¡Qué tristeza y qué gran indignación, decepción e impotencia, sentimos los médicos de Colombia por el asesinato en Florencia del colega reumatólogo!
Por Stevenson Marulanda Plata – Presidente CMC
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Joven galeno florentino, noble y consagrado hijo de Hipócrates, mártir colombiano de la salud pública. Fernando, como Héctor Abad Gómez, ya eres otro olvido que seremos.
Como el gran Héctor, Fernando estaba comprometido y casado con la salud primaria, elemental, básica y preventiva de sus coterráneos.
El doctor Vera también la tenía clara. Este caqueteño, como su antecesor paisa, sabía muy bien que la Atención Primaria en Salud y la corrección de los factores ambientales y sociales que impactan negativamente la salud humana, son la clave para mantener la gente sana.
Por eso lo mataron, porque como el padre de la salud pública de Colombia, con seguridad se enfrentó, no solamente a la poderosa inflamación de la artritis reumatoidea de sus pacientes (único médico reumatólogo en Florencia), sino a la poderosa inflamación maligna y corrosiva de esas almas avarientas y criminales, ambiciosos sin límites, depredadores ilegales de la sociedad y de la naturaleza que abundan sin ley en este desastre de país que ya somos.
El crimen del doctor Vela en Florencia, reviste una gravedad extrema para toda Colombia como Nación, porque al pagar con su vida la osadía de preocuparse por asuntos relacionados con la salud y el ambiente, la atención primaria en salud y el dominio de sus determinantes sociales, nos envía un mensaje bien claro:
Los médicos que se atrevan a intentar a hacer los mismo que hicieron Héctor Abad Gómez y Fernando Vela pagarán con sus vidas.
Ahora bien, si este Gobierno y los que vienen, como Estado, no se preocupan por prevenir y curar con firmeza el alto grado de criminalidad que desde hace tiempos azota a lo largo y ancho del país a las personas con estas vocaciones sociales, es imposible que el talento humano en salud, –lleno de miedo y zozobra–, que sirve y sostiene nuestro sistema sanitario cumpla a cabalidad con su misión hipocrática, ya que de esta manera, nunca funcionará la anhelada salud pública en nuestro país, y cualquier reforma de nuestro sistema de salud será un fracaso en este sentido, como hasta ahora lo ha sido.
Loor en tu tumba querido colega.
Colegio Médico Colombiano – Bogotá julio 7 del 2021
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