Avanza el proceso de reforma a nuestro sistema de salud, con un desarrollo previsible de acuerdo con las condiciones sociales y políticas actuales.
Por Dr. Jorge Diego Acosta Correa – Asesor de Presidencia Colegio Médico Colombiano
Ya se ha superado el período previo a la radicación de proyectos y entramos en el debate público sobre el contenido de estos, más propiamente sobre la propuesta inicial.
Todas las corrientes sociales y políticas y los gremios se han estado expresando ante la opinión pública, ocultando en mayor o menor medida los intereses que representan, incitando y desarrollando en la mayor parte de los casos, intensar y agresivas campañas en redes y medios de comunicación (claramente instrumentalizados), a favor o en contra de un cambio estructural en el sistema, mayoritariamente en contra, y en algunos pocos y destacable casos, desde mi punto de vista, haciendo un análisis crítico y racional de los proyectos de cambio, señalando los elementos más favorables para la salud de todos y a la vez, los aspectos negativos, aquellos que crearían más problemas o que no serían viables, pero el con ánimo de contribuir al indispensable cambio y de colaborar en su implementación.
El juego ya está en la cancha del congreso y el protagonismo en la política, donde debe estar. Porque se equivocan quienes creen que un reforma a la salud es un asunto técnico, así requiera de apoyos de técnicos y expertos.
Es un asunto de gobierno, de sectores de clase o intereses que este representa y de su coherencia con el programa expuesto en campaña. Eso es lo que se juega ahora.
El gremio de los médicos y profesionales de la salud, a través de sus representantes, los líderes de sus organizaciones más significativas, en medio de la algarabía sectaria que también lo afecta, ha trabajado arduamente, durante meses para definir con claridad los intereses propios y los objetivos generales de su participación en el debate.
Ha concluido que su política gremial tiene como punto de partida la Ley Estatutaria 1751 del 2015 mediante la reglamentación e implementación real o fáctica. Definiendo claramente y sin ambigüedades sus dos objetivos: la defensa y el establecimiento de un sistema al servicio de la garantía del derecho a la salud para todos, accesible, de alta calidad, equitativo, justo, eficiente, sostenible y blindado contra la corrupción, en primer lugar, y en segundo lugar, la definición e implementación de una política pública de dignificación de los empleos del Talento Humano en Salud, de cualificación de su ejercicio profesional y de la adecuación de sus condiciones de trabajo acordes con su misión.
Todo lo anterior se ha documentado en los Acuerdos Fundamentales y en la política gremial para el desarrollo de THS. También se le ha dado a conocer a la opinión pública a los legisladores. Hago, entonces, un llamado a todo el personal de salud cerrar filas en torno a los objetivo de su gremio, a desechar y develar los intereses ajenos a las necesidades de la población y del gremio médico, a no dejarse arrastrar por los radicalismos y por los enfrentamientos injuriosos y sectarios.
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