Después de cuatro años de gestión, los resultados son evidentes y hemos podido sacar la salud del Valle del estado crítico en que se encontraba.
Por Dra. Dilian Francisca Toro – Gobernadora del Valle
La salud fue una de las prioridades de mi administración y por eso desde un principio me propuse recuperar la Red Pública de Salud que atravesaba por uno de sus peores momentos y, sobre todo, salvar el Hospital Universitario del Valle, (HUV), nuestro principal centro asistencial, que estaba al borde de la liquidación.
En ese sentido, solicité al Ministerio de Salud una reunión para discutir la situación y buscar alternativas. Nos acercamos a la División de Apoyo Fiscal del Ministerio de Hacienda y la Superintendencia de Salud y con ellos se exploraron escenarios y se identificaron tres opciones para el caso del hospital: la liquidación, la intervención, y el acuerdo de pasivos con Ley 550.
Nos inclinamos, por supuesto, por esta última alternativa que vimos como la opción viable, incluyendo, eso sí, la reorganización administrativa de la institución que era posible financiar con recursos del departamento.
La Universidad del Valle hizo un amplio diagnóstico sobre la situación y junto con la Secretaría de Salud del Valle y el HUV propusieron la reestructuración hospitalaria y la iniciativa de producción de servicios y resultados financieros, que permitiera la aprobación de Ley 550.
De esta manera, emprendimos la reorganización del hospital y buscamos novedosas fuentes de financiación, como la de asumir el pago de servicios no incluidos en el Plan de Beneficios a las EPS, a través de cesiones de pago directo a los hospitales.
Con ese mecanismo se beneficiaron todos los hospitales de mediana complejidad, lo cual les generó recursos frescos, le dio liquidez al sector y puso al HUV y a la red pública, en general, en una mejor situación financiera.
Hoy hemos logrado reabrir nuevos servicios en el Hospital Universitario del Valle, con nuevas salas de cirugía, lo que nos ha permitido pasar de una facturación de $4 mil millones en el año 2016 a $39 mil millones en 2019, y hemos obtenido en este último trimestre excedentes por $7 mil millones.
En la parte médica, logramos acondicionar una moderna sala de partos y otra de pospartos, se dio reapertura de la Unidad de Oncología Pediátrica después de casi año y medio de estar cerrada, se reabrió el primer programa integral de ortogeriatría para reemplazo de cadera y se pasó de 7 a 17 quirófanos con uno exclusivo para los pacientes de la Unidad de Quemados.
Así logramos pasar de ser un hospital de nivel 2 de mediana complejidad, a los niveles 3 y 4 para la atención de todos los pacientes del suroccidente colombiano.
De igual manera, les inyectamos recursos a otros hospitales del departamento como los de Cartago, Palmira, Tuluá, Buenaventura, Sevilla, Zarzal, y Mario Correa, San Juan de Dios e Isaías Duarte Cancino, de Cali, además del Club Noel, con lo cual se pudo garantizar la recuperación de la red pública de salud y conseguimos un cambio positivo en su funcionamiento.
Otro de los logros importantes fue haber podido implementar la historia clínica electrónica unificada, que significa un paso importante en la oportuna y debida atención integral de los pacientes en cualquier hospital público del departamento, brindándoles un servicio de calidad y eliminando barreras de atención y desplazamientos mayores.
Después de cuatro años de gestión, los resultados son evidentes y hemos podido sacar la salud del Valle del estado crítico en que se encontraba.
Creo que el secreto del éxito está en la determinación que tuvimos para hacer las cosas, en tomar decisiones y disponer nuestra energía y amor para lograr resultados positivos. Es decir, en el trabajo de corazón.
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