La salud mundial enfrenta hoy un gran desafío, porque puede llegar el momento en que no se tengan antibióticos disponibles para el manejo de las infecciones, ni siquiera de las más comunes.
Es difícil imaginar un mundo en el que resulte imposible tratar las infecciones en animales, humanos y plantas; pero, este escenario podría estar más cerca de la realidad que de la ficción si no se logra contener una problemática tan seria como la resistencia antimicrobiana (RAM).
Se trata de una verdadera amenaza, que impacta la salud mundial, la sanidad animal, el ambiente y la seguridad alimentaria, y podría dejar atrás décadas de avances en medicina, creando una profunda crisis en salud pública. También impacta la economía y el desarrollo de los países.
Definitivamente, la RAM “ha generado una crisis sanitaria y socioeconómica en el mundo, que es urgente abordar, y que afecta a todos los grupos de edad y a todas las regiones”, precisa el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ‘Resistencia a los antimicrobianos: acelerar las respuestas nacionales y mundiales. Prioridades estratégicas y operacionales para hacer frente a las infecciones bacterianas farmacorresistentes en salud humana, 2025-2035’.
Para 2050 podría llevar a que más de diez millones de personas mueran anualmente por causas directa o indirectamente relacionadas con la RAM, cifra que supera el impacto de enfermedades infectocontagiosas, como el sarampión y el cólera, o de enfermedades no transmisibles (ENT) y crónicas, como la diabetes.
Es tal su repercusión que, en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, del 23 al 28 de septiembre de 2024, en Nueva York, se ha previsto un encuentro de alto nivel, el día 26, en donde, además de abordar esta amenaza y la crisis que representa, se compartirán experiencias innovadoras para su contención, en especial aquellas basadas en el enfoque de ‘Una salud’.
La reunión finalizará con una declaración conjunta, con nuevos objetivos y estrategias que respondan a los desafíos locales, regionales y mundiales, agravados porque no se están desarrollando los antibacterianos que se requieren con urgencia.
Previamente, durante la 77ª Asamblea Mundial de la Salud, en mayo, se adoptó una resolución para acelerar las respuestas nacionales y mundiales a la RAM, insistiendo en la importancia de aplicar enfoques centrados en las personas, asegurar el acceso equitativo a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las infecciones en toda la población, y a los servicios de agua potable, saneamiento e higiene.
A estas preocupaciones y desafíos por atender, los cuales se presentarán en la Reunión de Alto Nivel, se suman otros no menos inquietantes, como el tema de la financiación de los programas para contener la RAM, y las prioridades en materia de promoción y gobernanza que permitan reducir esta carga de morbilidad y discapacidad.
Hasta noviembre de 2023, 178 países habían elaborado su plan de acción nacional sobre la RAM, como lo sugirió en 2015 la Asamblea Mundial de la Salud cuando adoptó el Plan de Acción Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos, pero solo el 27 por ciento había logrado aplicarlo eficazmente y apenas el 11 por ciento había asignado una partida de su presupuesto nacional.
El ejemplo de Colombia
Colombia es una de las naciones que viene trabajando eficazmente para contrarrestar esta problemática, mediante diversos programas y acciones, como destaca el I Informe bienal cuatripartito ‘Implementación del plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos’, presentado en Ginebra (Suiza) por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades.
El país publicó en 2018 su Plan Nacional de Respuesta a la Resistencia a los Antimicrobianos, producto de un trabajo multisectorial, y en 2020 fue escogido (junto Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay) para hacer parte del proyecto de cooperación ‘Trabajando juntos para combatir la resistencia a los antimicrobianos’ con el enfoque de ‘Una salud’, con apoyo económico de la Unión Europea (UE), y respaldo técnico, logístico y científico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), para fortalecer sus planes y acciones.
De igual forma, se conformó una Mesa Técnica Intersectorial con el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS), y sus entidades adscritas: el Instituto Nacional de Salud (INS) y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima); el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR), con el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia); el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS).
“Una labor conjunta para llegar a más sectores y mejorar la concienciación y la comprensión de la resistencia antimicrobiana, apoyar la investigación y la vigilancia de patógenos centinelas, y fomentar acciones para reducir las infecciones asociadas a la atención en salud, optimizar el uso de antimicrobianos y evaluar los riesgos para prevenir la contaminación del medio ambiente”, señala la doctora Gina Tambini, representante de la OPS/OMS Colombia.
Fruto de ese trabajo nació el sitio web ‘Colombia trabaja unida para combatir la resistencia a los antimicrobianos’, con información actualizada sobre resistencia antimicrobiana, acciones colaborativas, investigaciones y desarrollos en las áreas de salud humana, sanidad animal, alimentos y ambiente. Algunos temas son producidos directamente desde la oficina de las OPS, en Washington, y otros desarrollados en Colombia, con el apoyo y asesoría de expertos idóneos en cada campo de trabajo, los líderes de los grupos focales de cada entidad y en coordinación con sus líderes de comunicaciones.
Colombia también tiene una participación muy activa en actividades globales como el Día Mundial de la Higiene de Manos, y en la Semana Mundial de Concientización sobre el uso de los Antimicrobianos (WAAW, por sus siglas en inglés), que se realiza cada año, del 18 al 24 de noviembre, con el eslogan general “Antimicrobianos: manéjalos con cuidado”, desarrollando actividades académico científicas de gran impacto.
Todos podemos actuar
Si bien la RAM es un fenómeno que aparece de forma natural con el paso del tiempo, debido a modificaciones genéticas de los microorganismos en su proceso normal de adaptación al entorno, y por la transferencia de genes de resistencia entre ellos, hay muchos otros factores que la impulsan.
La OMS destaca algunos: el uso indebido y excesivo de antimicrobianos; la falta de acceso a agua limpia, saneamiento e higiene (ASH) tanto para las personas como para los animales; medidas deficientes de prevención y control de las enfermedades y las infecciones en los centros de atención de salud y las explotaciones agrícolas; el acceso deficiente a medicamentos, vacunas y medios de diagnóstico asequibles y de calidad, y la falta de sensibilización y conocimiento sobre el tema.
Se trata de un círculo vicioso, en el que tanto los factores que la causan como sus consecuencias se ven exacerbados por la pobreza y las desigualdades. De ahí nace la necesidad de reforzar el trabajo integral, multi e intersectorial, para contrarrestar todas las aristas relacionadas con esta problemática.
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