“El lado oscuro del sexo, sus intrigas, parafernalias, negación, deshumanización, o vergonzosas negociaciones son la venganza de Tánatos frente a Eros”.
Por Dr. Carlos Pol Bravo – Médico Psiquiatra – Máster en Sexología
¿Quién gana, me pregunto, en esta absurda lucha del obsesivo binomio entre la sexualidad y la violencia enfrentando constantemente a Tánatos contra a Eros?
En la transculturalidad negativa, negación de realidades, distorsión informativa y manipulación educativa, ¿se intenta premiar a Tánatos? ¿O cohibir a Eros?
Bien sabemos que Tánatos, desde la teoría Psicoanalítica, es la pulsión de la muerte que se opone a Eros, pulsión de vida.
Y deberíamos saber que la muerte y el dolor tienen su momento. Pero no enfrentados al sentimiento, la sensualidad, la sexualidad y la propia vida.
Eros, por contra, que posteriormente encarnó a Cupido, diosecillo juguetón que en la Grecia Antigua era el principal responsable de la atracción, el amor y el sexo, pero también se le veía como dios de la procreación.
Hijo de Nix —la noche— y Erebos —la oscuridad—, en que quizás ya los dioses griegos querían poner luz, sensualidad y ternura entre sus hijos.
Así las cosas, de los amores bonitos y eternos en la literatura y la Mitología está el de Eros y Psique, de donde se deriva esa deidad enamorada, encarnada, no solo la fuerza del erotismo, sino también el impulso creativo de la siempre viva naturaleza.
Por tanto, Tánatos frente a Eros son antípodas en la vida.
Tánatos, sentido de muerte, dolor; Eros, concepto de vitalismo, vida. Una vez más me pregunto, ¿por qué esa constante intención obsesiva de mezclar la vida con el erotismo y con la muerte?
PORQUE, SENCILLAMENTE… se juega con los miedos de las personas.
Y se juega, porque ese morboso sentimiento psicosocial de ser atraído por lo tenebroso, como por el sexo, “Por lo prohibido “, así como “lo casi a prohibir”, “por rozar el qué dirán, pero sin que se vea, sin que se note”, subrepticiamente, con esa hipocresía de la doble moral, la cual es enmarcada por las Huestes y potenciada comercialmente.
El diagrama del error o, mejor aún, del terror.
La sexualidad es inherente al erotismo, van unidas, se juntan en una cópula sensual y tierna por la intimidad, el deseo y el amor y ese puente de violencia donde intentan unirlos con la nefasta palabra violencia, además forzadamente.
¿Por qué imponer la barca de Caronte, de la antigua Mitología griega, con el barquero de la muerte, quien transportaba las ánimas al Hades, tierra del olvido o territorio de los muertos? ¿Por qué permitimos que se mezclen dos mundos opuestos?
De las causas principales antes anunciadas haremos un pequeño recuento:
- Transculturalidades negativas, mutismos y secretismos en referencia al sexo.
- Información callejera, siempre mala y pobre en su contenido, potenciando los errores y la tergiversación en su concepto. En que eran líderes los que algo sabían ante los que ignoraban. Pero en que muchos han aprendido por necesidad al no haber otro medio.
- Negación de la cultura sexual, evitando tan siquiera mencionarlo e incluso castigando a quien lo hiciera.
- Potenciar los mitos y leyendas, siempre proscribiendo la sexualidad y sembrando sus terrores en vez de ayudar y dar luz a su conocimiento.
- Admiración al machismo sexual, donde la falocracia cunde y la picaresca perversa, y las malas artes de seducción, que aún persisten, alaban al macho dominante, impertérrito, ese Don Juan que va conquistando cuerpos y destruyendo sentimientos, y que a su vez es premiado desde la juventud con erróneos conceptos de seducción y sexualidad; en cambio la mujer que así actuare, es despreciada, tratándola con todas las palabras abyectas del diccionario castellano.
- Negación a realidades: “En mis tiempos no pasaba”.
Tampoco había Internet, comunicaciones cibernéticas con, según los que los venden, “teléfonos inteligentes” etc., etc., etc.
Tampoco la velocidad del pensamiento es comparable al mundo actual en todos sus conceptos. Y porque no pasase, no significa que hoy no ocurra, y haya que evitarlo en lo negativo, pero no así en la realidad sexual responsable y estructurada que deben vivir las nuevas generaciones.
“Eso es imposible con mis hijos”, sin embargo, había un comercial muy bueno, ¿hace unos años que rezaba algo así como… ¿Sabe usted en este momento dónde están sus hijos?
- Confundir comportamiento con respeto. Respetar no es dejar de sentir ni de desear, y me refiero puntualmente a esos hombres que humillan maltratan, ofenden e incluso golpean a su pareja; pero, eso sí, no hacen el amor con ellas cuando están menstruando o embarazadas por “respeto”.
- La vulgaridad del sexo: cierto es que la vulgaridad se ha impuesto en muchas áreas, incluyendo la sexualidad. Pero aún es más cierto que el sexo no es vulgar. Se le vulgariza. Porque es un don inherente al ser humano y, como ya bien dice el Profesor Cavalcanti, Psiquiatra y Sexólogo brasilero, “Cuando Dios creó al hombre y la mujer, también creó el orgasmo”.
- Manipulación educativa: Es tan grande y notoria en algunos casos con tendencias injustificadas, que tan solo me dedicaré a contrarrestarla con el 9º y el 10º derechos de la Carta Magna de los derechos sexuales proclamada en 1997 en el XIII Congreso Mundial de Sexología en la ciudad de Valencia, España, reafirmada en el XIV Congreso Mundial de Sexología en Hong –Kong, en 1999 y sancionada y promulgada mundialmente en el XV Congreso Mundial de Sexología en la ciudad de París en el año 2001, a través de la WAS –Asociación Mundial de la Salud Sexual– y apoyada por la OMS –Organización Mundial de la Salud–. Y ese 9º derecho reza: “El derecho a la información sexual, ha de ser basada en el conocimiento científico, generada a través de un proceso libre de presiones externas, y difundido de forma apropiada en todos los niveles sociales. 10º El derecho a educación sexual comprensiva es un proceso que dura toda la vida, y debería involucrar a todas las instituciones sociales.
Distorsión informativa, la encontramos en:
- La cinematografía
- Determinado tipo de literatura
- Medios publicitarios
- Películas de T.V. principalmente.
En el primero: se reitera ese excesivo binomio de violencia y sexualidad.
¿Por qué después del beso viene el palo? ¿Por qué tras una escena de sensualidad y ternura, deseo e intimismo de una pareja, la siguiente escena ha de ser de tiros, de sangre o castigo? Me pregunto… ¿a quién ofenden o qué ganan? Innecesarias “exigencias del guion”, donde el desnudo inútil y procaz, ¿va en contracorriente?
Porque en el arte, las secuencias han de venir con la misma coherencia y frescura con que el mar besa la arena y no con la extrema fuerza con que las olas rompen las rocas.
En cuanto a determinado tipo de literatura aquí son príncipes del desatino. Esa prensa amarillista que con tintes científicos ofrece a un público desorientado, fantasías erróneas sobre sexualidad. La chica estupenda es presentada al lado de un homicidio, de una tragedia, un error conceptual.
¿Qué finalidad tiene fomentar el dolo sexual?
Referente a los medios publicitarios, donde las imágenes son falacia y a través de un desnudo innecesario en que se induce a ser más hermoso, más seductor o más actualizado. En otras palabras, a estar “más ‘in’” cuando realmente se está “más ‘out’”
Y principalmente… películas de TV, donde los sábados de diversión se convierten en sábados de destrucción. ¿Por qué muchas veces en horarios de sábado o domingo tarde, impera la violencia sexual en nuestra TV? !Y me refiero a todas partes!
¿Por qué en el aburrido deporte de hacer zapinng o cambiar desesperada, así como casi obsesivamente por falta de buenos o agradables programas, al menos, con el mando de la caja tonta; en muchos canales de otros países, especialmente del norte de América, llega uno a tener callosidades en los dedos, ¿buscando una película de tranquilidad o distracción para ese necesario relax de fin de semana?
No es bueno aceptar la tergiversación de sexualidad con violencia, que a lo largo de estas líneas estamos describiendo. No es sano que nuestra juventud o madurez conceptué y en común estructure algo tan natural, holístico y necesario como es la sexualidad con los tiros, las persecuciones, la prostitución, la pandémica corrupción y las muertes callejeras.
Una deformación, distorsión o alteración de la verdad sobre la sexualidad y el erotismo empiezan en la infancia; se mantienen en la madurez y se potencian en la edad adulta. No deben existir perjuicios, ni mitos. Pero sí responsabilidad y sensibilidad en cada espacio, guardando Académico respeto al marco cultural de cada caso.
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