El biohacking abarca desde cambios en el estilo de vida hasta modificaciones corporales extremas, desafiando a la ciencia tradicional al tiempo que influye en las futuras tecnologías de salud y consideraciones regulatorias.
Por Pranavsingh Dhunnoo – Publicado originalmente en Medical Futurist
¿Qué es el biohacking?
Como el propio término sugiere, el «biohacking» generalmente se refiere al acto de hackear o modificar sistemas biológicos fuera del ámbito académico o de laboratorio tradicional, y quien practica tal acto se denomina «biohacker». También se ha usado indistintamente con términos como «biología ciudadana» y «biología del bricolaje», que incorporan la ética del hacking y la experimentación a la biología.
El biohacking ha dado origen a todo un movimiento que ha ganado popularidad en la última década. Algunos adeptos incluso lo comparan con una versión alternativa o incluso revolucionaria de la ciencia , libre de las restricciones tradicionales.
El biohacking puede aplicarse tanto a la biología humana con el objetivo de mejorar el bienestar como a la biología no humana, como la manipulación de genes de plantas para alterar su crecimiento. En este artículo, nos centraremos en el biohacking humano.
Niveles de biohacking
Basándonos solo en su definición, el biohacking abarca todo un espectro. En un extremo, simplemente tomar café o una bebida con cafeína podría considerarse una forma de biohacking, ya que la cafeína puede influir en la biología para mejorar el estado de alerta y la concentración. En el otro extremo, existen biohackers con dispositivos insertados bajo la piel que les otorgan nuevas “habilidades”, como detectar el norte . Para simplificar, podemos considerar tres niveles de biohacking en el espectro, desde el menos invasivo hasta el más invasivo, teniendo en cuenta que existen solapamientos.
1. Trucos para el estilo de vida
Este nivel representa los biohacks más accesibles, y podrías ser ya un biohacker de estilo de vida. Al tomar suplementos, hacer ejercicio o meditar, buscas mejorar tu salud y, por ende, modificar tus sistemas internos.
“Creo firmemente que los mejores biohacks son gratuitos”, afirma Tim Gray , un destacado biohacker del Reino Unido. “[…] sinceramente, se puede conseguir el 80% con una pequeña inversión de tiempo y dinero”.
Puedes complementar aún más las modificaciones de tu estilo de vida con wearables y dispositivos de diagnóstico personal. Mediante estas tecnologías, el biohacking implica el uso de los datos recopilados para tomar decisiones informadas y realizar ajustes que mejoren tu salud y rendimiento.
2. Modificaciones biológicas
Para maniobras más invasivas que modifiquen nuestro cuerpo, estamos considerando modificaciones biológicas. Estas abarcan desde la ingesta de pastillas, como suplementos o nootrópicos (potenciadores cognitivos), hasta células madre e inyecciones CRISPR caseras .
Parte de la rutina diaria del fenómeno de YouTube y biohacker Bryan Johnson, quien anhela la vida eterna, consiste en tomar más de 100 pastillas . También ha experimentado con una transfusión de plasma con su hijo, aunque ha desistido de esta estrategia por la falta de resultados.
3. Molinillos
Un paso más allá están los grinders , biohackers que suelen realizar modificaciones corporales extremas mediante medios tecnológicos. Este nivel de biohacking se solapa con el transhumanismo , ya que los grinders se consideran a la vanguardia de la mejora humana.
El biohacker estadounidense Rich Lee es considerado un experto en el tema. No solo tiene chips NFC implantados en los dedos para realizar tareas como abrir puertas, sino que también tiene un chip biotérmico en el antebrazo para controlar su temperatura corporal y auriculares implantados en los oídos.
Regulaciones y consideraciones futuras del biohacking
Inyectarse material genético modificado con CRISPR e insertarse chips en los dedos puede no parecer atractivo, ni siquiera seguro, para todos, y algunos biohacks caseros podrían no serlo. En el caso de Rich Lee, si bien tiene algunas historias de éxito, también tiene otras fallidas que compartir, como unas espinilleras mal implantadas que tuvieron que quitarse, lo que le dejó cicatrices en las piernas.
La regulación en torno al biohacking humano es actualmente limitada ; y dado el carácter casero y no declarado de los procesos, las tasas de éxito y la precisión de los biohacks son difíciles de medir. Sin embargo, algunos países han comenzado a adoptar medidas regulatorias. La mayoría de los Estados miembros de la UE exigen a los biohackers una licencia para realizar experimentos; y en estados como Alemania, infringirla puede conllevar penas de prisión. En Estados Unidos, algunas actividades de biohacking son ilegales, como las plantas modificadas con agrobacterias y los cultivos de bacterias del suelo.
Como campo relativamente especializado, el movimiento del biohacking aún está en evolución. «Lo que vemos hoy son los primeros pasos de un valiente grupo de pioneros», declaró a la BBC Luke Robert Mason, director de la organización Virtual Futures. «La realidad actual es mucho más experimental (y dolorosa) de lo que suele comunicarse al público».
“Hay mucho que aprender de los resultados de su autoexperimentación”, añadió Mason. “Algunos incluso han argumentado que los biohackers podrían ser cada vez más responsables del avance de los wearables y las tecnologías de bienestar”.
De hecho, si bien hace unas décadas los dispositivos portátiles para monitorizar la salud y el estado físico habrían estado al alcance de los biohackers, ahora se consideran herramientas comunes de la vida cotidiana. La experimentación de los biohackers actuales podría influir en el panorama de la salud digital del futuro. Por ejemplo, con regulaciones y medidas de seguridad adecuadas, los dispositivos portátiles implantables serán cada vez más comunes en el futuro.
Pero antes de intentar biohacks invasivos por tu cuenta, se recomienda consultar con un profesional de la salud. Dado que incluso biohackear el metabolismo con cafeína puede tener efectos secundarios como aumento de la presión arterial y dolores de cabeza, se recomienda consultar con un expero antes de realizar biohacks más sofisticados.
Fuente Medical Futurist
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