Los médicos generales y especialistas piden reestructurar el sistema de salud con el criterio de derecho fundamental y no de lucro para unos pocos. Denuncian contratos laborales que vulneran la dignidad profesional, inestabilidad laboral y maltrato.
La salud noticia no es acerca primicia, de la pero crisis sí que delas la condiciones contractuales de los médicos cada vez son más adversas. Al atraso en el pago de los honorarios se suma la falta de insumos y medicamentos para trabajar, el cierre de servicios de urgencias, pediátricos y quirúrgicos, así como la decisión de las IPS de contratar menos profesionales de la salud para atender a una población creciente y cada vez más demandante.
El problema del sistema no es de plata, aunque siempre se exponga de esa manera. Si la salud fuera un mal negocio y realmente el sistema estuviera quebrado, no habrían tantos conglomerados extranjeros interesados en apropiarse de compañías de salud colombianas”, afirma la abogada especialista en gerencia del talento humano, Carolina Mccormick.
“El esquema basado en la competencia ha maximizado las ganancias de las EPS a expensas de los trabajadores y la población que requiere los servicios de salud. La bancarrota es para quienes están en el grueso de la pirámide del sistema de salud. El modelo de explotación se convirtió en una puja a ver quién aguanta más y quien se revienta.
Por ejemplo, el Consejo de Estado ordena que los médicos tengan una vinculación que respete las garantías laborales fijadas en la ley. Sin embargo, las cláusulas contractuales cada vez son más gravosas para el médico. Como si fuera poco, las IPS le están trasladando el riesgo financiero al médico. La responsabilidad de lo que glosan y niegan es del médico”, dice la abogada.
Una de las responsabilidades en los contratos laborales es cumplir con las metas de productividad que fije el hospital y eso significa: no me gaste más de estos pesos. Pero si no curamos al paciente, nos despiden, agrega el doctor Enrique Sánchez, especialista en Investigación Criminal.
“Las empleadas del servicio doméstico tienen todas sus garantías y no necesitan agremiarse, hacer plantones o gritar. Entendieron que deben trabajar todos los días, exigir lo que quieren y hacer valer sus derechos. Así comenzaron a tener estabilidad y bienestar. Además, trabajan un determinado número de horas, desayunan, almuerzan y comen por cuenta del empleador. Los médicos no conocemos nuestros derechos legales porque nos creímos MD. Al quitarnos la bata y salir de la institución somos seres humanos, un ciudadano más y un número de cédula. Eso lo entienden los políticos, que ven en los hospitales públicos un fortín político”, agrega el doctor Sánchez.
El rubro de salud lo manejan unos pocos con visión netamente financiera. Otros países disponen del 50 por ciento de los recursos para el talento humano porque saben que invertir en personal calificado es mejorar la salud y la riqueza de una nación. Colombia solo destina el cinco por ciento para talento humano. El otro 95 por ciento es para industria y contratación, justamente donde está la ganancia, dice el doctor Andrés Bustos, representante de la Unión Gremial de Psiquiatras de Colombia.
Doctores con identidad gremial
La dignidad médica y las condiciones de trabajo decretadas por la Organización
Internacional del Trabajo no se pueden quebrantar. En los hospitales públicos
hay sobrecarga de trabajo porque faltan médicos para cubrir turnos. Cuando
se hacen los reclamos, la respuesta de los secretarios de salud es que no hay
presupuesto. Nadie da un paso más allá ni mueve un dedo para que la situación
mejore, añade el doctor Sanchez.
“En Bogotá hace falta una veeduría que vigile la gestión pública para promover que haya más eficacia y una mejor gestión gerencial. Si no hay plata, hay que contratar con EPS diferentes y no con la que está quebrada, no paga y además exige que se atendamos a los pacientes de Cafesalud”.
En los requisitos de acreditación delas IPS está la humanización del servicio
de salud, pero la humanización no es de la institución para afuera. Tiene que
empezar al interior. En casi todo hospital público hay un médico que vende
productos de revista por catálogo; ese es un síntoma de la desprotección laboral
y las escasas condiciones salariales. Si después de pagar una de las profesiones
más costosas y de mayor exigencia, el médico no puede vivir de su sueldo, qué
está pasando, cuestiona el doctor Bustos. Los médicos habían sido apáticos a
protestar, pero ahora están trabajando unidos por una misma causa. Las demás organizaciones gremiales, cada una desde su accionar, se han sumado para
defender el trato digno a los profesionales de la salud. Es necesario adecuar el
ejercicio profesional a la normatividad laboral con las adecuadas garantías y
hacer que se cumplan las leyes.
“Es tan delicada la situación que los médicos han presentado más de 15 quejas administrativas ante en Ministerio de Trabajo en menos de tres meses solo en Bogotá”, dice Mccormick.
“El médico no puede salir de la universidad sin tener conciencia de cuánto
vale lo que hace ni su función dentro de la comunidad. La sociedad, las IPS y, sobre todo, las EPS se lucran de los diez años de formación y luego no le retribuyen el esfuerzo. Cada vez que un médico toma un signo vital tiene un impacto en
la sociedad que el dinero no puede pagar”, finaliza el doctor Bustos.
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