Todo lo que debe saber de la nueva vacuna contra el Virus Sincitial Respiratorio
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Todo lo que debe saber de la nueva vacuna contra el Virus Sincitial Respiratorio


La vacuna contra el Virus Sincitial Respiratorio (VSR) demostró una eficacia notable, con una reducción del 70 % en la incidencia de enfermedad del tracto respiratorio inferior y hasta un 85-90 % en infecciones graves.


En la charla de Cita con el Experto, organizada por el Colegio Médico Colombiano, los doctores Juan Pablo Londoño Ruíz, infectólogo pediatra de la Universidad El Bosque, magister en infección por el VIH de la Universidad Rey Juan Carlos (España), médico y microbiólogo de la Universidad de los Andes, profesor de pregrado de la Universidad del Rosario y de postgrado de la Universidad de los Andes, y la doctora Vanessa Correa, médica de la Universidad Nacional, especialista en medicina Interna de la Universidad ICESI, subespecialista en infectología de la Universidad Javeriana, master en VIH y actualmente maestrante de micología clínica de la universidad del País Vasco, docente universitaria y miembro del comité de vacunación de adultos de la ACIN, hablaron de la importancia de la vacunación contra el virus sincitial respiratorio (VSR) y la recomendación de inmunizar a adultos, especialmente a mujeres gestantes y personas mayores con comorbilidades.

Los expertos resaltaron datos contundentes sobre la eficacia y seguridad de la nueva vacuna contra el Virus Sincitial Respiratorio (VSR), así como la necesidad de implementar estrategias de vacunación integrales para proteger tanto a la madre como al recién nacido y a la población adulta vulnerable.

La vacuna contra el VSR demostró una eficacia notable, con una reducción del 70 % en la incidencia de enfermedad del tracto respiratorio inferior y hasta un 85-90 % en infecciones graves.

“Estos resultados son altamente significativos dada la gravedad de las infecciones por el Virus Sincitial Respiratorio, especialmente en poblaciones sensibles como las mujeres embarazadas y los recién nacidos. En cuanto a la seguridad, los estudios fase III que incluyeron más de siete mil gestantes evidenciaron que los efectos adversos fueron leves y comparables al placebo, incluyendo dolor local, fatiga y cefalea. No se observó un aumento significativo en eventos adversos graves ni en complicaciones neonatales o maternas. Específicamente, se descartó cualquier asociación significativa entre la vacuna y el parto pretérmino, un dato crucial para disipar temores sobre la vacunación en el embarazo”, resaltó el doctor Londoño.

Un hallazgo adicional fue la reducción estadísticamente significativa de corioamnionitis (infección de las membranas fetales corion y amnios, la placenta y el líquido amniótico) en mujeres vacunadas, lo que podría indicar un beneficio adicional que será objeto de futuros estudios.

Vacunas seguras para mujeres gestantes

La vacuna contra el VSR está aprobada en más de 70 países y su inclusión en programas nacionales de inmunización varía en cuanto a la edad gestacional para su administración. Algunos países la aplican desde las 24 semanas, mientras que la mayoría, incluyendo Colombia, la recomienda entre las 28 y 36 semanas de gestación.

Un aspecto fundamental es asegurar un intervalo mínimo de dos semanas entre la administración de la vacuna y el nacimiento para garantizar la transferencia placentaria de anticuerpos y la protección del recién nacido. Por esta razón, se recomienda vacunar lo más temprano posible dentro del rango permitido, idealmente a las 28 semanas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda esta recomendación, sugiriendo la vacunación a partir de las 28 semanas sin límite superior estricto, lo que abre la posibilidad de ampliar el rango en el futuro.

“Colombia inició un piloto de vacunación contra el VSR en mujeres gestantes en agosto de 2024 en regiones como La Guajira y Chocó, y anunció la implementación nacional para noviembre del mismo año. La vacuna se administra en una sola dosis intramuscular en el deltoides, con muy pocas contraindicaciones, principalmente alergia a componentes específicos”, aclaró el infectólogo pediatra.
Además, Bogotá ha adoptado una estrategia híbrida que combina la vacunación materna con la administración de anticuerpos monoclonales al recién nacido en casos donde la madre no fue vacunada o el tiempo entre la vacunación y el nacimiento fue insuficiente. “Este enfoque integral busca maximizar la protección del recién nacido, especialmente en contextos donde la cobertura materna puede ser limitada”, agregó Londoño.

Por otra parte, la vacunación contra Covid-19 sigue siendo altamente recomendada durante el embarazo, desde la semana 12 en adelante. La evidencia muestra que las mujeres gestantes tienen un riesgo significativamente mayor de morbimortalidad materna, parto prematuro, ingreso a unidades de cuidado intensivo y cesárea debido a Covid-19.

“Vacunar durante cada gestación es esencial, independientemente de si la mujer recibió vacunas previamente, ya que la protección óptima para la madre y el bebé requiere inmunización durante el embarazo. La transferencia de anticuerpos ocurre tanto a través de la placenta como por la leche materna”, dijo el experto.

Importante que los adultos se vacunen

Durante la segunda parte de la charla, la doctora Vanesa Correa, enfatizó en la relevancia de vacunar a adultos, especialmente mayores de 60 años y personas con comorbilidades. “Las infecciones respiratorias agudas, incluyendo Covid-19 y VSR, representan una carga significativa en esta población, con altas tasas de hospitalización y mortalidad, afirmó.

La doctora Correa destacó que la principal barrera para la vacunación en adultos es la falta de recomendación médica, más que factores culturales o logísticos, lo que subraya el papel crucial del personal de salud en promover la inmunización.

Se recomienda que adultos con enfermedades crónicas como insuficiencia renal, falla cardíaca, EPOC, cirrosis, diabetes, hipertensión, inmunodeficiencias, cáncer y VIH reciban un esquema completo de vacunas que incluya:

– Vacuna anual contra influenza
– Vacuna contra Covid-19 (según reglamentación nacional)
– Refuerzos de tétanos, difteria y tosferina cada 10 años
– Vacuna contra neumococo (conjugada y polisacárida)
– Vacuna contra herpes zóster para mayores de 50 años
– Vacuna contra Virus Sincitial Respiratorio para adultos mayores de 60 años (en evaluación para aprobación nacional)

Este esquema busca reducir no solo las infecciones respiratorias sino también las complicaciones cardiovasculares asociadas a estas enfermedades infecciosas.

Según la infectóloga, un hallazgo destacado fue el reconocimiento de las vacunas como un pilar fundamental en la prevención de eventos cardiovasculares mayores, equiparable a tratamientos farmacológicos tradicionales como antihipertensivos o hipolipemiantes.

Del mismo modo, las vacunas contra influenza, neumococo, Covid-19 y VSR han demostrado reducir hospitalizaciones, mortalidad y eventos como infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares y arritmias en adultos mayores y personas con comorbilidades.
En ese mismo orden, los pacientes con trasplante de médula ósea, enfermedades reumatológicas, cáncer o VIH requieren un enfoque especial, ya que su sistema inmunológico comprometido los hace más vulnerables a infecciones graves. Estos pacientes deben ser vacunados siguiendo protocolos específicos que incluyen múltiples vacunas y refuerzos. “Hay que destacar que no existen contraindicaciones para vacunar en fases agudas de algunas enfermedades crónicas, por lo que la vacunación debe realizarse incluso en hospitalizaciones o en unidades de cuidado intensivo, siempre que el paciente esté estable”, señaló la doctora Correa.

Prevenir es completar los esquemas de vacunación

Las sociedades científicas colombianas han elaborado calendarios vacunales que incluyen vacunas para adultos y gestantes, promoviendo la incorporación de la vacuna contra VSR en el esquema materno y la vacunación de adultos mayores.
El acceso gratuito a estas vacunas en el Plan de Beneficios en Salud es un avance significativo en equidad, garantizando que las poblaciones vulnerables reciban protección sin barreras económicas.
La vacunación materna contra virus respiratorios como el VSR, COVID-19 e influenza es una intervención segura, efectiva y esencial para proteger tanto a la madre como al recién nacido. La inclusión de la vacuna contra VSR en el esquema nacional representa un avance importante hacia políticas modernas de inmunización materna.
En adultos, la vacunación es clave para reducir la carga de enfermedades respiratorias y sus complicaciones cardiovasculares, especialmente en personas mayores y con comorbilidades. La responsabilidad de aumentar la cobertura recae en todos los actores del sistema de salud, con especial énfasis en la recomendación médica.
El éxito de estas estrategias depende de una articulación efectiva con el control prenatal y la atención primaria, aprovechando cada contacto con el paciente para promover la vacunación.

El Covid-19 sigue circulando y causando muertes

Hasta noviembre de 2025, la mayoría de fallecimientos por Covid-19 se concentraron en adultos mayores de 40 años, con especial incidencia en mayores de 60. Por ello, en la Cita con los Expertos se enfatizó la necesidad urgente de reforzar la vacunación en estos grupos:

– Todos los mayores de 60 años deben recibir al menos una dosis adicional de la vacuna Covid-19, idealmente seis meses después de la última dosis.
– Personas con comorbilidades (enfermedades crónicas, inmunosupresión, etc.) también deben ser priorizadas para dosis de refuerzo.
– Personal de salud debe actualizar su esquema con la vacuna que contiene la subvariante Jn-1, disponible en dos plataformas en el país.

“Este llamado responde a que muchos adultos están retrasados en sus dosis de refuerzo, lo que incrementa el riesgo de enfermedad grave y mortalidad”, puntualizó la infectóloga.

La vacuna del neumococo es clave en adultos

Aunque la vacunación pediátrica contra neumococo es exitosa y ha reducido significativamente las infecciones en menores de un año, la población adulta, especialmente mayores de 60 años, sigue siendo la más afectada por infecciones neumocócicas, incluyendo neumonía y meningitis bacteriana.

“El neumococo es el principal agente causante de meningitis bacteriana en Colombia, afectando mayormente a adultos mayores de 60 años. La baja cobertura de vacunación en adultos contribuye a que estos grupos sigan siendo vulnerables”, añadió.

Por tal razón, la vacunación contra el neumococo se recomienda en:

– Adultos mayores de 50 años
– Adultos entre 18 y 49 años con comorbilidades relevantes (enfermedad renal crónica, inmunosupresión, entre otros)
– Personas con trasplantes o fugas de líquido cefalorraquídeo.

Colombia cuenta con dos tipos principales de vacunas neumocócicas: la vacuna conjugada, que previene enfermedad invasiva (75 %) y no invasiva (45 %), produce inmunidad de rebaño, inmunidad más duradera y mucosa; y la polisacárida, que previene enfermedad invasiva, anticuerpos menos duraderos, requiere refuerzos cada cinco años.

“La recomendación actual para mayores de 50 años es iniciar con la vacuna conjugada y luego, a las ocho semanas, aplicar la polisacárida. Si se inicia con la polisacárida, se debe esperar un año para la conjugada. Cuando esté disponible la vacuna conjugada 20-valente (PCV20), se podrá administrar en una sola dosis sin necesidad de esquema secuencial”, afirmó la doctora Correa.

Un punto clave fue el vínculo entre infecciones neumocócicas invasivas y eventos cardiovasculares mayores (infarto, accidente cerebrovascular, falla cardíaca). Estudios en Bogotá mostraron que el 23 % de pacientes con infección invasiva por neumococo sufrieron eventos cardiovasculares, con mayor mortalidad y necesidad de cuidados intensivos.

Los serotipos 3, 19A y 9N, incluidos en las vacunas actuales, fueron los más asociados a estos eventos. Sin embargo, solo el 3 % de los pacientes en el estudio estaban vacunados, evidenciando una brecha crítica en la protección de adultos.

Virus Sincitial Respiratorio (VSR) en adultos

Aunque el VSR es reconocido principalmente como un patógeno que afecta a lactantes, también tiene un impacto significativo en adultos mayores y personas con comorbilidades. La infección afecta las células epiteliales pulmonares y puede durar hasta diez días, con pico de eliminación viral al tercer día.

Los anticuerpos naturales contra VSR declinan en aproximadamente dos años, lo que implica que la infección previa no garantiza protección a largo plazo, similar a lo observado con Covid-19 e influenza.

Por ello, la vacunación es necesaria para mantener la inmunidad.

– Mortalidad hospitalaria del 4 % y hasta 13 % en el primer mes posterior a la infección en adultos con comorbilidades.

– Hospitalizaciones hasta 11.6 veces mayores en adultos con enfermedades crónicas.

– Complicaciones frecuentes incluyen neumonía, exacerbación de asma y EPOC, falla cardíaca congestiva y sobreinfección bacteriana.

– Complicaciones cardiovasculares no pulmonares como arritmias e infarto agudo de miocardio también son frecuentes, especialmente en pacientes de alto riesgo.

En Estados Unidos se realizó un ensayo clínico multicéntrico, que evaluó la eficacia, inmunogenicidad y seguridad de la vacuna contra VSR en más de 32,000 adultos mayores de 60 años. Se realizó seguimiento durante tres temporadas respiratorias y se monitorearon síntomas y eventos adversos. Los resultados de la vacuna fueron

– Eficacia del 85 % contra enfermedad respiratoria severa por VSR.

– Reducción significativa de infecciones del tracto respiratorio inferior.

– Excelente perfil de seguridad, con eventos adversos leves y tolerancia generalizada.

Es así que la autoridad autorizada la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) recomienda vacunar a todos los mayores de 60 años y a adultos entre 18 y 59 con factores de riesgo para enfermedad grave por VSR.

Por otra parte, un estudio de la Secretaría de Salud de Bogotá estimó que la vacunación contra VSR en adultos mayores podría generar ahorros económicos significativos, desde 5.589 millones de pesos en el primer año hasta 23.700 millones después de cinco años, debido a la reducción de hospitalizaciones y complicaciones.

“Esto posiciona la vacunación como una estrategia costo-efectiva y vital para la salud pública, aunque por ahora la vacuna contra el VSR solo está disponible para gestantes e infantes”, aseguró la doctora Correa.

Para finalizar, la docente universitaria hizo unas recomendaciones generales para el manejo de las vacunas. Precisó que es seguro administrar múltiples vacunas el mismo día, incluyendo vacunas vivas y no vivas; además, esto facilita la implementación de programas integrales de vacunación. La única excepción es que si se administran dos vacunas vivas, deben espaciarse al menos 28 a 30 días. Los efectos secundarios leves (fiebre, malestar) son comunes pero manejables y no contraindican la vacunación.

“Preocupa que a pesar de la alta eficacia y seguridad de las vacunas disponibles, la cobertura en adultos sigue siendo baja, lo que representa un desafío urgente para nosotros como profesionales de la salud y para el sistema de salud. En últimas, fortalecer la vacunación en adultos es una medida costo-efectiva que salva vidas, reduce hospitalizaciones y mejora la calidad de vida de la población vulnerable”, concluyó la doctora.

diciembre 4, 2025

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