A mediados de octubre de 2010, el presidente Obama firmó la Ley de Escritura sencilla. La norma exige que los documentos del gobierno se escriban en “lenguaje sencillo”.
Definido como “escritura clara, concisa, bien organizada y que siga otras mejores prácticas apropiadas para el tema y el público al que se dirige”. Como dijo el entonces presidente Obama al momento de firmar la ley: “Se trata de que todas las personas sean capaces de entender lo que están leyendo”.
Como parte de la implementación de la ley, la Red de Información y Acción en Lenguaje Sencillo, (PLAIN, por sus siglas en inglés), diseñó las pautas oficiales del lenguaje simple “Plain Writint Act (2010)”, para que los ciudadanos obtengan comunicaciones claras por parte de la Administración. El objetivo principal de las pautas es ayudar a mejorar la elaboración y redacción de los documentos, de manera que la audiencia pueda encontrar lo que necesita y comprender lo que encuentra, pues los autores de las guías consideran que el uso de un lenguaje sencillo ahorra tiempo y dinero a las agencias federales y brinda un mejor servicio a los ciudadanos.
En América Latina, solo Colombia, Argentina y Chile cuentan con una legislación similar. En Colombia, la Ley 1712 de 2014 se diseñó para garantizar el derecho que tiene todo ciudadano colombiano a comprender la información pública y promover el uso y desarrollo de un lenguaje claro, comprensible y accesible en los textos legales y formales.
El lenguaje claro debe entenderse como el uso del idioma basado en expresiones sencillas, con párrafos breves y sin tecnisismos que usualmente se utilizan en la promulgación de leyes, sentencias judiciales, resoluciones públicas dirigidas al público general y hasta en las historias clínicas.
Y es que según una medición del Departamento Nacional de Planeación (DNP), en 2019, el 61% de los ciudadanos deben asistir más de dos veces a realizar el mismo trámite; el 44% se declara satisfecho con el lenguaje y la forma de expresarse de los funcionarios que atendiendo sus solicitudes y apenas el 37% se siente satisfecho con la claridad en el proceso de trámites o servicios a realizar,
Las pautas federales de Estados Unidos no solo ilustran acerca de la forma correcta de construir párrafos sencillos y frases coherentes que enlazan ideas cortas, sino que también ayudan a organizar los asuntos claves al inicio, a usar ennumeraciones y a dar ejemplos cuando resulten pertinentes. En ese sentido, hay que tener en cuenta que el estilo para escribir para un documento impreso requiere de un estilo diferente al que se emplea para escribir en una página web.
Al seguir esas guías no solo evitan errores y aclaraciones innecesarias, al mismo tiempo se aumenta la eficiencia en la gestión pública, se promueve la transparencia, se reducen cargas administrativas, se abre el acceso a la información pública y se fomenta la participación de la comunidad en las instituciones estatales.
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