combinaciones de dosis fijas cuando sea posible.
- Considere en lo posible tratamientos no farmacológicos.
- Limitar el número de personas que prescriben a cada paciente, si es posible.
- Siempre que sea factible, evitar tratar las reacciones adversas a los medicamentos con otros medicamentos.
Todas las personas que están involucradas en el proceso de salud de los pacientes deben tener claro que la prescripción de medicamentos va más allá de lo que queda plasmado en un fórmula médica. La formulación farmacológica es un arte (1), muchas veces es el paso final de una valoración médica, por eso este último paso de la atención debe estar basado en el análisis del paciente, patología, entorno y sistema de salud.
No es infrecuente encontrar consultas al servicio de urgencias por: sodio, síncope, caídas y fracturas, sangrados en pacientes adultos mayores, y que al final del análisis se encuentra que el evento fue asociado a uno o varios medicamentos.
Los adultos mayores presentan alteraciones neurológicas, electrolíticas, hemodinámicas, cognitivas, hematológicas y muchas más, secundarias a medicamentos. Siempre pensamos en el efecto positivo del medicamento y muy pocas veces en el efecto negativo.
si durante la lectura usted se llegó a preguntar si alguna vez formuló algo que pudo poner en riesgo a su paciente, entonces estas palabras han cumplido su objetivo.
Durante todo mi ejercicio profesional, especialmente en mi formación como especialista y llegado el momento de la prescripción médica, había una pregunta que siempre me hacía: ¿Qué le falta?, ¿Qué le falta?, ¿Qué le falta? Con el paso del tiempo miente fue cambiando automáticamente y sin darme cuenta esa pregunta por otra que dependiendo del escenario podría asegurar que es aún más importante: ¿Qué le sobra?, ¿Qué le sobra?, ¿Qué le sobra?
Siempre me apoyo en mi grupo de trabajo, enfermería, médicos generales y otros especialistas, y creo que la pregunta que más se repite durante la ronda médica es: ¡Necesita ese medicamento?, ¿Lo podemos suspender? Digo podemos porque, como lo mencioné arriba, todos estamos involucrados en la fórmula médica.
Para el paciente de nuestro ejercicio, el análisis debe incluir cuáles son los medicamentos qué vanía tomando y que cruzado el rango de edad ya le confieren más riesgo que beneficio, cuáles se deben mantener, cuáles cambiar, cuáles suspender y siempre se le tiene que explicar al paciente y a sus cuidadores los cambios y el porqué, ya que no siempre el paciente va a ser atendido por la misma persona y existe la posibilidad qué en una próxima consulta un colega deshaga estos cambios (con muy buena intención), pero con un posible resultado negativo.
Para finalizar dejo estas preguntas:
- ¿En su institución hay alguien encargado específicamente de la prescripción segura en adultos mayores?
- ¿Para sus pacientes o en su institución sería útil el apoyo de una especialista en farmacología clínica?
sus comentarios son bienvenidos
- La palabra arte procede del latín ars, que se utilizó para designar los saberes aprendidos a través de la práctica y es equivalente al término griego Téchne, de donde proviene la palabra técnica. Su etimología se refiere tanto a la destreza para realizar una práctica como a la ejecución conforme a normas.
Deja un comentario