Por Stevenson Marulanda Plata MD
La naturaleza humana tiene, para arrancar, dos grandes componentes: el cuerpo y la mente (alma para algunos).
El cuerpo lo conocemos mejor los médicos, el alma todavía guarda muchos misterios.
Sabemos que el asiento de la mente o alma es el cerebro.
Los 5 sentidos orgánicos, materiales y físicos: ojos, oídos, lengua, piel y nariz, hacen parte del cuerpo, pero están conectados a la mente: memoria, pensamiento, imaginación, sistema emocional y sentimental (límbico).
O sea, es la parte mental del cerebro, donde las 5 formas de percepciones, recogidas del entorno por los 5 correspondientes órganos de los sentidos, son recordadas e interpretadas (sentidas con carga emocional y sentimental).
Los ojos de Leandro Díaz no veían, es cierto, sin embargo la parte mental restante estaba intacta, ¡y era poderosa!.
…. Es decir, su cerebro visual estaba indemne, y corresponde a la corteza occipital, (parte posterior del cerebro donde se forman las imágenes visuales que entran por los ojos). Lo mismo que el resto de su cerebro mental.
Y, como él tenía genéticamente alma (mente) de poeta musical, aunado eso al sufrimiento que lo agobiaba desde que nació, no le hizo falta el sentido físico de la vista, para imaginar y componer todas esas bellas letras y melodías que le nacieron del alma, pues utilizó el resto de ella, que estaba integra, ilesa y reforzada por el sufrimiento y la cultura vallenata, y por el apoyo constante de su familia y de sus amigos, que nunca abandonaron a ese retoño perdido.
Esta es la razón por la cual sus biógrafos lo llaman El poeta que ve con los ojos del alma.
Fonseca La Guajira, séptimo mes de cuarentena Covid19
Septiembre 25 del 2020
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