La desnutrición asociada a la enfermedad o a sus tratamientos es frecuente en personas hospitalizadas. Esta condición aumenta la duración de la estancia hospitalaria de dos a seis días. En Colombia, solo uno de cada cuatro pacientes que lo requiere es intervenido nutricionalmente.
En el mundo, la prevalencia de desnutrición hospitalaria varía entre el 30 por ciento y el 50 por ciento. En la mayoría de los casos, esta condición está asociada a la enfermedad o a sus tratamientos y es frecuente en personas hospitalizadas. Frente a esta situación, en el Día Mundial de la Nutrición, Alimentación con Propósito, alianza de siete organizaciones del sector salud, resalta la relevancia de la nutrición clínica como parte esencial del manejo de diversas condiciones.
El estado nutricional es uno de los principales determinantes de la situación de salud. En tal sentido, una intervención adecuada contribuye a mejorar el estado general de las personas y obtener resultados clínicos más eficientes, como una recuperación más rápida. Sin embargo, en Colombia, solo uno de cada cuatro pacientes que lo requiere es intervenido nutricionalmente, lo cual complica su evolución.
En el entorno hospitalario, la nutrición clínica es clave para prevenir, tratar y controlar los cambios metabólicos relacionados con enfermedades agudas y crónicas. A través de la evaluación, diagnóstico y tratamiento oportuno de condiciones como la desnutrición, se busca optimizar la recuperación y mejorar el pronóstico de los pacientes.
Durante los tratamientos médicos, existe un alto riesgo de padecer desnutrición, a raíz de varios factores como el estrés metabólico, la alimentación y la presencia de hiporexia, la cual se asocia con la pérdida de apetito. Esta condición aumenta la duración de la estancia hospitalaria de dos a seis días, eleva el riesgo de readmisión, y la aparición de complicaciones que incrementan los gastos de hospitalización entre un 19 y 29 por ciento. Priorizar el cuidado nutricional también tiene el potencial de generar ahorros en salud de más de 862 millones de dólares al año, alrededor de 4.180 millones de pesos.
“En pacientes hospitalizados, la nutrición clínica es un componente terapéutico fundamental, que debe ser considerado con el mismo rigor que cualquier otro tratamiento médico. Su implementación oportuna permite mejorar la respuesta inmunológica, acelerar la recuperación funcional, disminuir las complicaciones asociadas a la hospitalización y optimizar los resultados. La evidencia científica es contundente: un abordaje nutricional estructurado no solo salva vidas, sino que también fortalece la sostenibilidad de los sistemas de salud”, afirmaron los líderes de la alianza.
Como parte del enfoque integral de atención, el tamizaje nutricional tiene un rol clave en la detección temprana de los riesgos de desnutrición en los pacientes. Se debe llevar a cabo desde el momento del diagnóstico y regularmente a lo largo del tratamiento para detectar requerimientos específicos, establecer una categorización del estado nutricional y facilitar la implementación de intervenciones adecuadas y oportunas.
En este contexto, el abordaje nutricional puede apoyarse en tecnologías como los Alimentos con Propósitos Médicos Especiales (APMES), productos que ayudan a suplir las necesidades específicas de personas con determinadas condiciones de salud, que no pueden alcanzarse mediante la dieta ordinaria o la ingesta de alimentos comunes. De esta manera, reducen la probabilidad de complicaciones relacionadas con la desnutrición y pueden facilitar el cumplimiento de metas terapéuticas.
En el Día Mundial de la Nutrición, Alimentación con Propósito hace un llamado a generar mayor conciencia sobre la importancia de integrar la nutrición clínica en todos los niveles de atención en salud, desde la detección e intervención, hasta el seguimiento. Solo a través de un abordaje multidisciplinario y proactivo será posible promover una atención más humana, efectiva y sostenible, centrada en las verdaderas necesidades de los pacientes.
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