La hipocondría es explicada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría en su quinta edición (DSM-5) como una persistencia de la ansiedad o la conducta relacionada con la preocupación de estar enfermo.
La hipocondría es una condición que desde hace mucho tiempo se encuentra rodeada de estereotipos y falsas suposiciones. Es común que, en algún momento de la vida, ante alguna enfermedad o queja se haya acudido a investigar en internet sus síntomas y preocuparse ante los resultados que arroja este mismo para finalmente, luego de consultar con un experto de la salud, darse cuenta de que no hay una razón para preocuparse. Por lo que es probable que se dude de uno mismo e incluso se llegue a pensar que se puede ser hipocondríaco.
La psiquiatra Rosana Gluck adscrita a Colsanitas explica la hipocondría como “una persona que está convencida de su enfermedad y está dispuesta a encontrar respuestas y soportes clínicos para ello”. Es aquella que investiga múltiples especialistas en búsqueda de respuestas a su “dolor”, hasta que alguno este de acuerdo con lo que siente. Sin embargo, esta enfermedad no es una condición física sino psicológica.
La hipocondría es explicada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría en su quinta edición (DSM-5) como una persistencia de la ansiedad o la conducta relacionada con la preocupación de estar enfermo.
Además, la hipocondría cuenta con tres trastornos particulares que son asociados con la condición:
- El Trastorno de Ansiedad por Enfermedad: caracterizado por una ausencia de síntomas (o presencia de unos muy leves) y una ansiedad desmedida, asociada al temor y al convencimiento de padecer o estar por adquirir una enfermedad grave. La angustia es real, constante y persiste a lo largo del tiempo, mientras que el motivo (la enfermedad temida) puede variar.
- El Trastorno de Síntomas Somáticos: caracterizado por la presencia de uno o más síntomas, incluso asociados a una enfermedad o condición médica preexistente, pero que producen una ansiedad y fijación desmedida y persistente que puede llegar a ser incapacitante para el que lo padece.
- El Trastorno Facticio o Síndrome de Münchhausen: es propio del paciente que finge tener síntomas, se los induce o altera muestras en pruebas diagnósticas (entre otros recursos semejantes) para poder buscar y recibir atención médica sin que esto le traiga un beneficio aparente.
Gluck comenta que el estigma frente a la enfermedad es otro punto a considerar, puesto que muchas veces se les acusa de sobrecargar los recursos del sistema de salud y no se les toma en serio.
Además, Gluck afirma que el tratamiento de esta enfermedad debe siempre comenzar con la psicoterapia, que puede en muchos casos ser acompañado con medicamentos que faciliten el control de la ansiedad. Sin embargo, el objetivo central del tratamiento es acompañar al paciente en descubrir e identificar un aspecto emocional que se está manifestando físicamente en el cuerpo para poder tratarlo.
Deja un comentario