Se estima que cerca del 10 por ciento de los nacidos del mundo son afectados por anomalías congénitas, las cuales, si no se intervienen o detectan a tiempo llegan a generar discapacidades severas.
En los últimos años, los avances en el diagnóstico y el tratamiento de anomalías prenatales han transformado y mejorado la medicina materno fetal, permitiendo ofrecer nuevas oportunidades de mejora de la calidad de vida a los bebés antes de nacer.
Las anomalías congénitas son malformaciones que se desarrollan en el feto durante la gestación y pueden clasificarse como menores o mayores. Las menores, aunque son aquellas que no generan discapacidades significativas, sí pueden impactar la vida social y personal de las personas, como ocurre con el labio y paladar hendidos. Por otro lado, las malformaciones mayores son las que producen una discapacidad y requieren de una intervención quirúrgica para su corrección y se caracterizan por ser comunes, críticas y costosas.
En Colombia, el acceso a estudios especializados y diagnósticos tempranos sigue siendo un desafío. Mientras que en centros de salud avanzados se logra detectar entre aproximadamente el 85 por ciento de las anomalías congénitas, en el resto del país la tasa de detección es solo del 35 por ciento. La identificación temprana es clave para garantizar una atención oportuna y tratamientos adecuados para los recién nacidos, gracias a ella, algunas patologías pueden ser intervenidas quirúrgicamente, incluso existen 17 procedimientos intrauterinos validados para tratar condiciones como embarazos múltiples, hernia diafragmática y la espina bífida.
Uno de los principales referentes en el tratamiento de estas anomalías es el doctor Mauricio Herrera, jefe de medicina materno-fetal de Clínica Colsanitas. Con más de 30 años de experiencia, ha liderado el desarrollo de programas de diagnóstico prenatal y el perfeccionamiento de técnicas quirúrgicas fetales. Su trabajo ha sido fundamental para resaltar la importancia de las intervenciones prenatales y su impacto en la calidad de vida de los bebés.
“Antes no había manera de diagnosticar correctamente las anomalías congénitas. Hace 24 años se realizaban algunos estudios prenatales con ecografía, pero no existían programas dedicados al manejo integral de estas enfermedades”, explica Herrera. Su labor en Colombia ha contribuido significativamente a reducir la mortalidad de los niños como de las mamás, y a consolidar en el país un centro de referencia mundial en cirugía y terapia fetal, al que acuden pacientes y médicos de distintos países en busca de formación y tratamiento.
Estos avances no solo han permitido mejorar las tasas de diagnóstico, sino también ofrecer a las familias información clara y opciones de tratamiento o alternativas antes del nacimiento. La detección temprana de anomalías congénitas brinda a los padres la oportunidad de prepararse y tomar decisiones informadas sobre la salud de sus bebés. Además, el acceso a estos procedimientos pueden marcar la diferencia entre una vida con limitaciones severas a una con mayores oportunidades sociales y personales.
Por esto el desarrollo de programas de diagnóstico prenatal ha demostrado ser una estrategia clave para la salud pública, permitiendo avances que antes parecían impensables. Cada avance en la medicina materno fetal no solo representa una oportunidad para salvar vidas, sino también para mejorar la calidad de vida de los bebés y sus familias. Apostar por la detección y el tratamiento oportuno de las anomalías congénitas es una inversión en el bienestar de futuras generaciones.
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